El acusado de violar a una joven en Zamora dice que había bebido y no recuerda

El Ministerio Fiscal solicita para el acusado penas que suman 24 años de prisión por dos delitos de agresión sexual

La Audiencia de Zamora ha acogido este lunes su primer juicio tras el Estado de Alarma EFE

ABC

El acusado de violar a una joven de 23 años en un portal de Zamora el 15 de octubre de 2018 ha declarado este lunes que había bebido y no recuerda nada, en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Zamora y en el que se le juzga acusado de dos delitos de agresión sexual.

J. T. J., que p ermanece en prisión preventiva desde su detención un día después de la agresión sexual , ha asegurado que no conocía a la víctima y que el día en el que ocurrieron los hechos había estado en varios bares de la ciudad y que cuando bebe no recuerda nada.

Además, ha declarado que a mediodía había tomado «un par de pastillas» para la ansiedad que le producía el proceso de separación de su mujer, inform Efe.

Tanto a las preguntas de la Fiscalía como de los abogados de la acusación particular, este hombre, que entonces tenía 32 años, ha respondido reiteradamente que no recordaba nada.

En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Fiscal solicita para el acusado penas que suman 24 años de prisión por dos delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, uno de ellos en grado de tentativa.

Primer juicio tras el estado de alarma

En el primer juicio que celebra la Audiencia Provincial de Zamora tras el estado de alarma declarado por la pandemia de covid-19, el investigado ha declarado que no recuerda haber seguido a la joven sobre las diez de la noche y haberla abordado en la calle Benavente cuando la víctima se disponía a entrar en un portal.

Durante la vista oral, la víctima de la violación ha declarado detrás de un biombo. La joven, que en el momento de los hechos tenía 23 años, ha explicado que no se dio cuenta de que era seguida por el agresor y que, cuando iba a abrir la puerta del portal, notó que le tapaban la boca y le decían que «estuviera tranquila y no dijera nada».

Además, según ha narrado, la obligó a entrar en el portal y le mostró un cuchillo de unos 15 centímetros, antes de introducirla en el ascensor y acceder a la sexta planta. Después, subieron por las escaleras hasta el último piso del inmueble, «siempre con la intimidación del cuchillo».

Tras decirle que tirara la carpeta y el bolso que llevaba al suelo y pedir que le diera el móvil, el agresor le ordenó que se bajara los pantalones y la ropa interior, y la obligó a practicarle tres felaciones, una masturbación, un intento de penetración anal y un intento de penetración vaginal, según el relato de los hechos por la Fiscalía.

Después, al escuchar un ruido en el portal, le mandó «parar, vestirse y callarse», y la dirigió por la calle, con el cuchillo apoyado en el costado izquierdo y agarrada por la cintura, hasta un portal de la avenida Príncipe de Asturias, donde le dijo que al día siguiente podría irse.

Mientras el agresor habría la puerta, la joven logró huir y pedir ayuda a dos jóvenes que se encontraban en las inmediaciones y que tuvieron que ponerse delante suya para protegerle, según ha explicado durante la vista oral.

La joven, que continúa en tratamiento psicológico desde que ocurrieron los hechos, ha asegurado que le pareció que el agresor «tenía una apariencia normal, aunque estaba nervioso» y que no olía a alcohol aunque sí a tabaco.

Reincidente

El presunto agresor también se encuentra procesado por otro delito de agresión sexual en grado de tentativa por un intento de violación un año antes, el 24 de noviembre de 2017, a una mujer que trabajaba en un establecimiento de la avenida Príncipe de Asturias, en las inmediaciones del portal donde la otra joven consiguió huir y donde el acusado tenía un piso alquilado.

La víctima del intento de agresión sexual, que tenía 48 años, ha explicado que el investigado le cogió con su mano derecha, le empujó y le dijo: «Acompáñame, que será muy rápido».

La mujer, que salió corriendo tras zafarse de él, asegura que vio que tenía una pistola; mientras que el acusado, para quien la defensa pide la libre absolución, ha negado haberla agarrado o hablado con ella.

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