Religión
Burgos se prepara para acoger el 23 de abril su primera beatificación
Valentín Palencia y cuatro jóvenes también asesinados serán declarados beatros en la Catedral
Burgos se prepara para acoger el próximo 23 de abril la beatificación de don Valentín Palencia y cuatro jóvenes , Donato Rodríguez, Germán García, Emilio Huidobro y Zacarías Cuesta, mártires de la persecución religiosa española del pasado siglo. Será la primera beatificación que se celebra en la diócesis.
Valentín era el hijo de Cipriano el zapatero. A los trece años comenzó a estudiar en el Seminario de San Jerónimo, siempre externo por falta de medios económicos, pero con buenos resultados. Tras su paso por Susinos del Páramo, enseguida inició en la capital burgalesa su actividad caritativa y social recogiendo niños huérfanos, marginados y desvalidos, por lo que fue nombrado director, capellán y profesor del «Patronato de San José para la enseñanza y educación de niños pobres», donde llegó a cobijar a más de un centenar de muchachos.
Saturnino López Santidrián, postulador de la causa de beatificación, explica que don Valentín soportaba «horarios extenuantes» y, «con gran confianza en la Providencia, a pesar de las carencias, nunca rechazó a nadie en el Patronato». Soñaba con una escuela profesional, pero tuvo que conformarse con un pequeño taller donde reforzaba la instrucción escolar con clases de dibujo, teatro o música. Tenía un coro y formó una banda de música, actuando en conciertos y procesiones.
En verano, a un grupo de sus músicos y a los niños pequeños que no tenían dónde ir, don Valentín los llevaba a la playa de Suances, donde en julio de 1936 les pilló la Guerra Civil. La iglesia fue convertida en garaje y le prohibieron celebrar la misa, lo que siguió haciendo en un rincón de su habitación y continuó atendiendo enfermos y llevando la comunión a las monjas Trinitarias.
López Santidrián señala que fue «un alumno indisciplinado», enfadado por no haber recibido una propina, quien acusó a don Valentín al Frente Popular de Torrelavega. Cuatro de sus alumnos quisieron acompañarle a declarar y fueron asesinados juntos en el monte cántabro de Tramalón de Ruiloba el 15 de enero de 1937.
Una diócesis volcada
En 1996 se inició el proceso de beatificación que culminará el sábado 23 de abril. Nunca antes la Catedral había acogido la ceremonia de beatificación de un burgalés y se espera gran afluencia de fieles a la celebración que presidirá el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, en representación y como enviado del Santo Padre, el Papa Francisco. Estará acompañado por el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, para quien la beatificación de don Valentín Palencia y su cuatro alumnos es un momento «gozoso» para ver el ejemplo de «personas como nosotros que sí supieron responder al Señor» y nos muestran que «todos estamos llamados a ser Santos».
La diócesis de Burgos se ha volcado en esta beatificación y, además del día grande que se vivirá en la Catedral, se han organizado una serie de eventos para hacer llegar la memoria del nuevo beato a todos los rincones y todas las edades, comenzando por los más pequeños.
En este sentido, dos seminaristas han editado el libro «De Burgos al cielo. La historia de don Valentín y sus amigos contada a los niños» y se realizará un concurso escolar de dibujo. Además, la figura del beato como educador se abordará en un congreso específico y se prepara también una ruta siguiendo sus huellas por la ciudad.
El homenaje a de don Valentín tiene también su vertiente artística con el cuadro realizado por el pintor Cándido Pérez Palma, quien le ha representado con los cuatro jóvenes que le acompañaron en el martirio, frente a la Catedral donde el próximo sábado se estrenará su propio himno creado por Carlos García e Inocencio Fernández.
