José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Apuesta por Valladolid
«Las turbulencias políticas de las dos últimas semanas han eclipsado el atractivo proyecto del concejal de Urbanismo por poner en valor numerosas edificaciones de Valladolid»
Las turbulencias políticas de las dos últimas semanas han eclipsado el atractivo proyecto del concejal de Urbanismo, Saravia, por poner en valor numerosas edificaciones de Valladolid, muchas de los siglos XVI y XVII, ubicadas entre el Museo de Escultura, la plaza de san Pablo y el Pisuerga. Es cierto que la piqueta de finales del XIX y de los primeros años del franquismo y el pésimo gusto en los nuevos edificios, unido al escaso aprecio de los pucelanos por lo que quedaba, ha derribado muchos inmuebles de valor histórico o patrimonial, cuando no algunos se deterioran por falta de mantenimiento y otros por uso indebido, que no favorece la conservación. El plan de Saravia supone una fuerte inversión que se rentabilizará en bienestar ciudadano y por el turismo, y se ha presentado cuando estaban muy avanzadas las negociaciones para la adquisición del convento de santa Catalina, cuyo acuerdo se cerró la pasada semana, lo que permite creer en su puesta en marcha y no mirarlo como una quimera.
El desarrollo del plan necesita de actuaciones urbanísticas del ayuntamiento, pero también de la colaboración entre diferentes administraciones, instituciones y vecinos, puesto que muchas de las joyas que posee la ciudad, se encuentran en interiores de difícil acceso. Los patios o interiores arquitectónicos que encierran muros, algunos sin lustre, merecería una urgente catalogación y negociación para su apertura al público, aumentando el radio de esta primera actuación. La presentación del acuerdo de santa Catalina se acompañó de una explicación de su futuro uso, que garantiza el mantenimiento después de la rehabilitación y marca una tendencia. Cabe objetar la timidez en la peatonalización de los entornos, que se necesita para sacar más lustre al conjunto.