Boato y vacío

Poco cabía esperar de la Cumbre Hispano-Lusa de Valladolid. La anécdota, el faraónico desplazamiento de presidentes y séquito, pero la precipitación y falta de contenidos de reuniones previas, dónde se preparan los acuerdos que se rubrican en jornadas de descanso, turísticas y gastronómicas, lo presagiaba. El punto estelar, combatir despoblación, envejecimiento y disminución (o paralización) de la actividad económica en la Raya, la zona fronteriza entre ambos países desde Zamora a Cáceres. Constataron una evidencia sin molestarse en ampliar el argumentario en positivo y redactar algunos brindis al sol.

La Raya cuenta con posibilidades de desarrollo turístico, por la tranquilidad, la belleza del terreno abrupto y cambiante según las estaciones del año, y enclaves patrimoniales nunca puestos en valor, que abarcan desde la prehistoria al siglo XVIII y que no se limitan a monumentos religiosos. Pero para revitalizar esta zona se necesitan: un estudio serio del aprovechamiento patrimonial y medio-ambiental, y cuantiosas inversiones en infraestructuras (carreteras, alojamientos y servicios básicos), traducidas a euros. La no mención a ninguno de estos tres capítulos trasforman un grave problema en una solución patética. Una esperpéntica decisión más del presidente del gobierno sanchista. Además la firma estampada en un documento vacío de contenido deja en mal lugar a su amigo Tudanca, porque este podría haberle ofrecido datos y soluciones contra la despoblación en este territorio. Aunque, quizás mejor así, porque es posible que los sanchistas de Castilla y León no dispongan de ellos, a juzgar por el sinnúmero de palos en las ruedas colocados a las políticas de despoblación y reorganización del territorio promovidas por la Junta.