Amamantar suma y tiene premio

El Hospital Río Hortega de Valladolid ha sido el primero de la Comunidad en conseguir un reconocimiento de la OMS y Unicef por sus actuaciones en apoyo de la lactancia materna

Elena, que recientemente ha dado a luz en el hospital vallisoletano, da de mamar a su bebé ABC

Montse Serrador

Era una curva descendente que se ha podido frenar y que, aunque lentamente, empieza a subir, si bien aún queda mucho camino por recorrer hasta llegar al 75 por ciento de madres que opten en España por la lactancia materna. Esta es la cifra considerada por las autoridades sanitarias como la mínima para garantizar que la mayoría de los pequeños se benefician de una forma de alimentación cuyas ventajas nadie niega. En Castilla y León , el porcentaje se mueve en el entorno del 65% y, después de un final de siglo con caídas estrepitosas, en los últimos años ya se percibe una ligera mejoría. En ello tienen mucho que ver el trabajo de profesionales sanitarios empeñados en que esta forma de alimentación vuelva a la primera posición. Son esas estrategias de promoción y apoyo las que han llevado al Hospital Río Hortega de Valladolid a conseguir la primera acreditación en su fase 2 de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) promovida en 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

El galardón es fruto del trabajo realizado por el Comité de Lactancia Materna del área de salud Valladolid Oeste, creado en el año 2016 y formado por profesionales de distintas categorías, tanto de atención primaria como especializada. Su labor ha consistido en elaborar una normativa, formar al personal sanitario que atiende a madres y recién nacidos, diseñar protocolos y coordinar con Atención Primaria una adecuada información a las gestantes y seguimiento a los recién nacidos, con el objetivo común de promocionar y apoyar el inicio y mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento. La IHAN ofrece, a los hospitales que voluntariamente lo soliciten y quieran implantarlo, un paquete de medidas estructurado y que ha demostrado su eficacia para el apoyo a la acción de dar de mamar. Debido a los múltiples beneficios demostrados de la leche materna tanto en la salud de los niños como de sus madres, la OMS recomienda que esta forma de alimentación sea exclusiva hasta los seis meses de vida y complementada con otros alimentos hasta al menos los dos años de edad.

El Comité de Lactancia del Río Hortega lo forman una veintena de profesionales: pediatras, neonatólogos, ginecólogos, matronas, anestesistas, enfermeros y técnicos. Su coordinadora, la neonatóloga Aida de la Huerga, confiesa la satisfacción del equipo por un galardón que «es el resultado de mucho trabajo y el reconocimiento de que las cosas se están haciendo bien». Una labor, explica, que «nos permite implicar a los profesionales y a mucha más gente para promocionar, defender y ayudar en la lactancia materna». Surgen, de esta forma, desde los protocolos para los sanitarios que atienden en los partos y los primeros meses de vida del bebé, a los grupos de orientación y apoyo para las madres y el seguimiento de los pequeños en Atención Primaria para que se les continúe amamantando.

Ligero aumento

De la Huerga insiste en que los beneficios de la leche de la madre para el recién nacido son muchos , pero recuerda cómo se produjo un descenso muy pronunciado en esta práctica debido, sobre todo, a la incorporación de la mujer al mercado laboral, a la costumbre de llevarse al bebé tras producirse el alumbramiento y a la introducción con fuerza de los sucedáneos de leche. Sin embargo, la situación ha cambiado y ya se detecta «un ligero aumento». A ello está también ayudando iniciativas como la denominada «piel con piel», que también se lleva a cabo en el Hospital Río Hortega, como ocurre en otros centros, que consiste en que el recién nacido es colocado sobre la madre nada más nacer, un acto que se intenta realizar, incluso, con las cesáreas, si no hay complicaciones que lo impidan.

Precisamente, esta neonatóloga reconoce que el Covid ha supuesto un obstáculo en los alumbramientos ya que, al principio, se separaba de los hijos a las madres que hubieran dado positivo y tampoco se permitía que les amamantasen. Hoy ya es posible e, incluso, el padre puede asistir al parto, siempre manteniendo las habituales medidas de seguridad, como la mascarilla.

La acreditación IHAN se otorga a los hospitales que, como el vallisoletano, cumplen cinco requisitos: el primero, cumplir los Diez Pasos para una Feliz Lactancia Natural, entre ellos el apoyo al «contacto piel con piel»; el segundo, seguir el Código de Comercialización de Sucedáneos de leche materna y las resoluciones posteriores de la Asamblea Mundial de la Salud, relacionadas con el mismo. En tercer lugar, el centro tiene que tener al menos un 75% de lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta el alta . La cuarta condición es ofrecer información y apoyo a las madres que deciden no amamantar, que también se respete y se promueva el desarrollo del vínculo con su hijo, y que se les enseñe cómo preparar los biberones de sucedáneos de manera segura. Por último, la quinta pasa por que el hospital ofrezca una asistencia acorde con la Estrategia de Atención al Parto Normal de manera que se respeten las necesidades de madre e hijo y la creación del vínculo materno-filial.

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