Se enfrenta a 40 años de cárcel acusado de asesinar a su cuñada con una gran invalidez e intentar matar a otra mujer en 16 horas
Un jurado popular juzgará al procesado a partir del lunes por unos hechos ocurridos en Yeles en agosto de 2019
La Fiscalía de Toledo contempla la atenuante de cometer los delitos en un estado parcial de intoxicación por el consumo de bebidas alcohólicas y drogas
Un jurado popular deberá determinar la próxima semana en la Audiencia de Toledo si un hombre de 46 años es responsable del asesinato con alevosía de su cuñada, que tenía una gran invalidez, y de intentar matar a otra mujer en agosto de 2019 en Yeles, con un intervalo de unas 16 horas entre los dos sucesos.
El procesado, con antecedentes penales cancelados, se enfrenta a los 40 años de prisión que pide la Fiscalía de Toledo, que lo acusa también de un delito de robo con violencia por sustraer dinero a su familiar de segundo grado después de acabar con su vida a golpes. Además, solicita una indemnización de 150.000 euros para los familiares de su cuñada y 11.300 euros para la otra mujer.
No obstante, el Ministerio Público admite que el encartado consumió previamente alcohol y cocaína, lo que afectó su capacidad para controlar sus actos (volitiva), aunque mantuvo «intacta» su facultad de comprender tanto la entidad del acto que ejecutaba como sus posibles consecuencias (capacidad intelectiva). Por estos motivos, el fiscal del caso contempla la atenuante de cometer los delitos en un estado parcial de intoxicación por el consumo de bebidas alcohólicas y drogas.
Le daba de comer
La historia se remonta a las dos de la tarde del 1 de agosto de 2019 , según el relato del Ministerio Público. El reo, que llevaba dos días tomando alcohol y cocaína, acudió a la cita que había concertado con una prostituta de 39 años a la que intentó matar más tarde. El encuentro se produjo en un domicilio de la calle del capitán Pedro Orduña en la urbanización Los Cisneros de Yeles, un pequeño pueblo de unos 6000 habitantes en la comarca de La Sagra. Tres horas más tarde, el hombre salió a la calle a por más dinero para seguir consumiendo cocaína y pagar los servicios sexuales de la mujer con la que estaba.
En una furgoneta de su suegro, una Renault Express, el procesado llegó a la vivienda de su cuñada, en el mismo municipio de Yeles, porque él sabía que había cobrado la pensión por su incapacidad. Desde el 18 de diciembre de 2007, a ella le habían reconocido un grado definitivo de minusvalía, física y sensorial, del 82 por ciento . Tenía una discapacidad múltiple: un cáncer de pulmón, la pérdida de agudeza visual e hipoacusia media (sordera).
El encartado, de complexión menuda, conocía con certeza que su cuñada tenía el dinero de la pensión porque él era quien habitualmente iba a su casa para darle de comer , según la Fiscalía. Una vez en el domicilio, sobre las cinco de la tarde, el individuo cogió una llave de hierro para cambiar las ruedas de camiones. Con la herramienta, de unos 60 centímetros de longitud, le asestó varios golpes porque ella se negó a darle el dinero. La mujer, que estaba sentada en una banqueta en mitad del salón, no pudo defenderse debido a su limitada movilidad y capacidad física. Para el Ministerio Público, la negativa de la víctima «enfureció al acusado», quien usó también una banqueta para matar a su cuñada. Falleció por un traumatismo cranoencefálico severo. Tenía 58 años.
Se levantó de la cama y caminó a la cocina a por un cuchillo de unos 25 centímetros de longitud. Se acostó y asestó a la mujer una puñalada en la espalda e intentó clavarle el arma en el pecho
Después de acabar con su vida, el acusado cogió los billetes que su cuñada tenía guardados en una cartera y se marchó hacia la casa de la otra mujer. Allí continuó consumiendo cocaína y whisky con ella hasta las cinco de la madrugada. A esa hora, el hombre necesitó más droga y pidió a la mujer dinero para ir a comprarla . Ella se negó, pero la reacción de él no fue violenta. «Se dispusieron a dormir», según la narración de la Fiscalía.
Sin embargo, el acusado se levantó más tarde, cuando la mujer dormía, y caminó a la cocina a por un cuchillo de unos 25 centímetros de longitud. Con el arma, se volvió a acostar junto a ella, que dormía boca abajo, y aprovechó para asestarle una puñalada en la espalda. Ella se giró para defenderse con las manos y con las piernas, pero recibió otros golpes con el cuchillo en el brazo izquierdo. El agresor intentó clavarle el arma en el pecho , sin conseguirlo porque la mujer salió de la cama, corriendo hacia el pasillo y pidiendo auxilio a su compañero de piso. Al ver a éste, el reo huyó semidesnudo de la vivienda y en la casa dejó sus pertenencias.
Eran las nueve de la mañana. Agentes de la Guardia Civil se entrevistaron con la mujer a la que había intentado matar y localizaron poco después al presunto agresor en una calle próxima. En la furgoneta tenía la herramienta de grandes dimensiones con restos biológicos de su cuñada , a la que había asesinado presuntamente el día antes. Su cadáver fue descubierto por la Guardia Civil cinco horas más tarde de la detención del reo que se sentará en el banquillo de los acusados a partir del lunes que viene.
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