Coronavirus Castilla y León: el «arsenal» para el segundo impacto
Sanidad dispone de reservas de material de protección para varias semanas
La falta de material de protección y la agónica búsqueda de mascarillas, guantes, batas, geles hidroalcohólicos... fue otro enemigo más contra el que combatir y que el Covid-19 encontró como aliado en su primer impacto. Sin saber cómo iba a evolucionar el desconocido virus, una cosa quedó clara a la Junta de Castilla y León ya por el mes de abril: contar con reservas suficientes que garanticen la capacidad de resistencia durante semanas a la vista de que en marzo irrumpió desbaratando cualquier previsión imaginable.
Las reservas acumuladas de esos elementos que se han vuelto más que imprescindibles apenas daban para una semana cuando los ingresos en los hospitales de la Comunidad se contaban por cientos al día. En el recuerdo, la llamada del vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, apelando a particulares y empresas a donar suministros con los que proteger a los sanitarios , cuyos contagios –y defunciones– fueron otro lastre para encararse al virus.
El segundo «arreón» del coronavirus se ha adelantado a las previsiones, pero esta vez su ataque tendrá más difícil entrar por el flanco de la escasez de equipos de protección individual (EPI). Aviones llegados con miles de toneladas desde China, un barco contratado para poder transportar más carga , empresas que en Castilla y León han adaptado su producción para sacar de sus cadenas lo que hace unos meses casi sólo llegaba del gigante asiático... Y en los almacenes de la Consejería de Sanidad, guantes y mascarillas que se cuentan ahora por millones.
Del medio millón de mascarillas quirúrgicas y 2,8 millones de guantes que se guardaban en febrero de lo que se aprovisionó frente al ébola, a los más de 7,3 y 25,6 millones, respectivamente, que hay ahora.
568 respiradores
Claro, que el consumo que requieren los centros sanitarios no es pequeño. Según los datos de la Consejería de Sanidad, semanalmente se necesitan cerca de 2,6 millones de guantes de nitrilo –el material de protección más usado– y cerca de 400.000 mascarillas quirúrgicas. Con las reservas que hay, disponen de protección para las manos para cerca de diez semanas y cubrebocas para casi 19, a las que añadir el stock también para unas 17 de las tipo FFP2 (más de un millón de unidades) y FFP3.
También batas desechables para cinco meses, monos y buzos o gafas de protección para dos años. Y casi 78.000 de ese líquido que desde marzo se ha vuelto un imprescindible también en hogares, empresas, comercios y bolsos de los ciudadanos:solución hidroalcohólica. Los centros sanitarios utilizan cerca de 5.600 litros a la semana.
Cuenta con más de 25,6 millones de guantes, para casi diez semanas, y 7,3 millones de mascarillas
Y entre los suministros adquiridos otro que no es de protección, pero que sí es clave para atender a los pacientes más críticos y que requieren la intubación en la UCI: los respiradores. Tampoco fue fácil adquirirlos en el golpe de la primera ola, en la que se requirieron de empresas privadas e incluso empresarios recaudaron dinero para sus compra. Con más de un centenar de pacientes ahora en las unidades de críticos, Sanidad dispone de 568 equipos de ventilación mecánica invasiva.
Clave también la detección de los contagiados. Cerca de 50.000 pruebas de detección del virus se realizan semanalmente con kits PCR, de los que en almacén hay más de 140.000. Además de otras pruebas diagnósticas, tanto moleculares como de anticuerpos.
33 millones más
Pero el «crecimiento exponencial» de personas infectadas que se ha sucedido desde agosto, con el «consiguiente incremento de los ingresos», ha llevado a un «aumento de la demanda» de un material sanitario cuya compra y transporte ya ha descuadrado las cuentas autonómicas de este año. La Junta aprobó la pasada semana la declaración de emergencia de la contratación de suministros sanitarios y servicios para sus centros. Más de 33 millones de euros a mayores de los ya previstos para «dar respuesta a las necesidades de trabajadores y pacientes».