Añicos

La sentencia de la Gürtel y la caja B del PP sanciona la podredumbre; ya no son personas individuales, ni acciones aisladas. La compulsiva salida de Pedro Sánchez (moción de censura), saltándose los controles internos de decisión democrática impuestos por él, es temeraria. Mientras, los vascos se alzan con el botín de los presupuestos y los separatistas catalanes campan a sus anchas. Tormenta perfecta, en la que las elecciones generales parecen la única salida urgente y posible, cuando pase la previsiblemente fallida moción de Sánchez que solo abocaría a un gobierno insensato, que pondría el país patas para arriba.

Ante el deterioro nacional, el tablero regional se moverá. Presumiblemente al ritmo nacional, pero con algunas notas locales. No es difícil presagiar que Herrera y Mañueco se queden mudos, cuando el primero de manera especial, junto a otros barones del PP, deberían exigir la retirada de Rajoy. Que nadie se engañe, el presidente de la Junta, con la cabeza en otra parte desde hace tiempo, no repetirá aquello de mirarse en el espejo, que un día se le escapó. Al PSCL le han roto la estrategia de Ana Sánchez y Barcones, coherente para recuperar votos en la Comunidad: se desinhibirá Puente y Tudanca se sentirá obligado a hacer la ola a Sánchez, regresando a un primer plano cuando trataban de desenfocarlo. Es posible que Luis Fuentes se quede estático, como lleva toda la legislatura, pero debería cambiar de estrategia y presentarse ante los castellanos y leoneses como oposición y solución a los problemas ¿Tiene madera?

Podemos, que no logra conectar con más base social, pasará al exabrupto. Del lío, ¿quién sacará réditos del sudoku nacional? Dependerá de la capacidad para gestionar la crisis, y del liderazgo y talla de los citados.