Alertan de estructuras estables en Castilla y León de grupos racistas y neonazis

El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, advirtió ayer en Valladolid de la presencia en la Comunidad de «estructuras estables de grupos racistas y neonazis», por lo que hizo un llamamiento a las instituciones, policía, fiscalía y jueces para que presten una mayor atención a estos hechos. Así se expresó durante la presentación del Informe Raxen, en el que se analizan los delitos relacionados con el racismo, la xenofobia, la homofobia y, en general, los denominados «de odio». Según los datos del Ministerio del Interior, en Castilla y León se registraron el pasado año 55 hechos de estas características, de los cuales 14 se produjeron en Salamanca; ocho en León, siete en Zamora y Burgos; cinco en Segovia y Valladolid; cuatro en Ávila; tres en Palencia y dos en Soria. Por tipo de incidente, el mayor número, 20, estaba relacionado con la ideología; 17 con la xenofobia; nueve con la disfobia; cinco con la orientación sexual; dos con la aporofobia y otros tantos con la intolerancia religiosa. Sin embargo, según Ibarra, existen informes de la UE que demuestran que estos delitos sólo se denuncian en un 20 por ciento de los casos por lo que, a su juicio, en la Comunidad habría que hablar de 215 incidentes de estas características.

Unas cifras que llevaron al presidente del Movimiento a calificar de «inquietante» el «clima de intolerancia», por lo que advirtió de que «no se trata de hechos puntuales sino que hay una constante y una organización». Sobre el hecho de que Salamanca sea la provincia de la Comunidad con más delitos de odio, explicó que «las instituciones no quieren ver el problema y eso lo alienta», cuando, según Ibarra, «los grupos organizados han crecido mucho en el entorno de la universidad, donde tienen un eje muy activo relacionado con la islamofobia».

Por contra, señaló, se ha observado una reducción de delitos en Valladolid gracias a la labor realizada por policía y fiscalía, aunque se ha incrementado el «discurso del odio» a través de las redes sociales. En este sentido, puso como ejemplo un conocido «Centro Social y Nacional» y los ultras de los campos de fútbol. Precisamente, avisó de que tras los episodios violentos ocurridos en la Eurocopa con los «comandos» de aficionados rusos, ese «modus operandi» se puede trasladar los campos españoles. Además, aseguró que «en el contexto europeo, la intolerancia crece mucho y hay una mundialización del odio». Por eso, pidió «acuerdos» entre los partidos políticos sobre los nuevos delitos de odio, modificando, por ejemplo, la Ley de Extranjería, como ocurrió con los casos de violencia de género, para que los «sin papeles» que denuncien no tengan inmediatamente una orden de expulsión por tratarse de ilegales. En cualquier caso, calificó de «insensatez preocupante» la falta de mensajes contra los delitos de odio durante la campaña electoral, cuando es un problema que va en aumento, como lo demuestra el hecho de que se ha notado un incremento de comportamientos intolerantes entre menores de 14 y 15 años y de que empieza a haber captaciones en los colegios.