Juicio por la paliza a un médico en Camarena en 2018: «Juan Antonio no tiene conciencia, es un gran inválido»

«Me agaché y me escondí debajo del salpicadero del coche mientras el hombre reprochaba a Juan que se hiciera el muerto», contó la enfermera

Centro de salud de Camarena Sescam

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Esta mañana, Juan Antonio Alcázar abandonó la sala de vistas ayudado por su hija Sara. Se mueve con mucha dificultad, arrastrando los pies. Se ha quedado así, como hecho un trapo, después de la agresión que sufrió a manos de Francisco Jesús Castillo Carrillo en Camarena (Toledo) la madrugada del 14 de junio de 2018.

Juan Antonio llevaba seis meses como médico en el centro de salud del pueblo cuando aquella noche, sobre las cuatro, acudió a la calle del Cura para atender una emergencia: un hijo había agredido a su padre. Iba acompañado de Sandra, la enfermera. Los dos llegaron en un coche oficial rotulado, que aparcaron al lado de la casa, en el número 12.

Cuando Juan Antonio llamó al timbre de la puerta, Francisco Jesús salió detrás de su madre con una especie de palo con ramas. Sin tiempo a que reaccionara el facultativo, el joven de 29 años se lo estampó en la cabeza y luego, con Juan Antonio inconsciente en el suelo, lo remató a golpes. Su estado llegó a ser crítico, pero el médico, de 54 años entonces, logró salir adelante y sobrevivir. Pero no es el mismo de entonces.

«No recuerda nada»

Juan Antonio, un médico muy querido en el pueblo, abandonaba la sala de vistas después de declarar en el juicio que comenzó este martes en la Audiencia Provincial de Toledo. «No recuerda nada. Ha hecho un relato que no se corresponde. Alguien le ha debido decir algo de lo que ocurrió, pero él no tiene conciencia. Es un gran inválido», aseguró su abogado al concluir la primera sesión.

Las acusaciones particular y popular piden prisión para el reo, en la cárcel desde los hechos, mientras que la Fiscalía y la defensa solicitarán la exención de responsabilidad criminal y una medida alternativa a la cárcel en un centro cerrado. Se apoyan en un informe forense que concluye que Francisco Jesús sufría una intoxicación plena de estupefacientes esa madrugada.

El juicio se celebra a puerta cerrada. Además de Juan Antonio y del procesado, el tribunal escuchó también el testimonio de algunos de los primeros guardias civiles que redujeron a Francisco Jesús con muchísimo esfuerzo.

El último testigo en declarar fue la enfermera, que salió con lágrimas en los ojos después de comparecer. Sandra recordó, otra vez, cómo tuvo que refugiarse en el coche oficial mientras Juan Antonio yacía en el suelo y Francisco Jesús, con un cuchillo en su mano, daba golpes alrededor del vehículo. La enfermera vivió momentos de angustia porque no pudo cerrar las puertas del turismo, ya que las llaves estaban en un bolsillo de Juan, noqueado tras ser apalizado. «Me agaché y me escondí debajo del salpicadero -contó a los periodistas- mientras el hombre reprochaba a Juan que se hiciera el muerto». Luego llegó la Guardia Civil.

Una mezcla explosiva

El abogado del médico considera que no se ha probado la eximente de drogadicción, por lo que mantiene los delitos de asesinato en grado de tentativa, en concurso con atentado por su condición de facultativo en ejercicio. «La defensa tiene que acreditarlo», dijo el letrado, Antonio Esteban, quien pide 14 años de prisión. «Si la ATS no fue agredida en ese momento, fue porque se metió en le coche», subrayó tras la primera sesión.

«No estamos de acuerdo con el informe forense y se discutirá mañana, aunque sabemos que está difícil en este caso» , dijo Antonio Miguel Muñoz-Perea, abogado del Colegio de Médicos de Toledo, que también solicita cárcel por los mismos delitos. «Es el caso más grave que hemos tenido desde que mi bufete se ha hecho cargo de la defensa del Colegio de Médicos de Toledo hace cuatro años; sin ninguna duda», añadió.

La defensa acepta los hechos, pero aclara: «Nuestra petición está corroborada con el informe de imputabilidad de dos médicos forenses, de la Fiscalía y del abogado del Estado», explicó Blanca Biezma Moraleda. «Se solicita expresamente la exención de responsabilidad criminal, pero sí la imposición de una medida de seguridad por intoxicación plena en síndrome de abstinencia, como es este caso. Hubo un consumo brutal de estupefacientes -cocaína y cannabis- mezclado con alcohol y medicación psiquiátrica », explicó la letrada.

Ella recalcó que en el informe forense se deja meridianamente claro que Francisco Jesús tenía sus facultades volitivas e intelectivas totalmente anuladas. Y citó una circunstancia que se produjo en el traslado de su cliente desde Camarena al hospital Virgen de la Salud de Toledo en una UVI móvil: «Nunca habían administrado a nadie una cantidad de medicación tan grande y tan fuerte para tranquilizarlo. Estaba fuera de sí. Y pasadas las horas tuvieron que volver a hacerlo».

El acusado lleva más de tres años y medio en prisión. Si se le aplicase esa eximente completa, la alternativa sería el internamiento en una comunidad terapéutica en régimen cerrado, en la que recibiría un tratamiento para su patología psiquiátrica y para su adicción a algunas drogas. «Es un supuesto excepcional, y compartimos el dolor y la tragedia» de este médico, aseguró la abogada de Francisco Jesús, quien «no hay día que no se haya interesado por la salud» de Juan Antonio.

El médico, en cambio, se marchó caminando torpemente y necesitó del ascensor de la Audiencia para bajar desde la primera planta a la calle bajo la atenta mirada de su hija Sara.

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