El granjero toledano en silla de ruedas que representará a España en Bélgica en un concurso de doma clásica
Parapléjico desde 2015 por un accidente de trabajo, el jinete Félix Gómez González se proclamó campeón nacional en Barcelona este fin de semana
«Recuerda en el texto que el equipo es muy importante», insiste Félix Gómez González, de 56 años, cuando habla de la gente que lo rodea: sus entrenadores Antonio Valencia y Mario Vallejo; el cuidador de sus caballos, Luis Miguel Carmena; su pareja «y pieza fundamental», Crescencia González, 'Crescen', y su fisioterapeuta, Montse Martínez. «Me ayudan en todo porque, como soy minusválido, necesito que me cuiden y preparen el caballo para entrenar y competir; me suben a la rampa y, de ahí, monto», sintetiza agradecido.
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Este toledano de Añover de Tajo es el nuevo campeón de España en doma clásica adaptada grado 2 (hay un intervalo del 1 de 6, la lesión menos grave). El título lo consiguió en Barcelona el pasado fin de semana con Merlín , un caballo hannoveriano de origen alemán. Y con él competirá también en Bélgica del 28 de junio al 2 julio para representar a España. «Será difícil, porque hay mucho nivel, y vamos a probarnos», dice este jinete vivaz, que está en silla de ruedas a raíz de un accidente laboral ocurrido hace casi siete años.
El 30 de agosto de 2015, su vida dio un volantazo. Un tornado había demontado dos o tres chapas de uralita en una nave de su granja de gallinas; Félix subió para arreglarlas, una se rompió «y me colé». Cayó desde una altura de unos seis metros y una lesión en la médula lo dejó parapléjico. «No hay más remedio que tomárselo de la mejor manera posible. O lo afrontas o no hay tu tía», suelta resignado este avicultor, que ahora gestiona desde su silla de ruedas la granja, «donde está todo automatizado», con la ayuda de sus trabajadores.
Félix ya montaba a caballo antes del accidente. Concursaba en acoso y derribo, y el infortunio no lo hundió. Después de pasar por el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, su amigo y entrenador Mario Vallejo lo animó a seguir. Entre los caballos que tenía, el jinete eligió uno manso «y bueno» . Empezó a montar despacio a Faraco, ya fallecido, y luego se enteró de que había competición de doma clásica.
Él y su equipo contactaron con Fátima Cao, «que está haciendo que el paraecuestre esté saliendo a la luz, intentando sacar un equipo en doma adaptada para las olimpiadas de Francia». Ella le dijo en qué categoría debía competir, grado 2, en la que Félix es el nuevo campeón de España desde el domingo.
No siente de cintura para abajo, por lo que le resulta complicado mantener el equilibro sobre el caballo. «Tiro del 'cuore', como dicen'. Félix se refiere, entre risas, a los músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna. «Tengo una rampa de entrenamiento y otra desmontable para competir. Mi equipo me sube a la rampa y monto. Para fijarme, tengo unos velcros en el asiento, pero muy pequeños, de cinco o seis centímetros, y mantengo el equilibrio con los abdominales», resume.
Ahora le espera Grote-Brogel, a 100 kilómetros al este de Bruselas, donde competirá la última semana de junio y la primera de julio. Seguro que Merlín hace magia en las manos de Félix.