Guardaban 20 artefactos explosivos de la Guerra Civil en la buhardilla de una casa de Casarrubios desde los años 70
«Casi todo el arsenal podría haber estallado en cualquier momento», apunta un guardia civil
Los actuales propietarios del inmueble desconocían que los anteriores dueños tenían ese polvorín en la vivienda
«En realidad, casi todo el arsenal podría haber estallado en cualquier momento. Porque los iniciadores también son explosivos», responde a ABC un guardia civil cuando se le pregunta por el arsenal de 20 artefactos explosivos de la Guerra Civil encontrado en una vivienda de Casarrubios del Monte, en la provincia de Toledo: había desde granadas de mortero a proyectiles de disparo, guardados desde hace cincuenta años.
«Los cartuchos que están sin disparar tienen la pólvora y el iniciador en principio funcional -añade el agente-. Aunque ha pasado tiempo, pueden no perder eficacia. Los cartuchos que estaban disparados o vacíos pueden seguir llevando el iniciador, que es lo que hace que se produzca esa pequeña explosión dentro de la pólvora y la detonación que hace disparar el proyectil».
Los propietarios de la vivienda encontraron el polvorín en la buhardilla el 20 de marzo, aunque la historia se ha conocido este lunes. Los anteriores dueños, de edad avanzada, habían cambiado de casa y dejaron en su antiguo inmueble una cartuchería de alto calibre, compuesta por una veintena de artefactos explosivos que guardaban como piezas de colecionismo desde los años 70 .
Los nuevos propietarios comenzaron a limpiar la buhardilla y encontraron dos cartuchos no disparados del calibre 20 milímetros (mm) cada uno. Este material era utilizado en cañones antiaéreos de tiro rápido de la firma Bofors AB, una empresa sueca y británica fabricante de armas. Sorprendidos por el hallazgo, avisaron al puesto de la Guardia Civil en Valmojado y acudieron al domicilio agentes especializados en desactivación de explosivos (Gedex).
«Solo personal especializado»
Estos expertos constataron la peligrosidad de los dos cartuchos: no solo por el explosivo que llevan dentro, sino porque la vaina o casquillo guarda el iniciador o estopín, que puede estallar al recibir una simple fricción. «En cualquier caso, es un material que debe ser manipulado con mucho cuidado y solo por personal especializado» , advierten desde la Guardia Civil.
Pero en la vivienda había más explosivos. Los agentes del Gedex hallaron cartuchos y granadas, hasta una veintena: 10 disparos completos de 40 mm, 4 proyectiles de disparo de 40 mm, 3 granadas de mortero de 60 mm y 1 granada de mortero de 50 mm, además de dos vainas de 105 y 125 mm. «Sorprende que todo este arsenal estuviera dentro de una vivienda, ni siquiera enterrado. Estaban como piezas de coleccionismo», dice el agente.
Los miembros del Gedex analizaron las piezas y concluyeron que carecían de la mayor parte del material explosivo o deflagrante. Sin embargo, conservaban una gran parte de su peligrosidad, por lo que los agentes decidieron destruirlo.
No es la primera imprudencia que se conoce en la provincia de Toledo este mes, y que podría haber supuesto una desgracia. Unos días antes del hallazgo en Casarrubios, la Guardia Civil había localizado una furgoneta estacionada en una calle de otra localidad toledana, Illescas : tenía más de 200 kilos de material pirotécnico en su interior para usarlo en la pólvora de las fiestas del Milagro. Se encontraba sin ninguna medida de seguridad dentro del núcleo urbano y la empresa pirotécnica ha sido propuesta para una sanción administrativa.
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