ECONOMÍA

Agricultura prevé una cosecha de cereal superior a la media de los últimos 30 años

Los rendimientos de trigo y cebada estarían por encima de las últimas campañas

MONTSE SERRADOR

Que nunca llueve a gusto de todos es evidente, especialmente en el sector agrario donde mientras que en unos cultivos se vislumbra un año excepcional, como ocurre con los cereales de secano, en otros la situación es poco menos que catastrófica, caso del regadío y, concretamente de la remolacha, el maíz y la patata. Sin embargo, son los cereales -trigo y cebada fundamentalmente- los que determinan cada año la evolución del sector primario de Castilla y León, habida cuenta de que representa el 33 por ciento de la producción de toda España. Por eso, cada año, llegado el mes de mayo, el sector mira con ansia al cielo esperando que la climatología se alíe con los agricultores y permita una buena cosecha. Y, de momento, ese parece ser el camino, ya que las intensas lluvias del mes de abril, unidas a las soleadas jornadas de finales de ese mes y un mayo que ha arrancado metido en lluvias han permitido un óptimo desarrollo de los cereales lo que, con la reserva hídrica acumulada en el suelo, permite unas previsiones muy optimistas.

Así, el último boletín de predicción de cosecha de la Consejería de Agricultura y Ganadería, correspondiente a este mes, recoge ya unos rendimientos de trigo y cebada por encima de la media de los 30 últimos años , que sería del tres por ciento en el primero de los casos y del 15 en el segundo. La diferencia entre un cultivo y otro radica en que el trigo, al presentar un ciclo más largo, todavía se encuentra expuesto a posibles escenarios de estrés hídrico en la fase final de su ciclo.

En el caso de la cebada, el rendimiento previsible es de 3.277 kilos por hectárea, cuando en 2015 fue de 2.173 y en 2014 de 2.608. La media de los 30 últimos años se situó en 2.854. Por provincias, la máxima variación de rendimiento se observa en Zamora, con un 21 por ciento por encima de la serie histórica de 30 años, mientras que la mínima se produce en Burgos.

En cuanto al trigo, el rendimiento se situaría este año en los 3.376 kilos por hectáreas, frente a los 2.895 del año anterior y los 2.236 de 2014. En este caso, Ávila es la provincia donde la previsión es mejor, ya que se podría superar el 14 por ciento sobre la media de 30 años, mientras que Burgos, Palencia y Soria obtienen los peores resultados. En cuanto a las estimaciones de producción, según el Boletín de la Consejería, aún no se disponen con exactitud de la superficie total sembrada de cereal de secano por lo que sólo se puede hablar de un avance provisional que situaría la producción de trigo en torno a los tres millones de toneladas y la de cebada por encima de los 2,4 millones. De esta forma, la cifra total superaría la alcanzada en la pasada campaña que fue de 5,4 millones de toneladas.

«Buenas perspectivas»

Las organizaciones agrarias son muy cautas a la hora de hablar de previsiones y más cuando aún quedan casi dos meses para que comience la recolección. Sin embargo, reconocen que las perspectivas actuales « son muy buenas», en palabras del presidente regional de Asaja , Donaciano Dujo, para quien todo apunta a que la cosecha será mejor que la de los dos últimos años. No obstante, insistió en que todo dependerá de lo que haga en las próximas semanas, con la esperanza de que no hiele ni haga excesivo calor e, incluso, en que dentro de quince días caiga algo más de agua para que la planta se desarrolle por completo.

En términos parecidos se pronunció el responsable de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, para quien «las perspectivas son muy buenas porque, en general, la cosecha está muy bien presentada». La mitad sur de la Comunidad es la que se lleva la mejor parte mientras que en el norte, sobre todo en Burgos, el exceso de agua está lastrando la producción. En cualquier caso, Palacín también insistió en que «las perspectivas son buenas pero quedan dos meses» y si bien es cierto que ya no se podrá hablar de una mala cosecha, «si a finales de mayo hace mucho calor se puede venir abajo, pero si llueve un poquito puede ser excepcional».

De esta forma, sólo resta cruzar los dedos, confiar en que no caiga ningún pedrisco (por si acaso recomienda asegurar las parcelas) y encomendarse a San Isidro Labrador el próximo domingo.

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