Antonio Piedra - No somos nadie
¡Van buenos!
«El Papa está de gira política como cualquier político lo está con sus mítines apostólicos»
Lo digo por unos venezolanos que, hace hoy tres días -concretamente en la Inmaculada y en el kiosko de la plaza Circular de Valladolid, junto al BBVA- me abordaron con educación exquisita, propia de los hispanos que viven su exilio en Castilla y León: «¿No podría hablar de esas pobres mujeres encadenadas en las puertas del Vaticano que piden la liberación de sus maridos e hijos encarcelados por Maduro?». Con gusto, les respondí con pena. Vuelvo a repetir aquí lo que les dije en persona para su decepción: ¡Van buenos ustedes si piensan que este Papa moverá una paja por recibir a esas pobres y desesperadas mujeres. «¿Y eso?». Pues miren, señores míos, porque ni ellas ni ustedes son de los suyos.
Duras palabras por las que pido perdón a Su Santidad Bergoglia. Pero, como dice Lucas en 19.40, si los hechos se callan «gritarían las piedras». Aludiré a esos hechos con la «sana laicidad» que el Santo Padre concede a sus populistas. ¿A quién recibe el Vicario de Cristo en la cátedra de Pedro o en sus viajes apostólicos? A los suyos: a Castro, Maduro y, ayer mismo, a las populistas Carmena y Colau. Con el primero -el mayor asesino, tirano, liberticida y ladrón de la historia de Cuba-, ha tenido el Papa deferencias casi o amorosas del todo. Rechazó hacerse la foto con los perseguidos por la justicia castrista, pero, ay -¡Quinto no matarás!-, perdió la tiara por visitar al verdugo en su propia guarida y ante el potro de torturas.
Con el segundo de la serie -me refiero el sátrapa de Venezuela que hace escasos días un meme cachondo lo identificó en internet, ignoro por qué razón, con este cartel festivo: «Mato estudiantes y/no me duele/ porque yo/ nunca fui/uno de ellos»-, Su Santidad Católica levitó en una reciente audiencia vaticana como si se tratare del éxtasis bis de Santa Teresa esculpido por Bernini. Ahí pudimos ver con qué unción paterna, y con qué ojos de celestial ternura, el Papa -ya sin memes sandungueros- se alzó hasta el narco-populista y le estampó en la frente una señal de la cruz como de madre solícita al hijo de sus entrañas. Conmoción totalitaria urbi et orbi.
Lo de ayer sábado con Colau y Carmena, también conmovedor hasta las trancas del pescador que relata Juan en 13.36: «Quo vadis, Dómine?», Señor, ¿adónde vas? No tengo ni católica idea. Con todo, llegados al colmo de la relatividad apostólica y montonera, yo no me creo lo que dicen las malas lenguas: que el Papa regalara a las alcaldesas podemitas una estampica de la Virgen en ligeras andas, y que, en correspondencia laica, ellas le obsequiaran con otra de la santa vajina y jaculatorias a la Bernarda. Dicho lo cual, y dado que el Papa está de gira política como cualquier político lo está con sus mítines apostólicos, ¿se creen ahora mis amigos venezolanos que el este Papa les expenderá una receta de Misericordina? Ni de coña, amigos. Vais buenos.