«Las firmas del matrimonio en las pólizas fueron falsificadas»

El testimonio de tres policías expertos pone en entredicho al exdirector de una caja de ahorros de Las Herencias

Félix Arroyo bebe agua antes de comenzar su interrogatorio A. Pérez Herrera

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Molière se ha paseado este miércoles por la Audiencia Provincial de Toledo. «Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos», dijo el dramaturgo y poeta francés. Cuatro siglos después, en la sala noble del vetusto edificio, el fiscal José Luis Gómez parafraseó a Molière para cerrar la exposición de su informe final contra el procesado Félix Arroyo Martín .

¿Y por qué uso esa frase? Pues porque el representante del ministerio fiscal cree que el acusado, director de la oficina de Caja Castilla-La Mancha en Las Herencias (Toledo) desde 1991 a 2013 , se aprovechó de su relación de amistad y parentesco con un matrimonio del pueblo, Emilio y María del Prado, para estafarle 110.300 euros a través de tres cuentas de crédito entre 2006 y 2010. «El medio para el engaño era la confianza», sentenció el fiscal en una sala en la que hubo entre el público cinco vecinos que también han denunciado al acusado por quedarse, presuntamente, con bastante dinero de ellos. «Confiamos en él, porque le considerábamos de la familia», dijo uno de los asistentes a la salida del juicio.

Con la alusión al poeta francés, el fiscal abrochó sus conclusiones definitivas y mantuvo su acusación contra Félix Arroyo, cuya madre es prima hermana de María del Prado. Para el encartado solicita una condena de cinco años de prisión, además de la devolución de los 110.330 euros y los intereses, por estafa y por falsificar las firmas del matrimonio, propietario de un bar y de un estanco.

La abogada de la defensa, en cambio, se reafirmó en reclamar la libre absolución para su cliente, aunque durante su alegato llegó a solicitar como alternativa la aplicación de un atenuante (la demora del procedimiento), por si el tribunal condena a su patrocinado finalmente. «Se ha tardado 6 años para un expediente de tramitación sencilla», criticó la letrada de Félix, quien proclamó su honradez al principio y al final de la vista oral. «Soy totalmente inocente, todas las pólizas se firmaron ante notario y jamás he falsificado firma alguna», manifestó en el uso de su última palabra.

Dos mundos opuestos

Pero para el fiscal, el exdirector de la caja de ahorros es culpable y la entidad CCM (ahora Liberbank), responsable civil subsidiario: «Hay que analizar los hechos como dos mundos opuestos», principió el representante del ministerio público. Por un lado, el universo del procesado, «que dice que todo se ha desarrollado correctamente»; por otro, el «mundo opuesto de los denunciantes, que confiaron todas sus cuentas a Félix Arroyo, que es una persona con experiencia profesional y sabe cómo ocultar ciertas operaciones», espetó Gómez. «Se trata de dar mayor credibilidad a uno o a otro. Y el fiscal cree en Emilio y María del Prado», añadió.

Para sustentar sus palabras, el ministerio público se aferró al informe pericial de tres policias nacionales que examinaron las firmas del empleado y del matrimonio en las cuentas de crédito objeto de la denuncia. «La firma de Félix Arroyo es verdadera y las otras dos [las de Emilio y de María del Prado] son falsas», aseguraron los agentes, que lanzaron otra conclusión: «Hay caracteres en las firmas falsificadas que podrían ser de Félix, aunque no podemos deteminarlo al 100 por cien».

Sin embargo, el exdirector de banca dijo que todas las operaciones se realizaron en la oficina de la caja y que el matrimonio firmó las pólizas en presencia de un notario. Estas aseveraciones, no obstante, fueron desmentidas por Emilio y María del Prado categóricamente. « Él venía por el estanco y le dábamos el dinero para que lo ingresara », explicó el matrimonio por separado -sin problemas económicos entonces-, que no comprobaba el estado de sus cuentas por la confianza depositada en Félix. Tanta era la seguridad en él («candidez» fue la palabra usada por el fiscal) que el procesado tenía las libretas de las cuentas bancarias de la pareja para operar con ellas.

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