Café para todos

El lugar sacrosanto de las Cortes, donde reside la democracia de verdad, es la cafetería. La cafetería es ese lugar donde se hace la política de verdad. Donde se escapan los procuradores a hablar, con un zumo de naranja de media tarde, sobre lo que algún día se hablará en el hemiciclo. Por las cafeterías pasa la vida y pasan los temas. En ellas se fraguaron generaciones literarias y en la de las Cortes de Castilla y León es donde discurre la parte más interesante de los plenos.

Que conviene recentralizar las competencias no lo dice Juan Vicente Herrera, como le picaba a decir Tudanda en el pleno de ayer, lo dice cualquiera que se pase una de estas tardes en las Cortes; concretamente por su cafetería. Recentralizar no precisamente para reducir que haya diecisiete opiniones sobre Educación, Sanidad o sobre como debe tributar el patrimonio de los muertos cuando se mueren, que también. Sino para que evitar que en todos los parlamentos autonómicos de este país se lleve hablando varios días de lo mismo: de Andalucía y de Vox. Por ahorrarle duplicidades al contribuyente, entienda el lector, porque de Andalucía no vive esta región. A los señores procuradores, a estas alturas del año y con elecciones en mayo, parece que les emplean las empresas de demoscopia más que los ciudadanos y se dedican ayer a hacer pronósticos. Ayer los pasillos y la cafetería de las Cortes de Castilla y León venían a confirmar que la legislatura está agotada y eso que es diciembre todavía. Sobre la bocina para ocupar sus asientos dos procuradores le vaticinaban «6 procuradores a Vox» en Castilla y León. Mientras, un tercero se reía y decía que eso es porque no fichan en su partido «un torero como Dios manda» para sacarlo también en el paseillo de los mítines. Pero Morante, al elector, sólo le interesa en las plazas los días –escasos– que torea de verdad.

A estas alturas de diciembre no sé está decidiendo sólo el futuro político en Andalucía, se están moviendo las fichas ya también en Castilla y León y se mueven en la cafetería de las Cortes. Se encontraba uno ayer a algunos procuradores de distintos partidos hablando del futuro y de Vox más que de sus propias siglas. Y esto demuestra como ha cambiado la política, ahora los partidos ya no salen a ganar, salen a ver cuál de los otros les permite gobernar. Incluso en los partidos de la izquierda de esta tierra hablan de Vox, cuando no se conoce todavía ni siquiera el candidato. Un logro de los populismos este de que se les tenga en cuenta sin ni siquiera tener representación parlamentaria.

A la cafetería del parlamento autonómico uno va a tomarse un café, que se entera mejor de la política que en el hemiciclo. Pero ayer por la tarde muchos de los políticos andaban metidos a estadistas, preocupados no sea que a partir de mayo se acabe el café para todos.