Luis Jaramillo - Punto de vista
Ajuste de cuentas
«En las primarias de los partidos cuando no estás con uno estás contra el otro y eso se paga»
Reconozcamos que las listas electorales al Congreso han deparado sorpresas en Castilla y León. Unas más y otras menos, aunque ya sabemos como se las gastan los partidos a la hora de ajustar cuentas internas. Dos casos. En el Partido Popular todos sabían que Fernando Martínez Maillo, quien fuera número tres de Rajoy, estaba pagando haber apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias, pero pocos pensaban que sería apeado como cabeza de lista al Congreso por Zamora. Pues así ha sido. En las primarias cuando no estás con uno estás contra el otro y eso se paga.
En el Partido Socialista la cosa es parecida, ahí está el caso de la provincia de Palencia, donde Mari Luz Martínez Seijo quedó la cuarta en las preferencias de las primarias pero Ferraz se encargó de situarla cabeza de lista como embajadora del sanchismo en la provincia. Nada que objetar con la reglamentación interna de los partidos, que siempre se reservan una cláusula para que los órganos centrales hagan las cosas a su antojo.
Lo que sonroja es que luego se les llene la boca de democracia interna o de contar con todos porque el momento obliga a sumar. Cuando se trata de pagar deudas internas, no hay sumatorio que valga y lo que importa es dejar claro quien manda.
A Ciudadanos, que insiste en su transparencia y limpieza democrática, se le siguen atragantando las primarias en Castilla y León. La sombra de un presunto pucherazo no desaparece y más les vale que lo aclaren cuanto antes porque es un lastre que seguro que va a tener un costo electoral importante en los próximos comicios.
Siempre la designación de candidatos es un proceso traumático en los partidos, pero se suele cerrar con la proclamación de las listas. Ahora la situación es más compleja, porque la fragmentación del voto aconseja arañar hasta el último voto. Las deserciones internas se pagarán caro, porque de ellas se aprovechan los populismos y el resultado son situaciones casi ingobernables que pueden paralizar la gestión cuatro años.