La carta de agradecimiento del gerente del área sanitaria de Talavera: «El apoyo ha sido una bocanada de oxígeno»

José María Ruiz envía una misiva a una persona que colaboró en la recopilación de máscaras de esnórquel para el hospital de la ciudad ante la falta de respiradores

Carta enviada por el director gerente del área sanitaria de Talavera

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«En estos momentos duros e inciertos, todos los detalles, las intenciones, los recuerdos y el apoyo recibidos, de la forma en que llegaran, han supuesto una bocanada de aire fresco y de oxígeno». Estas líneas son un extracto de la carta de agradecimiento que el director general del Área Integrada de Talavera de la Reina, el neumólogo José María Ruiz, ha enviado a una persona que colaboró en la recopilación de máscaras de esnórquel, durante las dos últimas semanas de marzo, para enfermos muy graves del hospital de la ciudad. Fue una de las iniciativas que hubo en distintos puntos de España para transformar esas caretas básicas en respiradores para las ucis.

La misiva le ha llegado a Jesús Lázaro Ruiz, un abogado que ha publicado este martes la carta en su muro de Facebook con un único fin: «La gente que donó sus máscaras debe saber que sirvieron. El efecto de la difunsión de la carta no es darme propaganda, sino que los ciudadanos que hicieron el sacrificio de salir de sus casas, arriesgarse, traerme una máscara o, simplemente, llamarme por teléfono para que fuera a recogerla, que sepan que ha tenido su resultado».

Las ganas de colaborar unieron a dos personas que no se conocían. Una amiga en común puso en contacto a Jesús y a Azucena Cuesta Morán, una veterinaria de Talavera que recogía máscaras de esnórquel y respiradores para animales entre profesionales de su sector. «Nos pusimos en contacto con la gerencia del hospital y nos iban diciendo las necesidades que tenían para hacer lo posible. Fue cuando surgió lo de las máscaras de esnórquel», explica Azucena, que reunió unas quince unidades.

Si Jesús y Azucena se vieran de nuevo, no se reconocerían seguramente. Solo coincidieron una vez personalmente, pero los dos llevaban mascarillas, y hablaron una media docenas de veces por teléfono. «Nos conocimos porque él recuperó unas cuantas y me las llevó a casa para llevarlas yo al hospital», cuenta Azucena. «Me las dejaban en el despacho y me decían: 'Ojalá salve una vida'», recuerda Jesús.

«Comprobar que, dentro de toda esta situación, había personas e instituciones que estaban pendientes y dispuestas a apoyar (...) ha sido determinante para mantener el ánimo y la actitud en los momentos críticos», afirma el doctor José María Ruiz en su carta. «Quiero, por lo tanto, con esta nota de agradecimiento, hacerle partícipe de lo que su ayuda ha supuesto, y de que por ello forma parte del resultado obtenido hasta ahora», concluye antes de despedirse.

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