Ya no te podrás vestir con los sacos de la Harinera Talaverana
Derruyen la emblemática fábrica de harinas del paseo de la Estación para construir viviendas y locales comerciales
![Una máquina trabajaba este viernes en el derrumbe de las viejas instalaciones en el paseo de la Estación](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2017/03/31/harinera-talavera-U10108168833rSC--1190x800@abc.jpg)
Recibo un mensaje en mi ordenador. Al abrirlo, me sorprende la fotografía de Abel Martínez en la que una máquina excavadora devora, de arriba abajo, un esqueleto de ladrillo cortado en canal. La imagen va acompañada de siete palabras: «Demolición del edificio de la Harinera Talaverana». En el solar, se levantarán viviendas y locales comerciales.
De sopetón, los recuerdos de la niñez se agolpan. Cae ante mis ojos un símbolo de Talavera de la Reina y de mi infancia: la antigua fábrica de harinas en el paseo de la Estación, el barrio donde nací.
Curioso. De repente, tengo la sensación de volver a oler algo que siempre me intrigó de chaval cuando pasaba por delante del edificio donde trabajaron mi abuelo Saturio y mi madre, Pilar. Un olor a cereal ya molido, supongo, aunque nunca estuve seguro.
De chavalín, siempre me picó la curiosidad de saber qué se cocía dentro de la fábrica. La fachada principal, tan alta y con tantas ventanas traslúcidas, me tenía fascinado. Y yo jugaba a inventar historias cuando paseaba, de la mano de mi abuela Avelina, camino de la estación del tren para tomar el fresco.
Cuentan que, durante la Gran Depresión de los Estados Unidos (1929), algunas mujeres utilizaron las telas de los sacos de harina para confeccionar vestidos y pantalones para sus hijos. Y esos sacos también sirvieron para trapos, toallas, cortinas, muñecos y juguetes.
Hasta donde yo sé, a mí no me vistieron nunca con pantalones ni me secaron la piel con toallas fabricadas con sacos de harina. Pero estoy seguro de que algunos de los sacos de la vieja fábrica de harinas de mi barrio, el añorado paseo de la Estación, me habrían servido hoy como pañuelo para contener alguna lagrimita al ver que un símbolo de mi infancia solo queda ya en mi memoria.