Aparecen los restos esqueletizados de un oso pardo en La Pernía (Palencia)

Los restos serán analizados por personal veterinario de los Centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León en los próximos días

Los restos serán analizados por personal veterinario de los Centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León en los próximos días JCYL

ABC

Un particular dio el aviso y el día 1 de septiembre se localizaron los restos esqueletizados de un ejemplar de oso pardo en el municipio de La Pernía , en el parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina. Los restos serán ahora analizados en aras a averiguar qué le paso al animal y averiguar más datos sobre el mismo.

Los resto se hallaban en una zona de difícil acceso de la localidad de San Juan de Redondo hasta donde se desplazaron agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, del Seprona de la Guardia Civil y de las patrullas oso de la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León, con la colaboración de la Fundación Oso Pardo, que procedieron al levantamiento de los restos del ejemplar, que fueron trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos, donde en los próximos días se practicará la necropsia para intentar determinar las causas y circunstancias de la muerte del ejemplar.

El pasado 7 de abril, agentes medioambientales de la Junta, junto con el SEPRONA de la Guardia Civil, levantaron los restos también esqueletizados de un ejemplar de oso pardo en Herreruela de Castillería, localidad de Cervera de Pisuerga , Palencia. Tras los estudios pertinentes se ha descartado la muerte por traumatismos o disparos al ejemplar, han informado en un comunicado desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

Tras la realización de la necropsia por parte del personal veterinario de los centros de recuperación de animales silvestres de la Junta, se constató que debido a la ausencia de fusión de las suturas craneales, la apertura de las epífisis de los húmeros y fémures, así como la ausencia de las epífisis de la pelvis, se estima que se trata de un ejemplar adulto, entre el rango de seis a doce años , más cerca del límite inferior del rango de edad. Por el tamaño y la robustez del cráneo, así como la presencia del baculum o hueso peneano, se determina que el ejemplar es un macho.

Pese a la baja calidad y cantidad de muestras de tejido encontradas en el esqueleto del ejemplar, el 12 de mayo se enviaron muestras de cartílago al Servicio de Toxicología y Veterinaria Forense de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, para descartar una posible intoxicación.

En el informe toxicológico se hace constar que no se ha podido detectar la presencia de tóxicos en los restos biológicos del ejemplar, si bien tanto la cantidad como la calidad de tejidos encontrados no eran suficientes para la realización de un análisis toxicológico completo.

Tras el estudio radiográfico completo se descarta la presencia de plomo o traumatismos en los restos encontrados. Por ello, y debido al estado de los restos encontrados, el diagnóstico presuntivo de la necropsia concluye que la causa de la muerte del ejemplar de oso pardo es desconocida, pudiéndose descartar disparos o traumatismos.

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