¿Por qué el acebo decora la Navidad en España?
La provincia soriana, en Castilla y León, alberga el bosque de acebo más grande de Europa
Es un clásico en hogares. Junto al belén, el árbol, las luces y los turrones. De vistosos frutos rojos, una rama de acebo es sinónimo de que la Navidad ya ha llegado. Su uso está tan generalizado que sólo en la provincia de Soria, en la que se asienta el bosque de acebo más grande de Europa, se ha autorizado la poda de 32.220 kilos de ramillas ornamentales de esta planta en peligro de extinción en algunos rincones del mundo. Y aunque en España esa popularidad empezó a cobrar auge a mediados del siglo pasado, sus orígenes se remontan muchos siglos atrás.
Y es que el proceso de cristianización tomó para sus ritos invernales algunos símbolos que ya se habían implantado en culturas que anteriormente se habían asentado en el territorio. Lo que antiguamente había protagonizado fiestas paganas, pasaba a dar color a la Navidad por su aspecto «a doc» , unos frutos rojos que representaban la sangre de Cristo y unas puntiagudas hojas que emulaban la corona de espinas.
No obstante, antes de ello su significado era muy distinto. Para los celtas, el acebo era un árbol sagrado. Le atribuían poderes mágicos y por ello en la celebración del solsticio de invierno ya utilizaban sus ramas para ahuyentar a los espíritus. De hecho, ese «poder» protector ha llevado después esta planta también a los cementerios y sus hojas se usaban para limpiar las chimeneas, puerta de entrada y corazón de las casas, y alejar así todos los males.
También los romanos incorporaron el acebo a sus ritos . En concreto, era popular en las conocidas como saturnales, una festividad en honor a Saturno, dios de la Agricultura, durante la cual esta planta servía para engalanar hogares como símbolo de fortaleza.
Sea como fuere, hoy en día - junto con la flor de pascua y los abetos -, el acebo es uno de los protagonistas vegetales de la Navidades. Su situación es delicada. En peligro de extinción en algunos puntos, en Castilla y León dejó tal consideración en 2015 por su importante presencia, pero con el fin de garantizar un aprovechamiento sostenible, la gran mayoría de los acebales de Soria -el territorio con más producción del país- se han ordenado en torno a un plan que estipula las cortas bajo la supervisión de agentes medioambientales.