Los dos acusados en el primer juicio en España por abatir a un lobo lo niegan

La Guardia Civil confirma la existencia de una mancha de sangre y huellas de arrastre, así como restos de pelo de esta especie protegida al Sur del Duero

ICAL

ABC

Ávila ha acogido este jueves el primer juicio celebrado en España por abatir a un lobo al sur del Duero , una zona en la que no está permitida la caza de este animal. Los dos cazadores sentados en el banquillo de los acusados han negado haber dado muerte a un ejemplar de este animal en una zona en la que está protegido durante una montería que tuvo lugar el 29 de noviembre de 2015 en Tornadizos de Ávila (Ávila).

Por su parte, los testimonios de la Guardia Civil han confirmado la existencia de u na mancha de sangre y huellas de arrastre , así como restos de pelo de esta especie, frente al puesto 15, en el que se situaron los dos acusados y cuya ubicación era la única para abatir al animal, según los agentes.

«No vi a ningún lobo, ni sé que nadie matara ningún lobo» en aquella montería que tuvo lugar en la finca «Valdecirevos», con la participación de 60 personas, ha dicho uno de los encausados, J.M.R.A..

Ha manifestado no recordar ni las armas que portaba aquel 29 de noviembre, ni el número de disparos que realizó, si bien sí ha reconocido haber disparado contra «un jabalí grandísimo» desde el puesto número 15 en el que se encontraba junto a su compañero, también acusado, J.L.G.E.

En su declaración, también ha negado que su compañero realizara disparo alguno, antes de que este procesado afirmara que ni disparó ni portaba ningún arma. J.L.G.E., que carecía entonces de licencia de armas, ha asegurado no haber visto ningún lobo aquella jornada en la que, según su versión, su compañero «no disparó» contra ningún cánido, sino contra «un jabalí», informa Efe.

Tras las declaraciones de los dos acusados, que se han negado a responder a algunas de las preguntas de las acusaciones, las testificales de la Guardia Civil han confirmado la existencia de 4 casquillos de dos armas en el puesto número 15, algo negado antes por J.M.R.A., quien ha dicho tener la costumbre en las monterías de «recogerlo todo».

Dos de los agentes han coincidido en señalar la existencia de un charco de sangre con «rastros de arrastre» frente al puesto 15, que correspondían a los de un lobo, gracias al análisis de los restos biológicos y s u contraste con los de otro lobo que había muerto atropellado y que demostraba que ambos cánidos eran «hermanos».

Uno de los testimonios más significativos ha sido el de J.A.R., el cazador situado en el puesto 14 de la montería, quien ha asegurado que aquel día vio a «un lobo pasar» frente a él, a la vez que oyó «tres detonaciones», tras las cuales dejó de ver al cánido.

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