El escritor infiltrado
Jesús A. Losana termina su tercera novela ambientada en una unidad especializada de la Guardia Civil de Toledo, la UOPJ
Este comerciante del textil asegura que nunca pensó en publicar un libro: «Siempre me gustó contar cuentos con moraleja a mis hijos»
Jesús A. Losana fabulaba historias con enseñanza para sus hijos cada vez que se enredaban en travesuras infantiles. «Cuando iban a la cama, les contaba un cuento y siempre me gustó reforzar su educación con otros de moraleja si hacían algo mal -desvela pausado-. Entonces me inventaba uno para que conocieran las consecuencias y explicarles por qué no había que repetirlo».
Se hizo adicto a los cuentos, pero los niños se hicieron mayores. Sin embargo, su imaginación no envejeció y, con los años, ideó su primera novela, ‘Compromiso adquirido’ (Editorial Amarante). « Nunca quise publicar un libro -asegura-. La escribí en cuadernos, tardé cinco años. Mis hermanos, el historiador Benjamín de Castro y la poetisa Almudena María me animaron luego a buscar una editorial que la publicase».
Ahora, a sus 55 años, acaba de terminar su tercera novela negra , ‘Conforme a lo establecido’ (Editorial Adarve), cuyo manuscrito está en la fase de corrección y de lectores cero. Cierra así una trilogía ambientada en un grupo especializado de la Guardia Civil de Toledo. También da carpetazo al pasado enigmático del teniente Román Medina, un personaje de ficción que trabaja en la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) . «El manuscrito del tercero no lo he terminado todavía. Los dos primeros libros tienen acción, con momentos de película en el segundo. En el primero me chirrió el excesivo militarismo que desprendía», opina a vuelapluma M., el agente que introdujo al novelista toledano en la unidad y uno de sus asesores.
Pero Jesús no es un escritor profesional. Comerciante del textil en su pueblo, La Puebla de Montalbán, lo conocen por Kuky , el apodo de su familia y también el nombre de su negocio. «Es una mercería -dice-, pero me dedico a la venta de lencería, vestidos y trajes de niños. La tienda tiene los mismos años que yo, 55». Cogió sus riendas muy joven, a los 21. Estudiaba informática, pero lo tuvo que dejar irremediablemente. Su madre, Luisa, murió, precisamente, a los 55 años. Su padre, Antonio, había fallecido estando Luisa embarazada de Jesús, un tipo con una máxima que repite a menudo: «Las escaleras hay que subirlas con el primer escalón».
«No sabía que había un bar»
Para su primera novela, que va por la cuarta edición, contó con el asesoramiento de Ángel, un guardia civil de Policía Judicial que no trabajaba en la UOPJ de Toledo. «Alguna vez me había asomado desde la calle a la comandancia, pero nunca me atreví a dar el paso para entrar» , recuerda de aquellos comienzos. «No sabía que había un bar dentro del cuartel, aunque sí conocía bien los protocolos que seguimos», pone a modo de ejemplo el agente M., que quiere guardar su anonimato.
El segundo libro, ‘El rastro de la Traición’ (Editorial Adarve), se publicó hace un año, en plena pandemia. «¡Es mi niño!» , admite. Para su gestación, Jesús contó con la complicidad de un guardia civil de su pueblo, Manolo, y de su superior, del que no recuerda su nombre. «Este teniente me abrió las puertas de la unidad», remarca agradecido.
Cuando Jesús llegó a la UOPJ, algunos de sus miembros ya habían escudriñado ‘Compromiso adquirido’, el germen de la trilogía , gracias a una casualidad: la suegra de un compañero del cuartel contó a su yerno que estaba leyendo un libro sobre la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Toledo.
Asesores incondicionales
Además de los agentes de este grupo, el novelista de La Puebla de Montalbán dispone también de un grupo de asesores incondicinales: un farmacéutico, su hijo Isaac -«para los venenos», apunta el padre-; dos informáticos, sus sobrinos Toni y Cristina Escudero, y una abogada, Pilar Revilla. Es, salvando las distancias, como el equipo que ayudan al teniente Román Medina y a su compañera Elisa a resolver los casos de la trilogía, ambientada en la ciudad de Toledo y sus alrededores.
«Son historias independientes en cada libro -explica-. El primero, un intercambio de asesinatos; el segundo, un atraco, y el tercero, sobre grupos de presión. Pero todos están unidos por el pasado del teniente Román, que abraza a varios personajes que aparecen en las tres novelas. En la última, se resuelven los enigmas que el lector pudo encontrar en los dos anteriores».
En la novela que cierra la trilogia, grupos de presión asesinan a un integrante del caso Lobby. Y sale a relucir un increíble caso de dos orificios y una bala en un cadáver que investigó la UOPJ de Toledo. «Es un caso extraordinario. Aunque lo repitas un millón de veces, no pasará», asegura M., el guardia que introdujo a Jesús en la unidad.
Para saber más, ‘Conforme a lo establecido’ saldrá a la venta en octubre.
Noticias relacionadas