Castilla y León cerró 2020 con la mayor caída del PIB en ochenta años
Se espera que en el segundo trimestre del año comience la senda del crecimiento que deberá seguir en 2022 para recuperar lo perdido en el fatídico pasado ejercicio
Habría que remontarse ochenta años atrás para dar con una mayor caída del PIB en Castilla y León que la registrada en 2020. Los efectos de la pandemia se tradujeron en una magulladura de un 7,9 por ciento de descenso, y el golpe equivale a perder lo andado en los tres ejercicios anteriores a éste, en los que la economía había mantenido una senda de crecimiento.
Así lo ha explicado este viernes el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, en la presentación de los datos de contabilidad regional del fatídico 2020. Esa desaceleración anual se espera que no se repita en 2021 y las previsiones apuntan a un crecimiento en el presente año. Eso sí hará falta seguir esa estela también en 2022 para poder recuperar el agujero que ha creado el Covid.
Así, las principales cifras apuntan cómo el empleo cayó un cinco por ciento en 2020 (se perdieron 50.000 puestos de trabajo) , el consumo descendió un 6% y algunos sectores como los servicios de mercado perdieron un 11,6%, mientras que otros capearon el temporal. La agricultura y ganadería registró un aumento del 8,7 y también la rama energética, del 7,4. Ambos venían de un mal año, el primero por una mala cosecha y el segundo por el fin de la minería y los primeros coletazos del cierre de las térmicas. También han aumentado los servicios de no mercado, por el aumento del gasto de las administraciones relacionado con la pandemia. El resto, han caído por encima del siete por ciento.
La evolución del año mostró un crecimiento en un primer trimestre en el que el Covid aún no había parado el mundo -el estado de alarma en España se decretó el 14 de marzo-, un descenso del 18 por ciento en el segundo, del 5,5 en el tercero y del 4 en el cuarto, con una mejoría de las cifras trimestre a trimestre según evolucionaba el ejercicio, para el que, en principio , las previsiones apuntaban a un «peor» escenario , ha reconocido Carriedo.
De momento, los cálculos que baraja la Junta apuntan a que en este primer trimestre se registrará una caída respecto a ese primer trimestre de 2020 en el que en más de la mitad reinó la normalidad. Ya en el segundo se cambiará el rumbo y lo hará pese a que las limitaciones en mayor o menor grado se prolongarán hasta finales de abril en el mejor de los escenarios de desescalada. «Aunque las restricciones retrasan la recuperación», no impedirá esa mejoría interanual el cierre perimetral en Semana Santa . En todo caso, «lo primero es la salud», ha insistido el consejero.
Finalmente, Carriedo ha destacado que los datos presentados este viernes, pese a relevantes, presentan un impacto «muy inferior» a la media española y Castilla y León sería una de las comunidades en las que las que la caída, pese a «intensa» ha sido menos «negativa» . de manera que la autonomía se estaría «sosteniendo mejor», ha concluido.
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