La destilería Gómez-Caro de Yepes cumple 100 años

La empresa familiar lo celebra con una exposición que hace un guiño al diseño industrial de los años 40 y 50 y a la belleza que muchas de aquellas piezas y aparatos tienen

La exposición puede visitarse del 3 al 26 de febrero en el Hospital de San Nicolás ABC

ABC

Toledo

La destilería Gómez-Caro cumple cien años en 2023 y lo va a conmemorar con una exposición que repasa la historia de esta empresa familiar de Yepes (Toledo) y, además, hace un guiño al diseño industrial de los años 40 y 50 y a la belleza que muchos de aquellas piezas, utensilios y aparatos tienen.

La exposición estará abierta en el antiguo Hospital de San Nicolás de Yepes (hoy centro cultural) del 3 al 26 de febrero e incluirá distintos elementos que se utilizaban en los primeros años. Entre ellos, antiguas etiquetas y botellas de la destilería, filtros de cobre y documentación de alcoholes y el registro fiscal que se llevaba.

Además, se recrea un laboratorio, con básculas de precisión, alcohómetros, matraces, probetas y otros utensilios. Y se exhibe una oficina de décadas atrás, con piezas representativas del diseño industrial.

Durante cuatro generaciones, la familia Gómez-Caro se ha dedicado a esta industria que no era ajena a Yepes como lo demuestra un texto del Diario de Barcelona del 7 de mayo de 1794 que ya mencionaba el licor de Yepes y que forma parte de la exposición.

Orígenes

Cotejando documentos antiguos y las entradas y salidas del alcohol elaborado, la familia Gómez-Caro ha fijado la fecha de inicio de la empresa en el día 2 de febrero de 1923.

Águeda Rodríguez-Osorio Rodríguez-Peña y su marido, Orosio Gómez-Caro Merino, tomaron una decisión que marcaría sus vidas y las de varias generaciones posteriores: en lugar comprarse el coche para el que habían ahorrado adquirieron una industria de alcoholes y orujo.

Águeda era realmente la empresaria, una emprendedora valiente que en 1934 compró una casa en la calle Hospital Nuevo, que antes había pertenecido al conde Salvatierra y después al banquero y diputado liberal Adolfo Bayo y Bayo, que era un apasionado de los vinos.

Aquella casa es importante en la familia y de Águeda y Orosio pasó a Román que junto a sus hijos mayores (Orosio y José Luis) siguió durante la posguerra con la elaboración de aguardientes y anises.

Orosio Gómez-Caro González (tercera generación) heredó el espíritu emprendedor de su abuela Águeda y junto a su hermano José Luis puso en valor un negocio que ha llegado a la cuarta generación.

Cartel de la exposición Abc

Ya iniciado el siglo XXI, en 2012, Orosio Gómez-Caro Velasco (cuarta generación) toma las riendas de la empresa familiar y la amplía y dinamiza. En estos últimos años, la empresa se ha acomodado a los nuevos gustos y demandas del consumidor actual y, siguiendo con la elaboración artesanal y el esmero hacia las materias primas, ha lanzado nuevos productos que han tenido una excelente acogida: entre ellos, la crema de mazapán Gómez-Caro, que surgió para conmemorar el año del IV centenario de la muerte del Greco (2014), y la ginebra 1085, que hace un guiño a la conquista de Toledo por parte del rey Alfonso VI.

Actualmente, la empresa elabora una gran variedad de productos, algunos novedosos, como pueden ser las cremas de distintos sabores (orujo, chocolate, fresa, arroz, limón, naranja, melón...) y otros tradicionales que mantienen su actualidad (limoncillo, licor de hierbas, anisados, orujos...).

A sus cien años, Destilerías Gómez-Caro es una empresa que combina el buen hacer de siempre con las nuevas técnicas de producción y que está en constante proceso de desarrollo y expansión, traspasando no solo las fronteras de Castilla-La Mancha sino las de España.

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