Por Ávila admite su sintonía con Cs y pide a Mañueco que mueva ficha

«Algunos trabajamos de forma más discreta que otros», dice el portavoz del PP en las Cortes en alusión a Igea

Reunión ayer en la Junta de Portavoces para fijar el pleno de la próxima semana F. HERAS

Montse Serrador

Los partidos que sustentan el Gobierno de Castilla y León, PP y Ciudadanos, buscan alcanzar un acuerdo con Por Ávila, que cuenta con un único procurador en las Cortes autonómicas, Pedro Pascual, y con el que siempre ha habido buena sintonía. El objetivo no sólo sería conseguir sacar adelante los presupuestos de la Comunidad del próximo ejercicio, sino lograr un pacto de mayor alcance que permita dar estabilidad al Ejecutivo, tras la pérdida de la mayoría en las Cortes el pasado mes de marzo. Sin embargo, curiosamente, las negociaciones las están llevando a cabo las dos formaciones por separado y cada una con su propia hoja de ruta.

El jueves, el propio vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, señaló que «en breve» podría haber algo positivo con la formación abulense. Ayer, el propio Pascual pidió a Igea «hechos, y no palabras» para poder sellar el acuerdo, aunque reconoció que «en las reuniones que ha habido con Ciudadanos se han presentado una serie de propuestas que son importantes para la provincia de Ávila y ellos ven que son viables y se pueden llevar a cabo. Hemos tenido varias reuniones, el ambiente es favorable, están de acuerdo con nuestras solicitudes, y cuando las vea plasmadas iremos hacia adelante», insistiendo en que «si se convierten en hechos, vamos hacia delante, pero tienen que ser hechos, no palabras», informa Ical.

Acuerdos sin cumplir

Pascual avisa al equipo de gobierno regional de que «el año pasado cuando apoyamos los presupuestos era con unas inversiones concretas para Ávila que se están llevando a cabo, pero no del todo, porque hay algunas que no se han cumplido todavía. Hay cosas pendientes del anterior presupuesto, y por eso digo ahora que lo quiero son hechos. Cuando vea que se están haciendo las cosas, pues podremos avanzar», teniendo en cuenta, dijo, que «ellos tendrán más prisas que nosotros».

Por su parte, el alcalde de Ávila y vicepresidente de Por Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, insistió en que su formación quiere «garantizar la estabilidad del gobierno regional para evitar unas elecciones que no son necesarias, y ahora es el señor Mañueco el que tiene que mover ficha». «Por Ávila puso también la negociación encima de la mesa del PP, pero no recibimos respuesta. Parece que Mañueco no estaba muy interesado en invertir en Ávila», comentó Sánchez Cabrera, «y ahora es el señor Igea, como parte también del Gobierno regional, el que ha tomado la iniciativa, nos ha llamado y parece que es muy receptivo a que podamos llegar a un acuerdo». En este sentido, destacó que «por lo menos desde las consejerías lideradas por Ciudadanos parece que sí que están dispuestos a invertir en Ávila, y lo que estamos esperando es que Mañueco mueva ficha porque Por Ávila ha tendido la mano a garantizar la estabilidad del gobierno regional».

Desde la formación abulense se tiene la convicción de que esa estabilidad «es importante para la región, no se justificaría de ninguna manera que se convoquen elecciones o que haya inestabilidad en el Gobierno que evite que Castilla y León progrese en un momento tan decisivo e importante como en el que estamos con la llegada de los fondos Next Generation que están fijándose en la España vaciada, y nosotros lo somos». La concreción o no del pacto va a depender en cómo «se materializan los puntos de acuerdo que tenemos con Ciudadanos, porque tiene que haber un acuerdo con las dos partes del Gobierno regional».

En la otra parte, el portavoz del Grupo Popular en las Cortes autonómicas, Raúl de la Hoz, aseguró ayer al finalizar la Junta de Portavoces que su formación también trabaja «para dar estabilidad al gobierno» aunque «algunos trabajamos de forma más discreta que otros», dijo en alusión a Francisco Igea, si bien evitó en todo momento nombrarle, limitándose a señalar que «he sido suficientemente claro», cuando se le pidió una mayor concreción. Recordó, además, que la negociación para conseguir apoyos que permitan sacar adelante los presupuestos se realizan con otros parlamentarios (UPL y Vox) dado que con PSOE y Podemos «me gustaría pero se negaron; los otros procuradores son más serios y respetuosos».

El posible adelanto de las elecciones autonómicas sigue pesando en el ambiente, aunque De la Hoz fue muy tajante al asegurar que «no tiene nada que ver» con la convención del PP. En Ciudadanos, su portavoz se reafirmó en la necesidad de «eliminar el ruido» y se preguntó «por qué hay que adelantar las elecciones cuando tenemos Gobierno, se están negociando los presupuestos y hay interés para que salgan adelante». «No creo que el PP, después de la convención nacional, decida ir a un adelanto electoral»., concluyó

Mientras, en el PSOE denunciaron la «inestabilidad» del Gobierno autonómico para afirmar que «no tenemos ningún miedo a un adelanto electoral» , en palabras de la viceportavoz del Grupo Socialista, Virginia Barcones, quien se refirió al «sainete» provocado por PP y Ciudadanos, a quienes acusó de «prender la llama de la inestabilidad» con el «manoseo permanente» de las instituciones con el adelanto electoral. «No estamos jugando el futuro», advirtió, para recordar la llegada de los fondos europeos.

Con este mensaje, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista de las Cortes, Luis Tudanca, preguntará al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, en el pleno del próximo martes por la «estabilidad» que requiere el Gobierno en un momento como el actual y tras haber hecho «saltar las alarmas» en torno al pacto entre PP y Ciudadanos.

Precisamente, a Luis Tudanca, y al portavoz del Grupo Mixto, el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, criticó ayer Raúl de la Hoz por no haber acudido a la reunión de la Junta de Portavoces, un hecho que, según señaló, se repite en demasiada frecuencia. Ante esta actitud, apeló a la responsabilidad porque «somos procuradores y eso implica una serie de obligaciones». La respuesta a estas afirmaciones llegó de la mano de Virginia Barcones, que acusó al dirigente popular de «embarrar» con polémicas «estériles y artificiales, al tener «la casa revuelta».

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