«Hay que estar muy demente para invertir tu dinero en una editorial»

Israel Merino ha fundado Ediciones de Humo con 18 años

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Con 18 años, Israel Martín-Caro Merino (Toledo, 2000) ha fundado Ediciones de Humo . El paso definitivo lo dio en febrero con sus pocos ahorros, aprovechando las «propinillas» de Navidad y «el dinerillo que me sueltan por mi cumpleaños». Este jovenzuelo de Fuensalida, que publicó en 2017 su primer poemario, «Movimiento visceral» (Tau Editores), cursa un doble grado de Filología Hispánica y Periodismo.

¿Por qué le da a Israel Merino (como se presenta literariamente) por fundar una editorial poco después de cumplir la mayoría de edad?

Desde que tengo afición por la lectura, siempre me atrajo mucho la idea de tener mi propio sello literario para así poder publicar lo que a mí me gustara (incluidos mis propios libros). Sin embargo, siempre lo vi algo onírico, algo imposible. ¿Cómo iba a conseguir yo que mis libros se vendieran en librerías? Me parecía surrealista. Hasta que un día me senté, lo reflexioné y me di cuenta de que no era una locura tan grande. Es una locura, por supuesto, pero no de unas dimensiones tan grandes como para que llegue a ser catastrófica. En la fundación de la editorial también me ayudó Carmen Romero, una periodista y poetisa de 23 años de Murcia. Sin embargo, hace unos días decidió abandonar el proyecto. De momento, lo llevaré yo solo hasta que encuentre a otro colaborador.

¿Por qué el nombre de Humo?

Los libros son pasajeros. Un libro no es sempiterno, tiene un principio y un final. Es parecido a una fogata, a una hoguera. Cuando está encendida, la disfrutas. Sin embargo, cuando se acaba, no hay nada. Todo se va. Todo, menos una cosa: el humo. El humo siempre dura más, ya sea en su forma puramente física como en su aroma. Es un vestigio fiable de que hubo una hoguera en ese lugar. Y, sencillamente, eso es lo que buscamos con nuestros libros. Dejar nuestro aroma, impregnarle al lector la esencia de la editorial y del autor. Que nuestros libros trasciendan y no se queden en una lectura de mesita de noche.

¿Qué persigue su editorial?

Podría decirse que la editorial no persigue nada, pero lo persigue todo. Es decir, busca lo que cualquier empresa editora, pero con algunos matices, por supuesto. Creo en una ética. Pienso que no todo vale. No veo bien vender, por ejemplo, 10.000 ejemplares de un libro donde no se cuenten más que chorradas. Creo en la literatura de calidad. Por encima de todo, somos gente joven que disfrutamos de este mundillo, no empresarios «carcas» que buscamos el máximo beneficio económico. Lo primero es publicar cosas de calidad, tener buena materia prima; las ventas, el éxito y el dinero, ya vendrán (si es que tienen que venir).

¿Y cómo va de autores?

Una de las cosas que también buscábamos con este proyecto era crear un gran tejido social de autores, es decir, que publicar un libro con nosotros no se quedara en una mera relación formal de autor-distribuidor, sino que trascendiera, cosa que hemos conseguido con creces. Actualmente, algunos de mis grandes amigos han nacido de esta relación que debería ser meramente comercial, como mi amistad con Jesús Pacheco y Diego Godián de nuestro primer libro, la antología Olmos Grises ; o la relación que tengo con mi compadre Félix Pérgar , autor de Thalassopobia , el segundo libro que editamos. En Ediciones de Humo hemos creado un buen rollo que no creo que se dé en casi ninguna editorial. Todos los autores se apoyan entre ellos, se escriben, se llaman, son amigos, y cuando sale un nuevo libro lo difunden entre su gente y se esfuerzan para incluir al autor en un círculo literario que se ha convertido en una gran pandilla de colegas en continua expansión.

El primer título de Ediciones de Humo

¿Con qué ayudas económicas han contado?, si es que las han tenido...

Las ayudas económicas... esa gran traba dentro del mundo editorial. Pues con muy pocas, la verdad. El proyecto lo inicié yo con mis escasos ahorros. Aproveché las típicas propinillas de Navidad y el dinerillo que me sueltan por mi cumpleaños. En febrero, haciendo auténticos malabares para adquirir un ISBN, pagar la tirada de libros, montar la página web y pagar las tasas e impuestos. ¡Que esa es otra! ¡Tela la que te lían por ir de legal y no dejarte arrastrar por la economía sumergida! Luego conseguí publicar Olmos Grises , nuestra antología poética. De las ventas de ese libro pude ir recuperando poco a poco el dinero y así hacer presupuesto para profesionalizar el proyecto e imprimir más ejemplares, hacer una tienda en nuestra web para que la gente pueda comprar todos nuestros libros, firmar contratos con distribuidoras... Lo que sí que es cierto, y es algo de lo que estoy también bastante orgulloso, es que la editorial ha sido autosuficiente desde el minuto uno y nunca ha tenido ni una sola deuda. Ni la tendrá, desde luego. A no ser que decidamos cotizar en bolsa, algo bastante improbable, la verdad, porque hay que estar muy demente para invertir tu dinero en una editorial. Por eso seguimos aquí.

El día en que solo nos interesen el dinero y las ventas, sabremos que ese será el momento idóneo para echar el cierre

Hábleme de sus libros.

De momento, hemos editado y publicado tres libros desde que empezamos a rodar, más o menos uno cada dos meses, aunque ahora esperamos coger un poco de carrerilla antes de que llegue agosto. Nuestro primer título fue Olmos Grises , una antología poética que sirvió un poco de manifiesto literario, donde participan los autores Diego Godián, Jesús Pacheco Pérez, Leyre Ortiz y Violeta Hache , además del que aquí firma, pues me dejaron participar. El segundo libro que editamos fue Thalassopobia, de Félix PérGar, un poemario del que particularmente estoy muy orgulloso por todo el trabajo que hicimos. Y el tercer libro que hemos publicado es Incluso las musas intentan sabotearme , de la ilicitana Inés Nauhardt Rojo , del que también estoy tremendamente orgulloso por el trabajazo que estamos haciendo con él. Por cierto, este libro se publicó hace escasamente una semana en nuestra web, y la presentación se hará el próximo miércoles 12 de junio en la biblioteca Pedro Ibarra de Elche, donde estaré con Inés y con el autor del prólogo presentando el proyecto. A pesar de que los tres libros que hemos publicado son de poesía, no queremos cerrarnos en ese género, por lo que el siguiente título que saldrá a la venta (aún no puedo desvelar el nombre) será una novela.

¿Dónde se ha marcado usted el techo?

De momento, hemos decidido no ponerle ningún límite a la editorial. Sin embargo, sé de sobra cuál es: el día en que solo nos interesen el dinero y las ventas, sabremos que ese será el momento idóneo para echar el cierre. Ahora mismo, nuestro objetivo está cumplido. Para ser una editorial muy pequeña, tenemos una distribución excelente, contando con una cartera de 300 librerías en España y 60 en Latinoamérica . Tenemos una estructura literaria tremenda, con autores excelentes que están realmente comprometidos con nosotros, además de tener un genial sistema de notas de prensa y de comunicación. Yo estoy más que conforme, aunque, por supuesto, siempre se pueden alcanzar metas aún más altas. Pero con cuidado. Quiero que este siga siendo un proyecto puramente literario. Una editorial debe de apostar por las letras, no dejarse llevar por los números, los porcentajes y las hojas de cálculo. En el momento en el que eso pase y yo no pueda revertirlo, sé que será el momento de cerrar Ediciones de Humo. O cualquier cosa. Pero yo me apartaré, eso lo tengo claro. No pienso dejar que el dinero y el mercantilismo mancillen un sueño.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación