JUICIO POR EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO

Los abogados de la defensa acusan de falso testimonio al principal testigo

«Se puso a la altura de su cabeza y le pegó tres tiros», relata la mujer del Policía Nacional jubilado que presenció el asesinato

La tercera sesión ha arrancado con la declaración del agente jubilado testigo de los asesinatos POOL

ABC.ES / R. ÁLVAREZ

15.53

La sesión se suspende hasta las 17.30 horas. Faltarían por declarar dos policías nacionales, un subinspector y un policía local.

15.51

La defensa de Gago pregunta ahora por el informe de posicionamientos de los teléfonos móviles en el aparecen datos poco coherentes como que una persona hace una llamada en un lugar y pocos segundos después la haga desde otro a varios kilómetros de distancia. «Puede deberse a un error informático», añade la testigo.

15.48

La jefa de la UDEV considera que durante el desplazamiento del coche de la agente acusada desde el garaje de Raquel Gago hasta Comisaría, donde se hizo el reconocimiento y las fotografías de cómo se había encontrado el bolso con el arma dentro de él , éste no tuvo por qué moverse de su sitio porque había más cosas al lado y no era un objeto redondo que se pudiera desplazar con facilidad.

15.38

El abogado de la agente acusada le pregunta si su representada colaboró y si fue importante para la investigación que apareciera el arma, a lo que ella responde que «sí, porque se dejó de buscar» aunque tenían ya a dos detenidas. Sobre el tiempo que Raquel Gago tardó en entregar el arma (30 horas) afirma que puede que fuera o bien porque no sabía que la tenía —como ella confesó— o porque necesitara tiempo para pensar qué iba a hacer.

15.29

La testigo reconoce a preguntas del abogado de Raquel Gago que cree que fue «un error» que los policías de Burgos dijeran en su declaración en el Juzgado que no habían estado en casa de la acusada cuando se encontró el bolso con el arma cuando sí que estuvieron allí.

15.23

La defensa de Raquel Gago pregunta a la jefa de la UDEV si cree que se trata de un crimen perfecto o casi perfecto como se ha denominado en varias ocasiones. Ella responde: «No lo sé, son valoraciones que no me corresponden, nosotros nos hemos limitado a hacer nuestro trabajo».

15.19

La jefa de la UDEV apunta que los compañeros le comentaron en un momento dado que si ellas quieren seguir hablando y decir de quién se trata (en referencia a la policía que aseguran que tiene el arma) se pueda llamar a su señoría, decirle lo que ocurre y si dispone que se salga, se va a buscar el arma. « ¿Cree que pudo haber un engaño? », le pregunta el letrado a lo que ella responde que lo que piensa es que «los policías de Burgos les dieron un trato más que amable y ahora se están aprovechando de eso para darle la vuelta a las cosas ».

15.14

La testigo dice que no le sorprendió que Montserrat fuera a declarar un día después del asesinato, aunque sí la rapidez con la que cambió de opinión. Dice que lo normal es que tras pasar la noche en calabozos el detenido lo que quiera «es declarar, salir de allí y que se acabe cuanto antes. Nos ha pasado un montón de veces».

15.10

El abogado de Montserrat y Triana le pregunta qué se tiene en cuenta a la hora de fijar la muerte de la víctima. Señala que son varios factores, la llamada del 112, los testimonios, etc. y sostiene que la hora es la fijada anteriormente, «sobre las 17.15». La llamada de la mujer del policía jubilado es a las 17.18, le apunta el letrado, «¿por qué se dice entonces que la muerte tuvo lugar tres minutos antes?». «Nadie puede saber a qué hora exacta se produjo»; responde ella, «hablamos de una estimación en la que se tienen en cuenta más elementos».

14.57

A preguntas de la abogada de la acusación, Beatriz Llamas, la testigo explica por qué los policías de Burgos dijeron que no habían estado en casa de Raquel. Fue porque no figuraban en el atestado, aunque no era necesario, y pensaron que eso podría ser un problema, y por ese motivo luego se rectificó.

14.52

Cuando conocieron el informe de las llamadas pensaron que había indicios «importantes» para sospechar. También tras las declaraciones que se tomaron a las amigas de Raquel porque todas ellas les dicen que Raquel no les dijo que en ningún momento que viera a Triana después de los hechos y les pareció extraño.

14.50

Cuando Raquel llega con los compañeros y se le toma declaración le proponen que se la interrogue como testigo «porque la versión que da tiene cierta coherencia». Ella no estaba del todo conforme con esto porque «había ciertas cosas que a mí personalmente y a otros compañeros más nos pareció que cuanto menos había que comprobar porque había muchas casualidades». Quedó en libertad porque su versión tenía «cierta coherencia y, aunque no acababa de encajarnos, lo que se suele hacer es eso». De haber conocido la llamada de Triana a Raquel tras el crimen confiesa que «no la hubiéramos dejado en libertad», también porque a finales de abril existe una secuencia de llamadas que es «extraña». Cuando recibieron la información de las compañías de telefonía prepararon el informe para que al día siguiente, cuando Raquel estaba citada en el Juzgado, la juez pueda tener toda la información disponible porque «era importante».

14.39

Estaban intentando localizar qué policía mujer podría ser amiga de Triana y tener el arma. Ordena que se compruebe y un compañero le dice que han recibido una llamada y que Raquel Gago tenía el arma del crimen. Pregunta si era policía y le confirmaron que sí, que era policía local. Fueron a casa de Raquel el agente al que la acusada hizo la llamada para entregar el arma y otro más. Los de Burgos fueron también y su presencia allí no se hizo constar «porque en una comparecencia no se pone a todos los que van, sólo los que han tenido una actuación importante en la actuación», aclara.

14.33

Los policías de Burgos le trasladaron en un determinado momento que Montserrat estaba diciendo todo el rato «esto tiene que acabar, lo contamos todo y Triana le contestó que no dijera nada que quien tenía el arma era policía». La jefa de la UDEV cuenta a petición del fiscal cómo es la estancia en la que se encontraban las acusadas cuando hicieron estas declaraciones, le muestran una serie de fotos que identifica como ese lugar. En ese momento Montserrat y Triana estaban solas.

14.27

Declara que Montserrat estaba en los calabozos altiva, exigente, protestona y la subieron a las oficinas de la UDEV sobre las 13.30. Se entrevistaron con ella los policías de Burgos (la declarante no estaba presente). Se quedaron a solas con ellas y dijeron que Montserrat se declaraba culpable, exculpaba a su hija y quería declarar, aunque más tarde volvió a decir que no y luego sí. Cuando Triana llega para hacerle la prueba de disparo y porque precisaban una serie de ropas cuenta que la madre ve a la hija o la escucha y empiezan a llamarla y a pedir que e dejen estar con ella. Deciden que no hay inconveniente en que se vean. Dice eso es «normal» y no hay ninguna norma que lo impida.

14.21

El fiscal pregunta a la jefa de la UDEV sobre los policías de Burgos que llegaron para apoyar la investigación y se unieron al grupo. A las 8.30 del día 13 le informaron de que los compañeros de Burgos se unían a la investigación, pero no fue la hora a la que llegaron a León. Cree que cuando se presentaron en la Comisaría fue sobre las 11.30, aunque reconoce que no lo miró. Ella estuvo un tiempo con ellos y los puso al día en el proceso.

14.15

Después de dirige a la pasarela, donde todavía se encontraba el cadáver. Estaban los sanitarios y la Científica en ese momento, cuenta. Trasladaron a las detenidas a Comisaría, aunque separadas y cree que sobre las ocho enviaron a Triana a la Comisaría de San Andrés. Esa tarde-noche tomaron las declaraciones que creían más urgentes y necesarias, testigos y compañeros de la policía local y nacional y también solicitaron el acta de registro al domicilio de Triana.

14.10

Cuando ella llegó ya estaban las dos mujeres detenidas, ya se habían intervenido las prendas que identificaron como las que llevaba la mujer que había disparado y unos móviles. Cuando Triana ya estaba detenida vio como hablaba o intentaba hablar por teléfono, se lo impidieron y tenía, además, otros dos teléfonos y unas gafas de sol. «Era un caos total, lo primero que se pensó fue que se trataba de un atentado terrorista» y se organiza la situación.

14.07

Declara la inspectora jefe de la UDEV, encargada de los delitos contra las personas y que coordinó la investigación. Recibió una llamada sobre las 17.20, 17.25 y se dirigió a Gran Vía de San Marcos, donde estaban las detenidas. A las 17.19 minutos reciben la llamada del 112 informando de los hechos y sitúa la hora del crimen sobre las 17.15 horas. En Gran Vía de San Marcos había varias patrullas cuando ella llegó. Le comentaron que había un policía jubilado que había seguido a la mujer que habría causado la muerte de la víctima. No habló con el policía jubilado, pero sí con su mujer, que le contó por encima "porque estaba muy muy nerviosa" lo que había ocurrido.

14.00

Beatriz Llamas sigue preguntando al testigo a quiénes reconoce en la llamada grabada. Afirma que la grabación de es cuando saca a la madre del vehículo y hablan Montserrat, el policía jubilado y él.

13.56

El fiscal acusa al letrado de la defensa de hacer "mal" su escrito de calificaciones y tratar de enmendarla ahora. "Trata de impresionar al jurado haciéndole creer que existe una contradicción donde no la hay", sostiene.

13.40

El abogado de Montserrat y Triana pide que se aclare quién llevaba los tres teléfonos móviles teniendo en cuenta que el testigo cuenta que Montserrat tenía uno en la mano cuando la vieron. Quiere que quede constancia de que no era Triana quien llevaba los tres en la mano. El presidente del tribunal solicita un receso de diez minutos.

13.29

Trabajó con Raquel Gago unos cuatro años, no eran compañeros fijos y fue hace años, cuando él llegó a León, que fue en 2003. El abogado de Raquel Gago le pregunta si estando de servicio era posible que participara en seguimientos, dice que tiene que ir con él, pero que no tendría ningún problema en desplazarse fuera del barrio asignado. Dice de Raquel Gago «No me la imagino metida en este fregado, no le gustaban las armas, creo que en su vida profesional no ha hecho ninguna detención».

13.25

El letrado José Ramón García sigue insistiendo en conocer a qué hora les entró la llamada que avisaba del crimen en la emisora. Pide otra vez que le pongan el final de la grabación de la llamada al 112 (es la sexta vez que se reproduce durante esta sesión). Ahora el testigo dice que reconoce su voz en ella. Cuando se oye hablar están al lado del vehículo y el policía jubilado le dice que busque el arma.

13.21

Dice que Montserrat estaba «súper tranquila» en el momento de la detención y eso ayudó a que creyeran que se habían equivocado. «Se creó un revuelo muy grande, el policía jubilado se fue rápidamente, la señora (Montserrat) insistía en que ese señor (el policía jubilado) estaba loco y la señora iba bien vestida, llevaba un vehículo de alta gama y no tenía pinta de ser una delincuente común y pensamos que nos habíamos equivocado». Triana les contó que iba a hablar con su padre, que era compañero suyo y que tenía una amiga que también.

13.17

El agente dice que cuando el policía jubilado les paró lo hizo con las manos en alto. A la pregunta de si llevaba un teléfono móvil en ella contesta que no lo sabe, pero cree que no. Beatriz Llamas pide otra vez que le pongan la grabación de la llamada que atribuyen al policía nacional jubilado. A las preguntas de si el que habla puede ser el segundo testigo apunta: «yo creo que ese es el policía jubilado».

13.13

El testigo dice que el policía jubilado fue quien reconoció la ropa que Montserrat se había quitado tras el crimen y fue también a buscar el arma porque dijo que sabía por dónde había venido Montserrat. Cuenta que Triana hizo una llamada y dijo «aquí hay unos policías que nos están identificando» y le pidió que dejara el teléfono. Asegura que no se dio cuenta de que Triana hubiera recibido ninguna llamada. Allí había tres móviles. Cuenta que conoce a Raquel Gago y que patrulló con ella. La define como «una chica discreta, no muy abierta».

13.07

Declara el agente de la Policía Local 3247, que estaba junto al que acaba de testificar cuando recibieron el aviso de que se había producido un tiroteo. El policía jubilado que siguió a Montserrat se puso delante de su vehículo y les dijo que la mujer que estaba sentada en un coche en el chaflán donde los sindicatos era la que había asesinado a otra. Pusieron su vehículo tras él y bajaron a la señora, que soltó un teléfono móvil. Había otro señor además del policía jubilado que decía que había presenciado los hechos, pero cuenta que él no lo vio. Él no habló con Triana cuando llegó, fue su compañero. Detalla que Triana entró en el coche y se intentaron ir. Le pidió la documentación a la madre, que no la llevaba, y la hija le dijo que la tenía en el coche y fue entonces cuando pusieron la marcha atrás y trataron de huir, pero se lo impidió su compañero.

12.59

El abogado de Montserrat y Triana, José Ramón García, insiste en preguntarle la hora a la que el testigo recibió el aviso. Le pregunta si cuando Triana le dijo que venía de Fuensanta hizo referencia a la cafetería o la zona, y le dice que no sabe. Pregunta Fermín Guerrero, que representa a Raquel Gago. A su cuestionario dice que Triana llegó al vehículo unos dos o tres minutos después de que ellos parasen junto al coche en el que Montserrat estaba sentada.

12.52

. Beatriz Llamas le pregunta si cree que esa llamada puede coincidir con lo que les dijo el segundo testigo y contesta que cree que no, que le concuerda más con el primero, es decir, con el policía jubilado que previamente ha declarado que no había podido mantener contacto con el 112. «El primero estaba con un teléfono hablando y el otro creo que no».

12.48

La abogada de la hija de Isabel Carrasco, Beatriz Llamas, pregunta al agente si el segundo de los dos testigos, no el policía jubilado, al que se refirió como un hombre «nervioso, alterado», estaba hablando por teléfono. Contesta que no lo recuerda y pide que le pongan la grabación que las defensas atribuyen al policía nacional jubilado y que él dijo que «cree» que no era suya. El abogado de Montserrat y Triana protesta, pero se la ponen igualmente.

12.45

El declarante cuenta que el policía jubilado se fue a buscar el arma. Registraron el vehículo para ver si la encontraban. Se identifican las prendas que llevaba la señora en el momento en el que estaba en la pasarela y efectuó los disparos. Había una cazadora marrón-verde, unos guantes, una gorra negra y unas gafas. Posteriormente les hicieron entrega de tres móviles. No recuerda si estando allí sonó alguno de ellos. Afirma que conoce a Raquel Gago, pero que están en unidades diferentes, por lo que no tenían trato.

12.39

El testigo cuenta que la situación en ese momento le pareció «rocambolesca», llegó a pensar que se trataba de una «llamada falsa», le dijeron que le estaban grabando cuando hablaba con el policía jubilado que estaba «muy nervioso» y creyó que se trataba de una «cámara oculta», de una broma. Madre e hija no parecían culpables y no entendía lo que pasaba. Dice que no mencionaron en ningún momento, que él supiera que fueran madre e hija del comisario jefe de Astorga. Triana le dijo que venía de la cafetería Fuensanta, fue a comprobar si estaba abierta, vio la trapa echada y en el establecimiento de enfrente le preguntaron si les podían ayudar y él les preguntó si la chica había entrado allí. Le dijeron que no. Madre e hija intentaron marcharse con el coche mientras él estaba hablando con uno de los testigos, se adelantó y les preguntó dónde iban y procedieron a la detención. En la emisora avisaron entonces que la muerta es Isabel Carrasco. «Entonces nos dimos cuenta de la magnitud« de lo que ocurría, de que en lo que teníamos enfrente había algo «sólido».

12.30

Responde ahora el policía local 3189. Estuvo presente en la detención de Montserrat y Triana. Iba en el vehículo que paró el policía jubilado para que detuvieran a Montserrat. Él y su compañero abordaron el coche en el que estaba la acusada, sentada en el asiento del copiloto. El policía jubilado les dice que busquen un arma, que tiene que estar por ahí. Montserrat estaba «quieta», dice. «Era una señora normal, bien vestida y que no estaba para nada alterada». El policía jubilado insistía en que era la asesina, pero no había revólver. «No había nada que me hiciera pensar que lo que el hombre decía (el policía jubilado) era cierto en ese momento».

12.20

El testigo se identifica en las fotografías y dice que cuando él llegó el cadáver estaba en la posición que recogen las fotografías, vio el tiro en la espalda, hacia la mitad.

12.17

Declara el policía nacional 90650, que también fue a la pasarela cuando se produjeron los hechos. Estaba cerca de la zona de Guzmán cuando recibieron el aviso y se acercaron. Hablaron con una señora y un señor, ella era la mujer del policía jubilado que siguió a Montserrat tras el asesinato y el otro señor ofreció un testimonio similar. Estuvo allí hasta el levantamiento del cadáver. También le muestran fotografías de ese día.

12.13

Enseñan al agente varias fotografías de la pasarela en la que dispararon a Isabel Carrasco. Se reconoce entre los policías que estaban allí y dice que cuando él llegó el cadáver estaba en la posición mostrada. Tenía una herida de bala a mitad de la espalda, afirma. Estuvo en la escena del crimen al menos un par de horas.

12.07

Se reanuda la vista con la declaración del policía nacional 89774. Fue de los primeros que llegó a la pasarela el día del asesinato. Allí al menos había personal del 112 y una dotación de la Policía Local. Había una mujer rubia que decía que su marido había ido detrás de la señora que había disparado porque se habían cruzado con ella. Él no llegó a hablar con el policía jubilado. Permaneció allí hasta que se produjo el levantamiento del cadáver.

11.15

Anuncian un receso hasta las 11.45 horas, cuando están citados cuatro policías nacionales, dos locales, la inspectora jefe de la UDEV y un subinspector de la policía nacional. Además, se ha añadido un nuevo testigo, un policía local propuesto por las acusaciones que inicialmente iba a declarar el 28 de enero.

11.08

Declara Beatriz González Lanza. También estaba en el Paseo de la Condesa el día del asesinato. Oyó los disparos cuando estaba dentro de su coche aparcado frente al ambulatorio. Vio cruzar a una mujer que le llamó la atención porque pasaba por un sitio que no era el paso de peatones y llevaba el rostro tapado con un pañuelo. Iba hacia Lucas de Tuy y un señor la seguía. Cuando salió del coche y vio que había un cuerpo fue al ambulatorio a pedir ayuda.

11.03

Declara Teresa Fernández García. Iba de paseo con su madre por el Paseo de la Condesa cuando se produjo el crimen. Oyó gritos de una niña y vio a una mujer tendida en el suelo. Es enfermera e intentó coger el pulso a Isabel Carrasco. No había pulso y dijo al 112 que tenía que moverla para seguir con las maniobras de reanimación. Cuando llegó estaba tendida boca abajo y con las manos hacia adelante. Cuando la giró vio que tenía la pupila totalmente dilatada y que estaba en parada cardio respiratoria. Estaba muerta.

10.55

El fiscal pide que pongan al testigo varias fotos de como estaba dispuesto el cadáver de Isabel Carrasco.

10.51

Declara José Luis Rodríguez Arias. El día del asesinato salió de su casa sobre las 17.05, 17.10 y oyó unos disparos. Iba a cruzar la pasarela, pero cuando escuchó los tiros le quedaban unos 30 metros para llegar. También pensó que eran petardos. Se cruzó con Montserrat, que dice que llevaba un bolso en el que llevaba metida la mano. Iba andando rápido, pero sin correr y cruzó hacia Lucas de Tuy. Él miró hacia la pasarela y cuando se giró ya no la vio. Al policía jubilado lo vio al principio de la pasarela y no se fijó en si fue detrás de ella o no. No llegó a ver la cara de Montserrat porque la llevaba tapada con un pañuelo.

10.45

A petición de la defensa de Montserrat y Triana le enseñan varias fotos sobre la zona por la que se produjo la huida y la situación de Montserrat y el policía jubilado en ese momento.

10.40

Manuel Aller afirma que Montserrat se comportaba como si la cosa no fuera con ella.

10.39

El testigo aclara que cuando vio al policía jubilado hablar por teléfono estaba ya donde se produjo la detención, cree que antes también y considera que perdió de vista a Montserrat durante el seguimiento. Cuenta que Pedro Mielgo insistía en que había que buscar el bolso con la pistola y que los que estaban allí se fueron a buscar.

10.35

Dice que Montserrat preguntaba «qué pistola, qué pistola, si no hay» mientras la registraban a ella y al vehículo. Vio que la mujer no vestía igual que cuando la había visto salir de la escena del crimen, pero cuando sacaron la parka la reconoció.

10.33

Declara el testigo Manuel Aller, que se encontraba cerca de la zona del crimen cuando se produjo el asesinato. Vio el cadáver, se asustó y echó a correr en dirección hacia Condesa. «Decían la han matado, la han matado», afirma. Vio a Montserrat y la intentó seguir, pero no le dejaron pasar y vio al policía jubilado que iba detrás de ella. Cuenta que vio al policía hablando por teléfono, intentó decirle algo y después paró a un coche de policía, que se puso detrás del «mercedes» de Triana y le pidieron la documentación a la señora que estaba allí sentada.

10.27

El abogado de Montserrat y Triana acusa al policía jubilado de haber prestado un falso testimonio. El fiscal responde que no le parece que sea su voz, algo que cree normal. El abogado del PP cree que la intención de la defensa es «crear confusión». Fermín Guerrero, abogado de Raquel Gago, dice que no se pueden tolerar mentiras.

10.18

El abogado de Montserrat y Triana pregunta a la testigo cómo fue el seguimiento. Pide que le pongan una llamada que realizó ella tras el asesinato y una grabación más, la que le pusieron a su marido y negó que fuera él. Le pregunta si reconoce quién llama y ella responde: «no tengo ni idea». José Ramón García insiste en si se ha puesto en contacto con ellos alguna de las partes allí personadas y ella dice que no. Le vuelven a poner la llamada. Su mujer vuelve a responder «es él», reconociendo que es su marido aunque lo ve muy nervioso en la grabación.

10.10

«Tenía una actitud fría y normal, no le temblaba la mano ni nada», añade Elena Morandeira respecto al comportamiento de Montserrat antes de destacar que caminaba de forma silenciosa y muy cerca de la víctima, que no sabía que iba detrás de ella.

10.10

Ella se quedó allí y pidió ayuda. Cuando llegó la policía y el 112 ella quiso ir a buscar a su marido, que iba siguiendo a la señora y un policía la acompañó. Cuando llegó donde estaba él le dijo que ya estaba, que ya había pasado. Se sentó en un bar y un policía le enseñó el abrigo que llevaba Montserrat en ese momento y la gorra y las reconoció como las que llevaba puestas la que había disparado. Bajaron a Montserrat del coche para ver si la reconocía y le dijo que el pelo, la piel y la estatura sí, pero no llevaba la misma ropa. Le llamó la atención su forma de caminar «tenía andares cortos y rápidos y pisaba raro».

10.05

La testigo cuenta como iba vestida Montserrat González en ese momento. Tras los disparos destaca que la mujer morena se puso recta, cogió el pañuelo, se lo puso entre los dientes tapando la boca y la nariz y en vez de salir por el otro lado vino hacia nosotros, «pensé tierra trágame, esta nos quita de en medio, mi marido me agarró y nos miró al pasar». Cuenta que ella iba en todo momento sujetando el arma, que llevaba dentro del bolso. La observaron como cruzaba tres pasar por delante de ellos y fue entonces cuando su marido la empezó a seguir.

10.01

Declara Elena Morandeira, mujer del policía jubilado, que iba con él en el momento en el que se cruzaron con Isabel Carrasco y Montserrat González en la pasarela. Tras unos pasos oyeron un petardo, vio que se estaba cayendo la señora rubia y quiso ir a ayudarla, entonces la morena se puso a la altura de su cabeza, dobló un poco las rodillas y le pegó tres tiros. «El último me dio mucha impresión porque salió humo y a la que estaba tendida en el suelo le rebotó la cabeza»

9.58

José Ramón García pone en la sala la grabación de una llamada que dice que se produjo durante el seguimiento y en la que se detalla cómo iba vestida Montserrat, que va detrás de ella, y en la que llega a decir «la pierdo, es la que ha disparado». Pedro Mielgo dice que no es él. «Creo que no», afirma. El abogado le pregunta si se ha puesto en contacto con él en los últimos días algún abogado. Dice que no.

9.51

El abogado José Ramón García le pregunta cómo puede estar seguro de que Montserrat no hizo ningún movimiento para tirar el bolso si no iba justo detrás de ella. Pedro Mielgo insiste en que está seguro de que ella seguía con el bolso y con la mano metida dentro más allá de la entrada del garaje al que Montserrar dice que lo arrojó y Triana que lo recogió.

9.44

El letrado que representa a Montserrat y a Triana insiste en la hora a que la que se produjo el crimen. El policía jubilado cuenta que cuando inició el seguimiento su mujer llamó al 112. Le pide que muestre en un plano cuál fue el recorrido que hizo para seguir a Montserrat. A la pregunta de si está seguro de que en todo momento la ve a ella el testigo se muestra firme: «Sí, no la perdí de vista en ningún momento» y añade que llevaba el bolso y la mano dentro, sosteniendo el arma, que no tiró antes.

9.39

«La mujer que disparó estaba tranquila», sostiene a preguntas de la abogada de la hija de Isabel Carrasco, Beatriz Llamas.

9.36

Pedro Mielgo hizo el recorrido de Montserrat hacia atrás para buscar el bolso que llevaba con el arma y que ya no tenía. Miró en papeleras, debajo de los coches, en contenedores, en una rampa... pero no lo encontró.

9.35

El pasadizo -que figura en las primeras declaraciones como el lugar donde Montserrat y Triana se encontraron y se pasaron el bolso con el arma- «mucha gente no lo conoce, no sabe que está ahí», cuenta Pedro Mielgo. Fue a esa altura cuando la perdió de vista. Cuando la volvió a ver fue ya cerca del coche de Triana, aparcado frente a los sindicatos, «pero ya no llevaba la misma ropa», cuenta. «Al verme se quedó sorprendida y parada, en ese momento oí una sirena de un vehículo policial, me eché a la calzada e hice señales, pero cuando me giré ya no estaba», subraya. En ese momento un señor que estaba sentado en una terraza le hizo señales indicándole que a la que seguí estaba sentada en un coche, miró «y estaba medio agachada, como intentando meter debajo del asiento la parka que llevaba».

9.29

En Lucas de Tuy la autora material del asesinato miró hacia atrás para ver si la seguían y continuo hacia Colón. El policía jubilado niega que Montserrat arrojara el bolso con el arma en la entrada de un garaje de Lucas de Tuy, como sostiene su defensa. «No la perdí de vista en ningún momento. Llevaba el bolso».

9.26

Detalla como tras matar a Carrasco, Montserrat se giró, metió el arma en el bolso aunque sosteniéndola y caminó hacia ellos. «Yo pensaba que me iba a dar un tiro, no quitaba ojo de la mano que llevaba metida en el bolso por si acaso». Asegura que su mujer se asustó cuando la vio pasar y él la sujetó. Montserrat siguió adelante «con la mirada firme». «Cuando se alejó unos 15 o 20 metros le dije a mi mujer que la iba a seguir».

9.24

«Cuando habíamos dado unos quince pasos escuchamos una detonación, como si fuera un petardo, nos giramos y la mujer dio dos pasos y apuntó hacia su cabeza», sostiene el testigo.

8.22

El testigo relata cómo vio a la víctima y a Montserrat González detrás de ella ya en la pasarela. Examina el bolso que llevaba Montserrat en ese momento y en el que introdujo el revólver. «La seguí muy de cerca y mi mujer -que le acompañaba en ese momento- pensó que era la escolta de Isabel Carrasco»

9.15

Comienza la tercera sesión del juicio por el crimen de Isabel Carrasco con el testimonio de Pedro Mielgo, el policía jubilado que presenció el asesinato y siguió a Montserrat González en su huida, permitiendo su detención.

Previa

La Audiencia Provincial de León acoge este jueves la tercera sesión y última en esta semana del juicio por el crimen de Isabel Carrasco. Lo hará con las declaraciones de varios miembros de la Policía Nacional, entre ellos, el agente jubilado que fue testigo de los disparos y, por lo tanto, clave en el esclarecimiento del crimen de la que fuera presidenta de la Diputación de León. El pasado mes de mayo, ya ratificó ante la juez la versión ofrecida en Comisaría, horas después del asesinato.

Según relató entonces él se encontraba en la zona paseable de Condesa de Sagasta . Allí fue alertado por su mujer, quien le señaló de la presencia de Isabel Carrasco a unos metros de distancia. El testigo siguió entonces el recorrido de la presidenta del PP de León y de la Diputación observando cómo por detrás se le acercaba otra mujer a medida que avanzaba en la pasarela. En la zona identificó a Montserrat González y a la hija de la autora confesa.

Además de este testigo declararán a lo largo de la sesión de hoy su mujer, los primeros agentes que llegaron a la zona del crimen y la jefa de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación