Detenidos dos menores, de 13 y 11 años, por la muerte de un anciano en el incendio de su casa

Laurentino Alonso, de 83 años y con síndrome de Diógenes, pereció en Portillo el 26 de julio

Al fondo, la casa con tres ventanas donde Laurentino vivía solo Google Maps

MANUEL MORENO

La Guardia Civil ha esclarecido la muerte de un anciano de 83 años en el incendio de su casa de Portillo , ocurrido en la madrugada del 26 de julio, mientras el pueblo se divertía, ajeno al dramático suceso, en la plaza del Ayuntamiento tras la elección de las reinas de las fiestas.

Dos menores del municipio, de 13 y 11 años , y por tanto inimputables penalmente, han sido detenidos como responsables del fallecimiento de Laurentino Alonso, un antiguo trabajador de una fábrica de vigas que padecía el síndrome de Diógenes desde hacía más de 15 años.

Los hechos se desencadenaron en torno a las 5.30 de la noche en la céntrica plaza Olivarejo, a unos 400 metros de la plaza del Ayuntamiento, donde hacía una hora que había terminado la elección de las reinas de las fiestas. Mientras el pueblo bailaba al ritmo que marcaba una orquesta en la verbena, un fuego devoraba la casa de una planta donde residía Laurentino Alonso, conocido como Lauren. Debido a su síndrome de Diógenes, trastorno del comportamiento que afecta generalmente a personas de avanzada edad que viven solas, Laurentino tenía su casa repleta de enseres. Esta acumulación de grandes cantidades de basura y desperdicios ayudó a que las llamas se propagasen.

Rejas en puerta y ventanas

Tres volutarios de la Agrupación de Protección Civil de Portillo, avisados por una adolescente de 16 años, fueron los primeros en llegar a la vivienda. El jefe, Aitor Pérez Giromé , y dos compañeros estaban en esos momentos en la plaza del Ayuntamiento y se desplazaron rápidamente a la de Olivarejo en un vehículo oficial. El ruido y las luces de sus sirenas alertó al pueblo. La orquesta dejó de tocar.

«El fuego estaba muy avanzado y un vecino estaba echando agua cuando llegamos», recordaba ayer Aitor Pérez. Guardia Civil y bomberos de Santa Olalla se sumaron a las labores para el rescate de Laurentino y la extinción de las llamas.

El incendio se había originado en la puerta de entrada, enrejada al igual que las tres ventanas de la fachada. Ante la imposibilidad de doblar los barrotes a golpes, el personal que intentaba salvar la vida de Laurentino decidió arrancar la puerta principal con un cable y un vehículo.

Para entonces Víctor , un vecino, había corrido a la parte trasera de la casa, cuya fachada da a la carretera CM-4011, para entrar en la vivienda saltando un muro de unos tres metros de altura. Víctor y un guardia civil lograron colarse en el patio, pero no pudieron llegar a tiempo para rescatar con vida a Lauren, quien murió por la inhalación de humo.

La Guardia Civil barajó siempre que el fuego había sido intencionado . El rastro en la puerta principal de entrada no dejaba dudas. Además, algún testigo señaló a los posibles responsables, dos menores, de 13 y 11 años. En el pueblo cuentan que los autores, conocidos por algunas malas acciones a pesar de su corta edad, podrían haber reaccionado así como venganza por algunos improperios que Lauren les hubiera dicho esa tarde, aunque nunca habrían imaginado un final luctuoso.

Palabras malsonantes

En Portillo la gente sabía que el anciano padecía el trastorno de Diógenes. Por eso se había intentado desde los servicios sociales que dejase su casa para ir a una residencia, pero siempre se negó. «Era mayor de edad y no se podía hacer nada», indicó el alcalde, José Ángel Fernández.

Aunque no había protagonizado incidentes muy graves, según algunos vecinos, Lauren empleaba con frecuencia palabras malsonantes para dirigirse a ciudadanos magrebíes, condición que los menores no tienen.

Los dos son inimputables por su edad, pero el decano del Colegio de Abogados de Toledo, José Sánchez Recuero , aclara que los menores de 14 años sí pueden ser detenidos y acusados como responsables de delitos. Sin embargo, «por su condición de menores, están sujetos a una legislación penal especial», recuerda. «No se les podrá aplicar penas privativas de libertad en cárceles, pero sí un régimen corrector, previsto en la legislación penal del menor, dentro de un centro especializado de menores. Allí estarán sujetos a unas medidas de rehabilitación y resinserción», explica.

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