Lucy, el sueño cumplido de una ecuatoriana en el Ejército español
Legionaria y soldado de la UME, ha participado en un programa televisivo de supervivencia
No tenía antecedentes en su familia, pero cuando a Lucy le preguntaron en la escuela, en Ecuador, qué iba a ser de mayor, ella respondió: «Militar». Lo que no se imaginaba entonces es que vería cumplido su sueño en España. Y ya lleva una flamante trayectoria de quince años en el Ejército: la Legión, la UME y el Ministerio de Defensa.
Ahora Lucy Mirella Herrera Cevallos, de 36 años, es una de las exploradoras de La Isla , un programa de La Sexta grabado hace más de dos años que se emite desde este jueves. «Tiene unas cualidades físicas impresionantes», ha dicho de ella un jefe que la tuvo a sus órdenes.
En las últimas temporadas, Lucy ha demostrado su fortaleza física y psíquica para las pruebas de ultrafondo, como los 101 kilómetros de la Legión (Ronda) en 13 horas, los 70 kilómetros de la Carrera Desértica de la Legión en 8 horas o los 225 kilómetros Trashuman Trail de Ciudad Real.
El anuncio que no esperaba
En el pueblo toledano de Los Yébenes recuerdan a una joven ecuatoriana risueña de Atuntaqui, que llegó en 2002, con 18 años, junto con sus hermanos David y Ángela, que iba embarazada de Megan. La madre de Lucy se había adelantado para mejorar la calidad de vida de su familia y, con el cambio de país, la adolescente vio diluido su sueño de ser militar. Pero solo de una manera momentánea.
Inesperadamente, un anuncio en televisión le abrió los ojos: «Los extranjeros con tarjeta de residencia pueden ingresar en el Ejército español». Lucy vio el cielo abierto y a su madre, Miriam, no se le olvida que la chica casi se volvió loca de la emoción.
Pero Lucy no se lo creyó hasta que se vio vestida con el uniforme. En 2005 se alistó en la Legión y llegó su primer destino, la Brigada Rey Alfonso XIII en Almería. Allí estuvo destinada cinco años y consiguió el título de caballero legionario distinguido, la primera mujer en tenerlo. Ángela, su hermana, sabe que fueron los mejores años de la vida de Lucy, que siempre lleva muy adentro el espíritu de sufrimiento y la dureza de la Legión.
Con su ascenso a cabo y ya nacionalizada española en 2008, Lucy pasó otros cinco años en el Batallón de Helicópteros de Transporte V, en Colmenar Viejo (Madrid), antes de llegar a la que considera una de las mejores unidades del Ejército español, la Unidad Militar de Emergencias (UME) , que está teniendo un papel esencial en la pandemia por el coronavirus.
David, legionario en el Ejército francés, conoce de boca de su hermana que la Legión y la UME son los retos más importantes que ella ha superado, porque el trabajo es muy exigente, con un entrenamiento severo y una instrucción diaria estricta.
Lucy participó en tres misiones internacionales, dos en Líbano y una en Afganistán, países en los que vivió durísimas experiencias a nivel psicológico, aprendió a valorar todo lo que la rodea y también que lo más importante es la gente de su misma sangre.
Destinada ahora en el Ministerio de Defensa, vive en Madrid con su familia desde hace tres años, pero Lucy no olvida los tres lustros que pasó en Los Yébenes, donde su madre mantiene su casa. Miriam ha escuchado muchas veces a su hija hablar de que «este pueblo maravilloso y su gente» forman parte de sus vidas; un municipio de 7.000 habitantes al que regresan siempre que pueden, porque para Lucy y su familia es donde se encuentra su hogar.
En el pueblo la madre ha contado que su hija siempre se ha sentido muy integrada en el Ejército, donde no ha tenido ningún problema por ser mujer, y que lleva el compañerismo por bandera. «Simplemente si eres un buen trabajador y cuidas tu estado físico, no tienes por qué tener ningún tipo de problemas», repite Lucy a sus allegados, como su sobrina Megan.
Hospitalizada
Aunque le gusta comer, y mucho, esta militar decidió participar en el programa de supervivencia La Isla . A la productora le contó que le parecía algo extraordinario vivir una experiencia tan dura, tanto física como psicológicamente. Sin comida, sin agua ni útiles de higiene.
Y a su familia no se le olvida que, después de la aventura televisiva, Lucy ingirió tal cantidad de alimentos que estuvo ingresada en un hospital de Toledo cinco días. Fue peor que el tiempo en la isla, donde soñó con comida a menudo.
Con todo, Lucy ha logrado sumar otro reto a su carrera profesional y deportiva, la trayectoria de una mujer que soñó con ser militar cuando era una niña.
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