Diego Ventura arrolla en Illescas en el doloroso festejo de Sergio Galán
Galán perdió a su caballo ‘Ojeda’ por un infarto, mientras que Embroque resultó gravemente corneado
A porta gayola recibió Ventura a su oponente. De ahí al climax cuando rodó ‘Imprudentito’, un recital de toreo a caballo a lomos de Fabuloso y Nazarí. Locura en los tendidos en las batidas, en los quiebros y en las cercanías. ¡Qué bárbaro Ventura!. Acabó exhausto y sentado en el estribo soltó todo lo que llevaba, respiró. Saberse fuera de Madrid y mostrarse así a las puertas fue otro golpe encima de la mesa. Portazo, dos orejas y rabo, y se acabó.
Bonito fue el gesto de Ventura de brindar el quinto a su compañero. Un caballo perdido y otro que estaba siendo operado. Tras ello no hubo tregua y volvió a dar un zarpazo sobre Guadalquivir de salida. Lío en banderillas a base de quiebros muy ajustados y en espacios inverosímiles. Locura en Illescas. Remató por todo lo alto con el rejón de muerte y paseó el segundo rabo de la tarde .
Sin duda no estar en Sevilla y que Madrid tampoco lo contemple se aproxima a delito contra la máxima figura del toreo a caballo. No estuvo seguro de salida Sergio Galán con un animal que era tardo y al que endosó dos rejones de castigo. Arrolló el toro al caballo Alcotan antes de que en banderillas. Cuatro largas y tres cortas ante un animal que acusó el excesivo castigo . La elegante monta de Galán quedó sin eco ante un animal que quedó parado. Hubo de matar a toro parado y lo pasaportó de un rejón efectivo pero con vómito de sangre. Dos orejas excesivas.
Emotiva fue la labor al cuarto tras el fallecimiento del caballo Ojeda a la muerte del primero. Se rehizo Galán y el público estuvo con él. A lomos de Embroque sufrió un aparatosa caída en la que el equino fue corneado de gravedad , lo que oscureció aún más el festejo. La tarde se tornó en tristeza. La oreja fue lo de menos.
Lea Vicens hizo gala de de una gran monta y de su fondo de cuadra. La amazona francesa dejó elegantes pasajes antes de que el fallo en la suerte suprema y el descabello dejase todo en ovación . En el que cerró el festejo dejó momentos muy jaleados por el respetable haciendo gala del buen fondo de cuadra que posee. Voluntad y deseo de agradar que le valió una oreja.
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