Cristóbal Reyes perdió la puerta grande en Villaseca

El diestro utilizó mal la espada en la primera novillada del certamen Alfarero de Oro

Cristóbal Reyes cita a su segundo novillo al inicio de la faena Manuel Moreno

Salvador Ruiz

Cristóbal Reyes pudo haber salido a hombros por la puerta grande de la plaza de toros de Villaseca de la Sagra pero se quedó solo en un deseo, en la primera de las novilladas del ciclo Alfarero de Oro, ya que no estuvo certero con la espada ante dos buenos novillos de Dolores Aguirre, que mandó una novillada excelentemente presentada.

El primero de la tarde, que correspondió a Fernando Flores , se quedó en el capote. Recibió dos varas sin mucha codicia por parte del novillo. El burel buscó la querencia y se quedó en mitad de la embestida, aunque Flores intentó torear por derechazos. Por la izquierda, el animal acusó más la falta de bravura y el de Badajoz entró a matar sin ganas, por lo que necesitó cuatro viajes antes de lograr una buena estocada. Debió sonar un aviso, porque mató a los once minutos y algún segundo desde el inicio de la faena, pero el presidente no sacó el pañuelo. El público silenció su actuación.

Con un sartenazo, después de tres pinchazos, Fernando Flores terminó su vulgar labor multerial ante su segundo. El novillo recibió una mala lidia en varas y en banderillas, por lo que el animal llegó un tanto indeciso al último tercio. Flores no pudo con él.

Caracorta, un auténtico «tío»

El francés Máxime Solera intentó torear de verónica, pero no se lució en su primero. Hay que destacar un gran par de banderillas de Roberto Ortega . Con la franela, Solera inició su faena con unos pintureros doblones, lo que prometía una buena actuación ante un novillo codicioso, al que había que darle los terrenos que pedía pero que el francés no concedió. Después de pases vulgares con ambas manos, culminó su labor con un pinchazo y una entera bastante caída (lo que en términos taurinos se llama hacerle la guardia). Silencio.

El quinto de la tarde, segundo de Solera, fue un auténtico «tío», que entró cinco veces al caballo, pero saliendo huido. Tras un mal tercio de banderillas, el torero francés le echó valor al torear con la derecha pese a los continuos tornillazos de su enemigo, de nombre Caracorta. Al lidiar con la izquierda, el novillo mejoró un pelín y el francés firmó algún muletazo suelto. Mató de un pinchazo y de una estocada un tanto caída, ejecuada con el brazo izquierdo. Su labor, de nuevo, silenciada.

Ante Carafea III, un buen oponente, Cristóbal Reyes se lució por verónicas, que remató con una media. Después de dos excelentes pares de rehiletes de Raúl Mate o , que se desmonteró a petición del respetable, el novillero de Jerez de la Frontera arrancó su labor muleril con unos buenos doblones, llevando muy bien la embestida del bravo animal. Varias series de derechazos, entre los que destacaron dos con la mano derecha muy baja. Con la izquierda, cero. Nada de nada. El diestro, que venía de recuperarse de una fuerte cornada hace un mes, no acusó ese grave percance. Una media estocada caída, que dio paso a una pobre petición de oreja, solicitud que el presidente, con buen criterio, no concedió.

El novillo de la jota, el último, recibió dos largas varas pero sin emplearse. No hubo nada destacado en banderillas. Reyes realizó una buena faena, con series de derechazos con las que llevó toreado al novillo. También destacó una serie de buenos naturales. Perdió lo que podía haber sido una oreja, ya que mató de cinco pinchazos y una media estocada. Fue aplaudido en una tarde de silencios.

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