El colegio Teresiano de Mora celebra este jueves el centenario de su fundación
Comenzó su andadura en 1920, con 348 alumnos, nueve profesoras y tres auxiliares
Este jueves se cumplen 100 años desde la fundación del colegio Teresiano María Inmaculada en Mora , y es que después de algunos sueños, un proyecto, un deseo y muchas dificultades, el 8 de octubre de 1920, se abrió este importante centro.
Desde esa fecha y hasta nuestros días, el colegio se ha mantenido vivo, formando y ayudando a crecer a miles de alumnos. Fue en 1915, cuando el entonces párroco de Mora, Ángel Ríos Rabanera, puso en marcha este proyecto, «un colegio católico de niñas y señoritas» , cuya idea fue acogida con entusiasmo por Maria Martín Maestro, vecina de Mora, que costeó tal empresa y puso a su disposición el solar donde se construiría el colegio para niñas con el objetivo de formar cristianamente a la niñez y juventud de Mora de Toledo.
En un principio, se encargó a las religiosas de la Inmaculada Concepción (Las Damas Negras) que se hicieran cargo de la educación, pero una serie de oscuros sucesos en el pueblo provocó que nadie se responsabilizase de seguir con el proyecto, incluida la orden eligiosa. Y así, en 1917, el colegio ya construido, seguía cerrado a cal y canto. Había que buscar otra congregación religiosa que se hiciera cargo y para ello un grupo de morachos fue a Madrid en tren, donde viajaban dos hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús fundada por Enrique de Ossó en 1876. Contactaron por carta carta con Teresa Blanch, superiora general de la compañía, para ofrecerles el colegio. La compañía asumió el proyecto. Y el día 8 de octubre llegó la Compañía a Mora y fue recibida con alegría y entusiasmo.
Eran 12 religiosas. La madre superiora se llamaba Carolina Bernardos, y en Mora las esperaban otras dos hermanas que habían preparado la llegada. El colegio comenzó su andadura con 348 alumnos, nueve profesoras y tres auxiliares. Se daban clases mientras continuaba su construcción.
Inauguración
Los actos de inauguración oficiales fueron los días 16 y 17 de abril de 1921 y se hizo una procesión desde la parroquia hasta el colegio. Según fuentes de la época, no faltó de nada: autoridades civiles y eclesiásticas, cortejo, banda de música y mucha gente en las calles.
En agradecimiento a Maria Martín Maestro se puso su nombre a la calle Honda, pero a ella no le gustó la idea en un primer momento, y finalmente lleva el nombre de la benefactora la calle donde está situado el colegio, a partir de agosto de 1921. El colegio siempre ha cuidado de los más necesitados y se creó una clase para niños pobres en agosto de 1921.
La situación durante el mes de julio de 1936 se complica para España, Mora y el colegio. La Guerra Civil estalla el 18 de julio y el 25 de julio las hermanas de la Compañía abandonan Mora dejando todo lo que era suyo en el colegio, sin saber si volverán o no. A partir de esta fecha, el colegio pasa a ser un edificio de oficinas y cárcel republicana. La Guerra Civil continúa y el colegio se convierte en instituto y en museo municipal.
En noviembre de 1937 la República quiere convertir el colegio en un hospital de 500 camas, el Ayuntamiento se niega en un primer momento, pero al final cede a las presiones del gobierno y se convierte en hospital.
A finales de marzo de 1936 el colegio se convierte en escuela pública, la situación sigue siendo complicada para las Teresianas que no pueden volver todavía. En julio de 1941, la Compañía de Santa Teresa de Jesús vuelve a Mora, se refunda el colegio y en octubre comienza el curso. A partir de este momento se ofrece educación a todas las niñas en edad escolar y a los niños hasta los ocho años
En 1960, se abrió el instituto en Mora y el número de alumnas bajó considerablemente, el colegio estuvo a punto de cerrar, pero antiguos alumnos y gente muy vinculada al centro hizo todo lo posible para que esto no ocurriera y así fue. A mediados de la década se comienzan a preparar en el centro futuras maestras y se abre un internado para alumnas de fuera de Mora.
Desde 1964 a 1973, en el colegio se establece una escuela de carácter social en la que se enseña a hacer alfombras. A partir de 1980, el colegio se reestructura con la nueva ley de Educación y solo se imparte Infantil y EGB. En las últimas décadas el colegio se ha adaptado a las sucesivas reformas educativas y continúa con la labor educativa sin perder de vista su identidad teresiana al estilo de Enrique de Ossó.Desde el año 2011 el centro forma parte de la Fundación Escuela Teresiana.
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