Vicente Ángel Pérez - Corazón de León

La Bañeza y la Infanta

Hoy, la Infanta ha pasado al olvido, pues incluso su nombre que figuraba en el Centro Cultural ha sido borrado.

La Infanta Doña Cristina , o sea, la hija de Don Juan Carlos , la hermana menor del Rey Felipe VI , la esposa de un presunto delincuente, ya no es hija adoptiva de la ciudad leonesa de La Bañeza , tras más de veinte años ostentando tal honor. El pasado jueves así lo decidió por unanimidad una corporación municipal que agrupa a partidos de todo signo, desde los clásicos hasta los llamados «emergentes». Adiós, Doña Cristina, no queremos saber nada de usted por estas tierras, vienen a decir con su mano alzada los representantes de los ciudadanos bañezanos.

En 1995, Doña Cristina presidió los actos que conmemoraban el centenario del título de «ciudad», concedido cien años antes por la reina regente María Cristina. Ese día, La Bañeza fue una fiesta. Hoy, la Infanta ha pasado al olvido, pues incluso su nombre que figuraba en el Centro Cultural ha sido borrado. Nada nuevo bajo este sol que ahora luce en España, ése que ilumina a tertulianos convertidos en periodistas, periodistas devenidos en jueces; es esta España en donde los platós se transforman en sedes judiciales , y en donde los fiscales y acusaciones son unos charlatanes sabiondos que lo mismo pontifican del cambio climático que del sexo de los ángeles o de cualquier juicio que se tercie. Y lo peor no es que pontifiquen, sino que dicten sentencia antes de que los jueces o los jurados las estudien y emitan.

Que Doña Cristina se va a sentar en el banquillo como investigada es ya sabido, una vez eliminada la «doctrina Botín» ; pero, de momento, aunque en estos tiempos en los que la justicia se dicta desde las tertulias de la tele y de la radio ya esté condenada, es inocente hasta que la Justicia, la verdadera, determine lo contrario.

No se trata de defender a una Infanta, que ya tiene sus abogados, y sí la presunción de inocencia. Salvando las distancias, Ramoncín, cuyos únicos «delitos» podrían ser la pedantería, sus canciones, su chulería y su lengua bífida, ha sido absuelto de un robo que muchos tertulianos le habían endosado. Y no hay que olvidar el caso de aquella mujer que sufrió años de cárcel por el asesinato de Rocío Wanninkhof que nunca cometió, pero un jurado, más experto en «teles»que en leyes, la condenó injustamente.

A los ediles de La Bañeza les ha entrado la prisa para condenar a la Infanta. El populismo derrota, una vez más, a la Justicia. ¿Tan largo se hacía esperar la sentencia judicial? Y si, dado el caso, tal vez remoto, de que fuese absuelta, ¿volverían a acogerla como hija adoptiva o se apuntarían a los tertulianos que sentenciarían que el juicio fue un apaño? En fin, que incluso en La Bañeza los ediles están a lo que dicten los tertulianos de moda. Es la justicia que algunos quieren imponer en esta moderna España. Pena.

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