Castilla y León lidera de nuevo el ranking de pérdida de población, con 13.000 habitantes menos
León y Salamanca sufren la mayor sangría poblacional, con 3.840 y 1.531 ciudadanos menos, el 0,9% de su población
La Comunidad de Castilla y León repite como la autonomía con más pérdida de población en términos absolutos el año pasado, ya que a fecha 1 de enero de 2022 tenía empadronadas a 2.370.064 personas , lo que supone 13.075 menos que en el mismo día de 2021. Las cifras del Padrón Continuo que publica hoy el INE indican que la Comunidad registró un descenso porcentual del número de habitantes del 0,5 por ciento, cuando en el conjunto nacional se elevaron una décima, con 50.490 más, hasta un total de 47.435.597.
Por sexos, Castilla y León contaba en el arranque de este ejercicio con 1.166.597 hombres y 1.203.467 mujeres , cifras que suponen en el caso de los varones un descenso del 0,6 por ciento, mientras que en de las féminas del 0,5 por ciento.
Un análisis de los tramos de edad, indica que el grueso de la población, 746.605 habitantes, tenía entre 45 y 64 años . Le siguen las 711.659 personas del tramo de entre 16 y 44, frente a los 289.819 de cero a 15 años, recoge Ical.
La pérdida poblacional de Castilla y León se ha producido en el marco de un descenso de nacionales, acompañado de un crecimiento de extranjeros . En concreto, la Comunidad contaba a principios de este año con 2.225.139 españoles, que mermaron un 0,6 por ciento, con 13.890 efectivos menos. Por el contrario, se contabilizaban 144.925 extranjeros, que crecieron un 0,6 por ciento, con 815 más.
Marroquíes, rumanos y búlgaros encabezaron el listado de colectivos de extranjeros más numerosos, con 24.011, 21.931 y 19.031 efectivos, siempre según el padrón. Además, cabe destacar que había empadronados a fecha 1 de enero de 2022, 11.152 colombianos; 6.126 venezolanos; 3.970 dominicanos; 3.948 brasileños; y 3.810 chinos, entre otras nacionalidades.
Segovia, la que menos pierde
La mayor parte de la población, el 30,9 por ciento, vive en poblaciones de más de 100.000 habitantes, mientras que un 25,6 por ciento lo hace en núcleos de entre 1.001 y 10.000 personas; y un 18,5 por ciento en pueblos de menos de 1.000.
Un 12,9 por ciento reside en localidades de entre 50.001 y 100.000 habitantes; y el menor porcentaje, un 12,1 por ciento en municipios de entre 10.001 y 50.000. Son precisamente este último tipo de localidades las que presentan el mayor porcentaje de extranjeros entre su población, el 6,9 por ciento.
Por provincias, ningún territorio se libró de sufrir despoblación, con una especial incidencia en las provincias de oeste. En concreto, las dos provincias con un mayor descenso porcentual de habitantes fueron León y Zamora , un 0,9 por ciento en ambos casos. La primera perdió 3.840 habitantes, hasta los 451.706; y la segunda, 1.531, hasta los 167.194.
Palencia vio reducida su población un 0,7 por ciento, con 1.175 personas menos; y Ávila, un 0,6 por ciento, con una pérdida de 983. Por lo que se refiere a Burgos, Salamanca y Soria, vieron mermar sus ciudadanos medio punto. La provincia burgalesa perdió 1.638 personas; la charra, 1.739; y la soriana, 470. En cuanto a la provincia de Valladolid, redujo su población un 0,3 por ciento, con 1.687 habitantes menos. Segovia fue la menos afectada: permanece prácticamente igual que hace un año, con 12 habitantes menos.
En la revisión general, la población empadronada aumentó en nueve comunidades autónomas y se redujo en ocho. En el lado opuesto a las pérdidas castellano y leonesas -Asturias, Madrid y País Vasco son las siguientes bajadas fuertes-, los mayores aumentos en números generales se produjeron en la Comunidad Valenciana (32.701 personas más), Andalucía (21.748 más) y Cataluña (19.940 más).
En términos relativos, el mayor aumento de población es en la región de Murcia, con un 0,9 por ciento más. Con una reducción de su 0,7 por ciento, es en este caso el Principado de Asturias el más dañado.