Las ventas de chucherías también se desploman

«Tú prueba a comerte un caramelo de eucalipto con la mascarilla puesta; te lloran los ojos. Si están resfriado, se compran el caramelo para comérselo en casa». El ejemplo lo pone Rafael , representante de una distribuidora de productos de confitería, que lleva 23 años recorriéndose la provincia de Toledo. «Las ventas han bajado una barbaridad en consumo de impulso debido a la pandemia -afirma-, sobre todo los chicles, caramelos y chucherías en general».

Primero fue el confinamiento, porque la gente no pudo salir, y ahora las tiendas cierran antes y la gente tiene que llevar los tapabocas puestos. «No ves a nadie comiendo chicle con la mascarilla puesta», ejemplifica.

«No es lo mismo comer pipas o chuches si llevas la mascarilla», dice Sergio , del almacén Frutos Secos Chemi de Toledo, que cifra la caída de su negocio en un 50 por ciento desde la pandemia. «Pero estamos observando que nuestro viene a menos, aunque no sé a qué es debido», añade Sergio, que vende a tiendas pequeñas y de alimentación de barrio. «Hemos tenido cerrados los parques de bolas, cines, campos de fútbol, pabellones deportivos o piscinas, y todo eso influye un montón», concluye.