Antonio Piedra - No somos nadie
Apaga
«El problema se vuelve insoportable cuando algunos quieren hacer ética, filosofía, moral, política y hasta religión con la tontería»
…y vámonos. Ramón Espinar -senador podemita a quien Coca-Cola debe un piso, y no de protección oficial-, está que trina con las Edades del Hombre y con Castilla y León . Y todo por inaugurar la gran exposición de Cuéllar . Los argumentos de Espinar, según ha declarado, resultan contundentes: ya está bien de «heteropatriarcado». Ha tomado, en consecuencia, una decisión drástica: mientras no seamos todos no sé qué, aquí «todas juntas podemos y podemas» -maduros y maduras incluidas- se declara la guerra a la o por machista, y sólo se hablará con la a caiga quien caiga porque «ma toca la naraz estar hacienda la gilipollasa toda la samama, pera peora esa trabajara». Firmado, «Ramona».
Heavy metal, pero razonable en el niño que soñaba en cuarta dimensión por el chute de las tarjetas black. Se trata del gran tema de nuestro tiempo: mujer-hombre, hombre-mujer, sexo o muerte venceremos, al que se apuntan todos los políticos que no han cumplido los cuarenta y que les gustaría llegar a los noventa con esa eternidad en bicicleta. Pero surge, y a la vista está, un problema irresoluble: la estupidez como lema . Vamos a ver, caball@s, y poll@s. Tonterías y estupideces decimos todos a la hora del vermut o de quitarse el calzoncillo o la braga. El problema se vuelve insoportable cuando algunos quieren hacer ética, filosofía, moral, política y hasta religión con la tontería. Entonces la ridiculez se carga cualquier intención o intenciona.
Llegar por este camino a la tontaina supina es facilísimo. Lo difícil es salir de esta ridiculez en danza sin manipular el lenguaje, sin rozar el fascismo, y sin suplantar la historia con criterios totalitarios. Y además, hacerlo como se hace: hablando ex cátedra con el fanatismo de un necio. La inteligencia sabe muy bien que la duda, o la pregunta como método del conocimiento, es el principio de toda sabiduría. Yo creo que la misma «Ramona» -descanse en paz cuanto quede de Ramón- lo intuye. De hecho, ha dejado de beber Coca-Cola porque se lo han prohibido en el partido. Y claro, le ocurre lo inevitable cuando falta la chispa de la vida: que «Ramona» se duerma y ronca en la Senada en cuanta pilla una rata alfa por montera. Normala.
En resuminillas cuentas: que «Ramona» y las «podemas», cantan la Traviata con el plan de la casera: gaseosa o Coca-Cola como estructura mental de la inteligencia en política y en sociología. Y nosotras inocentas que pensábamos que eran universitarias… Ahora sabemos que na de na: que se parecen a la capitana del Titanic , pues tienen su misma cara de autosuficiencia. Saben que se hunde el navío, pero sonríen sin permitir que nadie abandone la orquesta porque ellas saben de las fosas Marianas más que las demás. Ni siquiera cuestionan a la Madura de Venezuela que es pura esencia idiotizada, enfatizada y dictadora. La a contra la o y guau, ¡apaga y vámonos!