El perdón general de Carlos V a los comuneros, una simple «operación de imagen»
El profesor de la UEMC Carlos Belloso recuerda durante el epílogo del congreso que el monarca no aceptó ninguna de las reivindicaciones de los sublevados
El p rofesor de Historia Moderna de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, Carlos Belloso , ha sostenido este sábado que el perdón general promulgado por Carlos V en favor del movimiento comunero el Día de Todos los Santos de 1522 en Valladolid, sólo fue una simple operación de imagen del monarca, ya que no aceptó ninguna de las reivindicaciones de los sublevados.
Aunque tras la victoria de Villalar el monarca regresa y se queda en Castilla, aprende la lengua y comienza a dar más cargos a los naturales del reino, tal y como le habían pedido los comuneros, las cesiones fueron superficiales. «El fondo de las reivindicaciones del movimiento y en especial que las decisiones tomadas en Cortes fueran acatadas por el monarca, no fueron aceptadas en ningún momento» , asevera el profesor.
Belloso, que ha participado en la última jornada del congreso internacional ‘El Tiempo de la libertad. Comuneros V Centenario’, celebrada en el Centro de Desarrollo Económico Simón Ruiz de Medina del Campo (Valaldolid), también ha hecho referencia la ‘lista de exceptuados’ de este perdón general, donde se incluía a todos los cabecillas y comuneros destacados para que fueran ejecutados, y que sirve para conocer qué ciudades tuvieron más protagonismo en le revuelta.
Así, de las ciudades de la zona norte de España -Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco- no hubo apenas participación, dado que no hay condenados, y tampoco del sur aunque en un primer momento sí se recibió el apoyo de plazas como Úbeda, Baeza o Murcia. «A medida que avanca la revuelta el movimiento se localiza en las dos mesetas, en especial alrededor de Toledo y de Valladolid», afirma.
Palencia, con 34 condenados, figura en cabeza de la ‘lista de exceptuados’, por delante de Salamanca (24), Madrid (22), Segovia (21), Ávila (20), Toledo (20), Medina del Campo (19), Valladolid (18) y León (17). Entre las ciudades castellanas y leonesas también destacán Aranda de Duero (15), Zamora (14), Toro (10), Soria (5) y Burgos (1).
En total y al margen de los líderes ajusticiados tras la batalla de Villalar, fueron 293 los comuneros condenados, aunque según sostuvo Belloso, sólo fueron ejecutados medio centenar, dado que muchos huyeron como María Pacheco, esposa de Juan de Padilla, que se refugió en Oporto.
Además, también argumenta que esta lista de exceptuados sirve para poner fin a ciertos mitos falsos como que León no participó en el levantamiento, a pesar de contar con 17 condenados a muerte, o que Pedro Girón, «que entonces era la persona que mandaba en Valladolid», fue un traido r , dado que su nombre también aparece en la lista de exceptuados.
Entre los ajusticiados, Belloso también se ha referido a casos como el del vallisoletano Alonso de Saravia, que después de ser muy fiel a los Reyes Católicos, más tarde decide sumarse al movimiento comunero, o al obispo Antonio de Acuña, preso en el castillo de Simancas, que también fue ejecutado en 1526 tras asesinar al alcaide de la fortaleza.
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