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Un colegio donde los gatos campan a sus anchas

educación

El Ayuntamiento se ha comprometido a sustituir los areneros de Educación Infantil del colegio La Constitución por suelo de caucho

Un felino se esconde entre los juguetes de los niños ABC

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El colegio público La Constitución, ubicado en la localidad toledana de Illescas, parece estar cada vez más cerca de dar una solución a un problema que arrastran desde hace más de una década: acabar con los excrementos de gatos en las instalaciones del centro.

¿El motivo? Una colonia de gatos alimentada entre los setos del centro de formación profesional La Sagra, edificio colindante al centro educativo, es la razón del «quebradero de cabeza» del equipo directivo, personal docente y padres de alumnos del centro. Los felinos cruzan las vallas y van dejando sus heces repartidas por las instalaciones del colegio. Las pistas deportivas y el patio que comparten los alumnos de 3 y 4º de Primaria son dos de las zonas donde se pueden ver a diario estos residuos. «Es terminar el recreo y hay un paseo de gatos que cruzan en busca de los restos que se hayan podido caer de los bocadillos», se lamenta la directora del colegio, Mónica Moldes.

Pero los felinos no solo aparecen en momentos puntuales en busca de alimento. También campan a sus anchas en el arenero de Educación Infantil, la zona del centro más perjudicada. En este patio de recreo, donde juegan niños de 4 y 5 años, es común ver a estos animales, una vez que el patio se queda vacío, entre los juguetes de los escolares. «Esto es un problema grave de salud, un problema que nos preocupa mucho a todos«, afirma Moldes.

Es frecuente ver a los gatos en el arenero de infantil ABC

Hasta la fecha, como medida de prevención, el arenero de Infantil es desinfectado por personal del Ayuntamiento con una disolución de agua y lejía cada quince días. Además el conserje lo rastrilla todas las mañanas antes del inicio de las clases. Incluso maestras de Infantil han tenido que retirar, en alguna ocasión, estas deposiciones. Aun así, es «inevitable» que alguno quede oculto entre la arena por lo que, padres y madres del centro han denunciado que sus hijos salen del colegio con el babi y las zapatillas manchadas.

Moldes explica que, durante todos estos años, el Ayuntamiento ha ido haciendo actuaciones, pero «no hemos sido capaces de dar una solución definitiva a este problema». Por ello, insiste en que una de las medidas que podría acabar con este problema es la sustitución del arenero por suelo de caucho. «Es blandito y tú puedes ver a simple vista el excremento; no como en la arena, donde queda enterrado, y luego las pisas y vas manchando todo», afirma.

El empeoramiento de la situación en los últimos meses ha sido el detonante que ha propiciado que el Ayuntamiento realice una modificación de sus presupuestos con el fin de acometer «de forma inmediata» la propuesta del colegio. «Esta semana ha ido personal de una empresa a tomar medidas y, en cuanto tengamos el presupuesto y la autorización por parte de la consejería de Educación (las obras de mejora de los centros educativos competen a la Junta de Comunidades), vamos a acometer nosotros la obra con celeridad», asegura el concejal de Educación, Carlos Amieba. «El problema se va a solucionar, estamos convencidos de ello», sentencia.

Persona autorizada para alimentar la colonia

Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Parques y Jardines, Ángel Menchero, explica que el Ayuntamiento está adherido al programa de Captura Esterilización y Suelta (CES) para el control de colonias felinas. El hombre encargado de dar de comer a estos animales «es una persona autorizada» que cuenta con un «carné propio» como cuidador de esta colonia de gatos. «Es quien se encarga de darles de comer o no, en función de la época de captura para poderles castrar. El único requisito es que no puede echarles residuos orgánicos, tiene que ser pienso para evitar la proliferación de otras plagas», explica.

«El hecho de dar un carné es una forma de controlar que la gente no vaya dejando comida sin ningún control en la vía publica; de tal manera que los animales nunca dejan de agruparse y no se pueden controlar. Así, si una persona o dos alimentan una colonia, nos aseguramos que no hay recipientes repartidos por cualquier parte y, en caso de haber un problema, por ejemplo de pulgas, la empresa de control de plagas puede atajarlo», argumenta el responsable de Medio Ambiente.

Asegura que la colonia está esterilizada y que, en cuestión de años, la problemática con los gatos callejeros se ha reducido muchísimo en el municipio. «El objetivo no es eliminar los gatos, sino reducir el problema a medio-corto plazo. Los animales de estas colonias tienen una vida media de 3 años, menor que un gato doméstico. No podemos eliminarlos de la vía pública y llevarlos a otro sitio porque eso no está regulado. Lo que sí está regulado es que estén esterilizados, desparasitados y esperar a que vayan desapareciendo por su propia naturaleza».

Preguntado por si considera que el punto donde se deja la comida para alimentar a esta colonia felina es el más adecuado, el titular del área manifiesta que, «si eso se considera un problema, tendremos que hablar con la gente que la deja y variar ese punto. Por nuestra parte, habrá absoluta colaboración. El punto se puede variar siempre y cuando suponga una mejora».

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