Cuevas del Castillejo, un motor de desarrollo local
El Museo del Vino de Méntrida abre sus puertas este fin de semana a las visitas guiadas, un recorrido divulgativo por un espacio de la arquitectura de la zona de Torrijos que mostrarán los arqueólogos e historiadores del grupo Cota 667
El nuevo Museo del Vino de Méntrida , inaugurado el pasado 4 de septiembre, abre sus puertas a las visitas guiadas este fin de semana y se mantendrán así en los próximos meses (sábados por la tarde y domingo por la mañana), además de un día entre semana aún por determinar. Son 11 las cuevas horadadas directamente en la tierra del cerro del Castillejo , aunque son las dos donadas por la familia Bareño al Ayuntamiento de Méntrida las que ahora pueden recorrer, en grupos de 15 personas, los ciudadanos interesados en la historia de la localidad y su relación con las labores del vino.
En 2017, el Ayuntamiento de Méntrida se puso en contacto con Cota 667 , un grupo formado por arqueólogos, historiadores, investigadores y técnicos de diferentes ámbitos dedicado al estudio arqueológico, patrimonial y turístico de diversos campos, que ya había excavado algunas cuevas-bodega en Camarena.
La primera referencia documental que se tiene de estas cuevas está en un protocolo notarial de 1602. Así comenzó el proyecto con una primera fase de investigación histórico arqueológica . Después se procedió a su documentación, limpieza y excavación y posteriormente a la restauración y adecuación de dos cuevas bodegas en galería de 75 y 50 metros comunicadas entre sí. Además del grupo Cota 667, en la rehabilitación de las cuevas participaron alumnos en prácticas de la Facultad de Humanidades de Toledo y personal del ayuntamiento y del Plan de Empleo (Alma, Andrés, Nieves, Toñete, José y Flores).
Ahora en una última fase de musealización, el grupo Cota 667 gestionará y mostrará en un recorrido todos los decubrimientos, de cuya obra realizó el seguimiento arqueológico el equipo formado por Ángela Crespo, Sergio Isabel, Miguel Á. Díaz y María Quejigo, aunque el diseño es del arquitecto Eugenio Díaz Alonso.
En las cuevas pueden verse prensas de vino convertidas en mostradores, tinajas, piezas donadas por los vecinos , una gradilla, un expositor realizado con cuerdas y madera que sostiene una damajuana con tapones de corcho firmados por los visitantes o una bomba de trasiego donada por la famila Maganto. «En conctreto, todo lo que tiene que ver con el ciclo de la vid, pero no hemos querido meter muchos elementos para no quitar protagonismo a la cueva», afirma la arqueóloga Ángela Crespo.
Méntrida tiene una amplia tradición vinícola y las cuevas, que existen desde al menos el siglo XVI y hasta el siglo XX, estuvieron siempre dedicadas a las labores del vino. «Queremos que el museo sea didáctico y muestre la arquitectura tradicional en la tierra de Torrijos, una comarca natural que se extiende entre los ríos Alberche y Gudarrama, al norte del Tajo», añade Crespo.
Es una zona llana donde predominan las arcillas, arenas, margas y yesos. En ella destacan las actividades agrícolas, especialemente la vitivinicultura. Estas labores unidas a las peculiaridades de sus suelos y el clima, condujeron a la necesidad de realizar estancias y conductos subterráneos con funciones de bodegas, despensas o fresqueras. Así comenzó la construcción de estos elementos mediante excavaciones en el terreno y refuerzos de ladrillo como los que pueden verse ahora en estas dos cuevas municipales, una muestra de la arquitectura tradicional de Castilla-La Mancha, un patrimonio cultural que debe protegerse.
«En una de las cuevas, la más corta, pararon de excavar en el terreno (aún se ven las huellas de picadas en las paredes) por un manantial, e idearon un sistema de drenaje a través de canales que llegaban al arroyo de la calle. Esta había subido un metro por diferentes obras, pero hemos vuelto a abrir el canal, la cueva respira bien y el sistema de drenaje puede conservarse», explica Ángela Crespo.
Otro de los elementos arquitectónicos son las respiraderos y estas cuevas los tienen de dos tipos: el piramidal de granito y madama con forma cónica de ladrillo y mortero de cal, situados en el cerro.
«En Cota 667 nos interesa lo que tiene que ver con el crecimiento de zonas rurales. Desarrollar proyectos que aporten patrimonio cultural como motor de progreso local, desde la excavación a los trabajos de documentación y divulgación pasando por la musealización de los lugares. Y esto es posible porque dentro del colectivo hay arqueólogos, gestores de patrimonio cultural y guías oficiales de turismo, entre otros», concluye Crespo.
El Museo del Vino de Méntrida, además de recuperar el patrimonio histórico y cultural del municipio, es el primero de la provincia y servirá para revalorizar el vino de la Denominación de Origen (DO) Méntrida, que se está abriendo camino en el mercado y ha conseguido una gran calidad.
El proyecto llevado a cabo por el Ayuntamiento de Méntrida ha contado con el apoyo de la Diputación de Toledo, que ha financiado las obras con más de 100.000 euros.
El Museo del Vino tiene mucha proyección de futuro, tal y como dijo el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, cuando lo visitó. «Habéis sabido encontrar una forma muy adecuada de recuperar este tesoro patrimonial que representan las centenarias cuevas bodegas que se conservan en el pueblo y que esta conversión de dos de ellas en espacio museístico ofrece múltiples posibilidades turísticas, culturales y gastronómicas».
Es la idea que siempre tuvo en mente el alcalde de Méntrida, Alfonso Arriero desde que llegó al Gobierno local en 2015, ampliar y recuperar el patrimonio histórico de la localidad. Además del Museo del Vino, lo que pretenden desde el ayuntamiento es mostrar otros lugares del municipio como la dehesa Berciana, la iglesia o la ermita, para que el visitante acuda a esta población y tenga una jornada completa de turismo y gastronomía.
Para el regidor de Méntrida ha sido un gran acierto el uso que se va a dar a las cuevas y cree que con su apertura y las visitas guiadas que ahora comienzan, Méntrida será «un motor de progreso y económico». La población cuenta con casi 6.000 habitantes censados y su situación geográfica es una ventaja pues se encuentra a menos de 50 kilómetros de la capital de España y la visitan también muchas personas de la zona sur de la Comunidad de Madrid.
«Queremos no solo dar a conocer Méntrida, sino toda comarca, que estas acciones despierten un interés turístico y el desarrollo económico sea para toda la zona», afirma Arriero, quien hace hincapié en las muchas bodegas con las que cuenta la zona y el diseño de la Ruta del Vino que ha realizado el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Méntrida, que está dando un buen resultado. «Contamos con que quienes nos visiten disfruten de nuestra gastronomía , del patrimonio y de catas en nuestras bodegas», asegura.
Enoturismo
Y es que la apuesta del alcalde de Méntrida y de su equipo de Gobierno por uno de los motores de desarrollo más importantes en la provincia de Toledo, el turismo, es destacable y el avance del enoturismo, como fuente de desarrollo y riqueza, refuerza el prestigio del nombre de los vinos de la Denominación de Origen Méntrida.
La Ruta del Vino es una propuesta de viaje con el vino de la D.O. Méntrida como protagonista. Se visitan bodegas, viñedos y cooperativas, pero también los recursos patrimoniales y naturales del territorio. Once municipios de la provincia de Toledo participan en este recorrido: Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela.
Para visitar las cuevas del Castillejo puede reservarse plaza en www.museocuevasdelcastillejo.com o en el número de teléfono 644743692 (también WhatsApp).
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