Toledo

Fecicam reconoce a «Trazado en femenino en Torrijos» como el Mejor Documental 2020

El cortometraje repasa, a través de la mirada y las viviencias de ocho mujeres, la historia de la localidad toledana desde hace 50 años

Máxima, una de las protagonistas del documental «Trazado femenino en Torrijos» Colectivo Mazapán

F. RAMÍREZ

Mirando a la cámara fijamente Sabrin, Máxima, Ana, Pilar, Alejandra, Chari, Rosa y Milagros, recuperan su propia vida y sus recuerdos como vecinas de la localidad toledana de Torrijos, para compartirlas con los espectadores. Así arranca Trazado femenino en Torrijos, filme dirigido por Ángela Martín y José Manuel Carrasco, que se ha alzado con el premio de Mejor Documental en el Festival de Cine Español Emergente (Fecicam).

El director, José Manuel Carrasco se ha mostrado «muy feliz» por haber conseguido el galardón que Fecicam les ha concedido y que representa un reconocimiento a los realizadores de la provincia de Toledo y en el que ha participado la Asociación Cultural Mazapán. Los espectadores, según ha explicado Carrasco, pueden ver el viaje «personal» de las protagonistas a través de la plataforma Youtube.

Trazado femenino en Torrijos habla de las inquietudes y añoranzas de estas mujeres -que representan a diferentes profesiones-, pero también se adentra en aquellos sueños y deseos que han ido formando parte de su evolución humana. Así, el director ha señalado que este proyecto permite hacer una reflexión sobre la propia evolución de la localidad toledana en estos últimos 50 años y que busca evitar que caiga en el olvido la contribución de las mujeres en el tejido social de los pueblos.

José Manuel Carrasco ha destacado el compromiso y la implicación de las mujeres que participan en este documental, que los espectadores pueden ver algunas en abierto y de forma gratuita en Youtube. El cortometraje ha contado, además, con el respaldo del Ayuntamiento de Torrijos y la Asociación Antares

Ocho historias, ocho mujeres

En las ocho historias de esta iniciativa audiovisual , se puede descubrir a Rosa y Máxima, quienes representan las visiones más veteranas y también un retrato de aquellos tiempos donde las mujeres a edades tempranas comenzaban a trabajar, lo que normalmente suponía un precoz abandono de la escuela.

Unas vivencias que no se alejan a las que protagoniza Milagros, quien con su vitalidad y simpatía se ha convertido en todo un referente en la Asociación de Mujeres La Fuentecilla de Torrijos . Una entidad con 30 años de andadura que sigue sumando actividades y propuesta gracias al impulso de muchas mujeres que dedican gran parte de su tiempo a crear un espacio donde «olvidar las penas».

Las dos mujeres más jóvenes, Sabrin y Alejandra , ofrecen dos visiones contrastadas: quien se va de casa y quien vuelve tras pasar una larga temporada fuera. Continuar los estudios superiores hace que muchos jóvenes torrrijeños se marchen de su hogar, tal y como le ocurrió a Alejandra. En su vuelta a casa ha encontrado en el boxeo y su trabajo en Apandid, dos motores para adaptarse a su vida en el pueblo.

Volver al pueblo

Ese «hogar al que volver» es lo que necesita Sabrin, quien se halla en un momento vital diferente, donde el aprendizaje amplía fronteras fuera de España. Aún así, ella siempre reivindica sus raíces marroquíes como una herencia familiar que lleva con orgullo y que, además, es uno de sus impulsos para reafirmar el feminismo en la cultura musulmana.

Chari, en el Bar San Gil, un lugar referente para las peñas de Torrijos Colectivo Mazapán

Las raíces y los legados familiares son parte también de la vida de Chari y de Ana, ya que han continuado el camino que el destino les marcó. Chari ha dedicado muchas horas de trabajo para levantar el Bar San Gil, un lugar que fue punto de reunión para las épocas doradas de las peñas de Torrijos durante los festejos locales y que fue un negocio heredado por su marido. En todos estos años han conseguido que este rincón del mundo sea punto de encuentro para muchas personas que ya son habituales del establecimiento.

Ana y su institución educativa, la Escuela Infantil Cárdenas, ha sido otro punto de encuentro y de partida para muchos torrijeños, así como lo fue también para ella y su socia Mamen. Ambas mujeres compartieron el sueño de crear un proyecto educativo y fue algo que finalmente, tras mucho tesón, consiguieron. Pese a las adversidades que surgieron, Ana se mantuvo al frente de esta guardería y ahora reconoce que en esos momentos críticos sintió que «aún no había terminado la tarea».

Una fortaleza que también se puede palpar en la historia de Pilar, quien también hizo «su tarea» compartiendo su talento en el arte del dibujo. A través de la plumilla, una técnica muy laboriosa que requiere de una gran destreza, dedicó un buen periodo de su vida a retratar a un Torrijos único que finalmente quedó plasmado en una colección de postales.

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