Bailar jotas para combatir el frío

Alrededor de 3.000 personas se congregan en Villalar de los Comuneros en una jornada difícil por las condiciones climáticas y que dista de la fuerza reivindicativa que predominase años atrás

Las banderas ondearon entre las fuertes y gélidas rachas de viento F. BLANCO

Clara Nuño

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La fiesta que todos esperaban pero no pudo ser. Eso fue ayer Villalar de los Comuneros tras dos años de parón por la pandemia. El clima, desapacible, ventoso y con la amenaza constante de una tromba de agua, no animó a las familias castellano y leonesas a acercarse a la localidad que lleva 45 años erigiéndose como símbolo de la identidad de la Comunidad. Apenas 13 tiendas de campaña ocupaban al mediodía el espacio designado para los valientes que se atrevieran a pasar la noche al raso en la tradicional acampada. Fueron más, sin embargo, los que se fueron acercando al municipio, en un goteo, a lo largo del día. Según las estimaciones oficiales, la afluencia a Villalar a las 17.00 horas era de 3.000 personas, repartidas entre 1.100 vehículos y 6 autobuses .

Con todo, a pesar de las narices enrojecidas, las bufandas al cuello y algún que otro par de guantes, el espíritu entre festivo y reivindicativo embriagaba a todos los presentes. La meteorología, no obstante, dejó una estampa curiosa. Había casi más guardias civiles que asistentes a la fiesta debido al gran dispositivo de seguridad que se desplegó para velar por la integridad de autoridades y asistentes: un total de 315 efectivos entre la benemérita de paisano, drones, agentes a caballo y el Equipo de Respuesta Rápida Ante Atentados. Un dispositivo que, al final, resultó demasiado grande ante la amenza de tormentas.

F. BLACNO

«Que la lluvia nos deje disfrutar del día. Y si llueve, pues que llueva», decía la abulense Emma Lucena en la Casa de la Cultura, durante la inauguración de la jornada, con un adelanto de lo que sería su posterior espectáculo, ‘Castañuela y Tradición’ . Una pequeña muestra que precedió a las exhibiciones que fueron desarrollándose a medida que avanzaba el día, aunque varias tuvieron que cancerlarse por las inclemencias del tiempo.

Desde la última convocatoria en 2019 hasta este 2022 han pasado muchas cosas, como la aparición de nuevos colectivos que, ayer, alzaron sus voces y banderas ante el monolito. Entre los más combativos , destacó la presencia Jóvenes de Castilla y León y la plataforma en defensa de la Sanidad Pública en la Comunidad . «Estamos muy ilusionados porque es nuestra primera vez aquí y creo que es importante reivindicar ese espíritu comunero que tenemos que tener un poco en alza la gente joven», explicaba Diego Martín, del primer colectivo, en declaraciones a ABC, para subrayar que su principal petición es el atajar el «problema de la despoblación» y que Castilla y León «no se convierta en el geriátrico de España, sin oportunidades laborales para su juventud».

La campa, buque insignia de la fiesta, debido al día gris y, posiblemente aún afectado por el parón provocado por la pandemia, distaba mucho de lo que fue en otras ediciones. Embarrada y medio vacía, con muchas menos carpas que en otras ocasiones, aunque no faltaron sus habituales como el PSOE, CCOO o Tierra Comunera-Partido Nacionalista Castellano , entre otros.

El folklore volvió a poner banda sonora a la fiesta F. BLANCO

Fueron los comerciantes los más afectados por la poca afluencia de público. «Estamos muy fastidiados, teníamos esperanza de que hubiera más puestos y mejor tiempo», se lamentaba Rafael, de ‘Peladillas Covandoga’ desde su camioneta azul repleta de chucherías. «Para esto que traigo yo, el día es muy malo». El ‘artesano gallego’ de panadería Lozano lo llevaba mejor. «Llevo viniendo desde siempre y estoy acostumbrado, ¡hace tres años casi salgo volando por el viento!», reía mientras regalaba generosos trozos de dulces a todo el que se acercara. «La gente tiene muchas ganas de salir y distraerse», afirmaba. Y, parece, no le faltaba razón. El público, escaso, pero con ganas de fiesta, se arremolinaba alrededor de los conciertos de música tradicional y combatió el frío de la mejor manera posible; bailando unas jotas .

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