Las calderas de pellet ‘triunfan’ con la subida de los precios energéticos
Los hogares se han 'rearmado' de chimeneas y estufas ante el invierno más caro en años
Antes de la subida del precio de la energía, muchas familias no habían pensado nunca en comprar una caldera de pellet. Puede que ni siquiera en adquirir una estufa, de ninguna clase. Sin embargo, las empresas del sector de la calefacción señalan que el encarecimiento ... del gasóleo lleva toda la temporada tentando a los potenciales usuarios para que se pasen a la biomasa . No en vano, el que sustituya por una de biomasa su caldera de gasóleo podría ahorrar entre un 40 y un 70 por ciento en su factura energética anual , según la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom). Los vendedores también apuntan a la escasez de materiales o a las subvenciones como motivos para que instalaciones y estufas de pellet se hayan convertido en posesiones codiciadas.
En general, el pellet -esos pequeños cilindros fabricados a partir de astillas y de serrín o de otros residuos madereros- ha ido ganando cuota de mercado durante los últimos años. No es el único biocombustible (se comercializan otros, como el hueso de aceituna), pero sí el más popular. Si bien exigen inversión inicial, ya que sin un equipo específico para quemarlos pierden rendimiento calorífico, su uso continuado reduce gastos, al ser carburantes más baratos. Según Avebiom, al finalizar 2021, el precio del gasóleo C se acercaba al euro por litro. Sin embargo, su equivalente energético -dos kilos de pellet- cuesta 0,51 euros, la mitad.
A pie de tienda se han vivido unos meses de septiembre y octubre más intensos que nunca. «La gente ha sido previsora y a medida que ha venido el frío se ha decidido por el pellet y la biomasa en general, ahora ya está casi todo instalado, como mucho se vende alguna estufa más», aseguran desde el departamento comercial de TecniCalor, en Valladolid . Como la mayor parte de sus competidores, no esperan el mayor volumen de encargos de cara a Reyes, porque el grueso del trabajo se instala y se vende en otoño.
Pero a cambio, eso les permite valorar que, aunque la mayoría llevan una o hasta dos décadas con estufas y calderas de este estilo en oferta, este año han vendido más. Un 15% más que el año pasado a estas alturas, en el caso de TecniCalor. También en Bierzo Confort (Cubillos del Sil, León) las han trabajado mucho mejor, con entre un 20 y un 25% de subida respecto a la campaña 2020, estiman. «Hay bastante demanda y creemos que influyen dos cosas: la subida de los costos energéticos y de la luz y las subvenciones», recalca el propietario de esta firma, que asegura que la mayoría vienen «con ello leído» y preguntan directamente.
Porque la colaboración del Gobierno, de numerosas comunidades autónomas y del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía ha cristalizado en ayudas para fomentar el uso residencial de biomasa y de otras renovables. Es decir, para incentivar medidas como el cambio de caldera, en concreto con entre 2.500 y 3.000 € por vivienda. Las instalaciones de aerotermia o geotermia también vienen bonificadas. En Castilla y León la próxima convocatoria se abre el 17 de enero.
Mientras, en Biomaser, en Zamora, reina la estufa: «Es lo que más vendemos, ahora más de pellet que de leña», asegura el gerente, David Modroño. En muchos hogares optan por este formato para calentar, «sobre todo en casas sin calefacción» o a modo de fuente de calor complementaria, señala.
Menos intuitivo que la leña
Sin embargo, no todos caen en la ‘fiebre del pellet’, y aun así, han notado el empuje de las ventas. «Nosotros vendemos más chimeneas y estufas de leña», indican en Chimeneas Ávila . No tienen calderas, pero sí trabajan tanto la madera de toda la vida como la biomasa, si bien prefieren la primera por considerarla más «cómoda» e intuitiva para gran cantidad de usuarios, especialmente si son mayores. «Consideramos que las de pellet exigen más servicio técnico, más cuidados», explica la empresaria Encarna Martín.
Además, destaca otro factor que también ha repercutido en el mercado: la escasez general de materiales. «La campaña está siendo más intensa y más larga porque todo el mundo quiere tener los productos y los fabricantes andan mal de materia prima. Damos fechas hasta para febrero», admite. En Saneamientos Almazán, en Soria, les pasa lo mismo: «Normalmente, cuando están claramente interesados en una estufa o en una instalación es rápido, pero ahora, con la falta de suministros, a veces hay hasta un mes de espera», lamenta el gerente. Considera que, más que alargar la temporada, la situación les coloca en ‘stand-by’. A ellos y a los clientes que lo piden comenzado el frío. «Pero al precio que está el gasóleo... ¡claro que la gente pregunta!».
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