«El arte y la cultura no forman parte del pensamiento de los gobernantes»
Daniel Pérez, director del Teatro Principal de Zamora
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Este mes de julio, «Ante la jubilación», por tomar el título prestado del dramaturgo Thomas Bernhard, Daniel Pérez, uno de los más veteranos y prestigiosos directores de teatro de la región cede el testigo a un nuevo gestor en el Principal de Zamora. Con treinta años sobre sus espaldas se repasan estas décadas.
En 2006 se celebró el cuarto centenario de la inauguración del Principal y el 2018 los 30 años de la reinaguración. ¿Qué recuerda con mayor satisfacción?
La rehabilitación integral terminada hace 30 años conservó la estructura del antiguo Corral de Comedias de 1606. Muchas generaciones de zamoranos han acudido a disfrutar de los espectáculos, y mi mayor satisfacción fue comprobar que formaba parte de la vida de los zamoranos.
¿Cómo ha sido la respuesta del público? ¿Se han incorporado jóvenes espectadores?
En la ciudad siempre ha habido tradición y el público de hace treinta años esperaba recuperar su teatro. Desde el primer día hemos trabajado para ofrecer a niños y jóvenes espectáculos a fin de crear nuevos espectadores. Hoy aquellos niños son padres que acuden al teatro con sus hijos.
¿Qué hitos escénicos destacaría en estos treinta años?
Hemos ofrecido más de 4.500 espectáculos. Lo importante es que cada sector de público ha tenido «su teatro». Ese es el objetivo y la labor de un teatro público: que todos los espectadores tengan un espectáculo adecuado para ellos. Personalmente, me ha gustado la producción de obras teatrales que han sido estrenadas en el Principal y girado por España.
¿El teatro Principal de Zamora fue el germen de la Red de Teatros de Castilla y León?
Sí. Al poco tiempo de la apertura, convencimos a la Consejería de Cultura de la necesidad de un plan para aprovechar los recursos destinados a la exhibición y producción de espectáculos por todas las provincias. Fue un acierto la creación de la Red.
¿Los programas posteriores de la Junta han mejorado en relación al teatro? ¿Existe una política cultural teatral que promocione el sector?
Que yo sepa, aparte de los Circuitos Escénicos, la Red de Teatros y las subvenciones, no ha habido nuevos programas que mejoren la creación o difusión teatral. Es cierto que en Cultura la Junta ha optado por trabajar con éxito en diferentes planes de patrimonio, pero no ha ocurrido lo mismo con las artes escénicas.
¿Qué estado atraviesa el teatro producido en Castilla y León?
Creo que no está en su mejor momento. Es cierto que las distintas compañías precisan de subvenciones para sobrevivir, pero casi todas están más pendientes del subsidio que del público y la taquilla. Creo que las administraciones deberían eliminar las subvenciones a cambio de mejorar las condiciones laborales y empresariales en las artes escénicas. Sería necesaria una excepcionalidad como en otros países: hay que saber que los recursos para las subvenciones son menores que lo que el Estado ingresa por el IVA y la seguridad social. Una compañía no es una constructora y está sujeta a las mismas obligaciones. Siempre he tenido la sensación que el arte y la cultura no forman parte del pensamiento de los gobernantes. Aunque solo sea desde el punto de vista económico, la protección de las artes, sería muy rentable.
¿Por qué se produce despoblación teatral de jóvenes formados aquí?
Porque no tienen posibilidades de ejercer su profesión. Más claro: el trabajo de los actores está frente al público y, en nuestra Comunidad, todavía queda público suficiente; pero el que empieza, necesita un pequeño impulso. Los jóvenes prefieren salir fuera, porque sé que piensan que no merece la pena gastar tiempo y energía en una región envejecida, sin los atractivos y estímulos de una ciudad como Madrid, en la que encuentran posibilidades de promoción.
¿Debería el teatro creado aquí desarrollar líneas de trabajo genuinas?
A comienzos de 2000, la Fundación Siglo realizó un proyecto que incluía la creación del Centro Dramático de Castilla y León. En él se desarrollaban unas líneas de trabajo que establecían, entre otras, la promoción de autores teatrales. Este proyecto, lamentablemente, no continuó porque las autoridades de entonces desconocían el valor de estos conceptos. Tampoco las de ahora saben que la historia, anhelos o preocupaciones de una sociedad pueden ser elevados a la categoría de arte. Eso es lo que da producciones diferenciadas.
¿Por qué no salió adelante la Joven Compañía de Teatro de Castilla y León que se pensó formar desde el Teatro Principal, cuando las administraciones (todas) eran del mismo color político?
Antes hablábamos de despoblación y se piensa que hay que combatirla con medidas administrativas, cuando se trata de proponerse que ni un solo ciudadano salga de nuestra Comunidad. Creo que hay que ser radical, cada uno en nuestro ámbito, y buscar maneras para que nadie se vaya. Se planteó este proyecto para los egresados de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León. No es lugar para explicar todo el proyecto, pero, en líneas generales, se trataba de ofrecer el Teatro Principal de Zamora y el apoyo del Ayuntamiento, para crear espectáculos. A cambio, se solicitaba a las Consejerías de Educación y de Cultura apoyo para facilitar la gira por los Circuitos Escénicos para que pudiesen recaudar con las taquillas y mantenerse. Solo se necesitaba colaboración entre instituciones, pero el Ayuntamiento de Zamora, que presentó el proyecto, no tuvo contestación.
Las relaciones con la OSCyL no siempre han sido fluidas, ¿a qué achaca esta cuestión?
No tengo nada en contra de la OSCYL y del trabajo que viene desarrollando, todo lo contrario, tenemos una Orquesta que puede presentarse ante cualquier auditorio. Sí tengo que decir que a los teatros públicos nos habría gustado ser incluidos en algunos programas de la Orquesta y su ejecución periódica, con el fin de satisfacer y aumentar la demanda de la música. Con ello, también soy portavoz de los numerosos aficionados de mi ciudad.