‘Liviano’, ‘Digno’ y el gesto solidario de Esaú Fernández en Mocejón
El matador de toros de Camas lidió 4 astados a beneficio de Cáritas Parroquial
De forma altruista se encerró Esaú Fernández en un gesto solidario con Cáritas Parroquial de Mocejón. Localidad que lo ha acogido y de la que se siente uno más. La encerrona fue a más y, a medida que fueron saliendo por toriles los animales, se fue viendo una mayor dimensión del diestro de Camas, que atraviesa un momento de dulce y que ha refrendado la madurez que ha adquirido y que, desde sus comienzos, ya se le atisbaba.
El primero lució la divisa de El Freixo y Esaú buscó romperlo hacia adelante, pasándolo de salida por ambos pitones . Se coló en banderillas y el matador brindó la faena al respetable. No fue fácil en la muleta y se quiso quitar de primeras los chismes de enmedio. Ante la violencia, suavidad y oficio. El de un diestro que parece confirmar su resurgimiento y que encauzó acometidas en embestidas. No podía dejarlo pensar, porque el primer cartucho lo cargaba con metralla y era la segunda embestida en la que entregaba algo más. No rebajó las miras el animal en ningún momento y, encampanado siempre, no cambió en la suerte suprema, complicándoselo a un Esaú que no pudo despenarlo con lucimiento.
Salió con pies el de El Pilar y Esaú pudo acoplarse mejor por el izquierdo que por el derecho. No andaba sobrado de recorrido el animal, pero, tal y como colocaba la cara, pareció guardar cosas buenas. Mucho gusto tuvo el quite alternando chicuelinas y tafalleras, en el que el animal mostró clase y Esaú, temple y gusto . Se fue a los medios y con la muleta muy por delante, citó al de El Pilar, que acudió presto y con transmisión. Con la izquierda fue suavidad y trazo largo; tanto que el animal siempre estaba ahí, sin dejar que Esaú se colocase. Pareció haberse dañado y las embestidas fueron un tanto descompuestas, tenía más calidad y fondo que condiciones y parecía atropellarse ‘Campito’. El final fue para las cercanías y abrochó una notable labor con varios circulares y toreo sin ayuda. Mató de una gran estocada y cayó fulminado el oponente, lo que le valió para pasear los máximos trofeos y vuelta al ruedo al toro
En su afán por humillar, el de La Ventana del Puerto clavó los pitones en el suelo en varias ocasiones sufriendo varias volteretas. Un animal con un cuajo y trapío digno de plazas de mucha mayor resonancia. Un quite ajustadísimo y una exquisita brega de Rafael González, en un tercio de banderillas donde Roque de Vega y Antonio Olivencia -quien recibió el brindis en su última tarde de luces- destacaron, teniéndose que desmonterar .
Toreo encajado
Empezó Esaú de rodillas en los medios y se arrancó como un tren ‘Liviano’. Toreo encajado y de trazo largo el del camero que caló, y mucho. Paladeó el toreo al natural ante un bravo y repetidor animal. Pudo torear a placer ante un ‘Liviano’ que solo tenía de ligero el nombre, pero que era 560kilos de nobleza y calidad . Fue pronto y repetidor aún cuando el diestro le ofrecía la muleta con más de la mitad en el suelo. Aguantó la exigencia y el largo metraje de la faena, y el exigente final por bajo. Esaú estuvo a placer y el animal sobresalió a la altura. Comenzó el conato de indulto y se materializó tras tomar el diestro la espada y exigirle que siguiera toreando. ‘Liviano’ volvía a corrales y la definición de felicidad era la cara de Esaú Fernández.
Salió con brío el que cerraba el festejo y embistió con clase al capote de Esaú. En varas apretó mucho y destacó la segunda vara de Benedicto Cedillo , quien lo cogió en buen sitio, tras haberlo dejado largo, y aguantó el empuje del animal.
En la muleta acudió presto y colocó la cara haciendo el avión. Se encontró Esaú con otro gran toro, pero la bravura no es barata y entregó cada embestida con fiereza. Llegaba con emoción y se reducía al llegar al embroque. Gran toro ‘Digno’, que aminoró la marcha cuando aún quedaba hambre para más . Supo Esaú extraer las últimas perlas que llevaba en forma de embestidas y también lo aprovechó en las cercanías, donde no por menos viveza tuvo menos calidad. Francamente, buena la forma de colocar la cara por ambos pitones, que no por ello menos exigente. Cogió la espada y comenzó el conato de indulto. Pareció éste más lógico. «Ni se te ocurra», le esperaron desde el tendido. Y el animal seguía embistiendo, y podría llevar más de dos faenas realizadas el sevillano. Siguió toreando y el público vitoreó pidiendo el indulto, que al final fue concedido.