Circo Inimitable: más de dos meses confinados y de ensayos en Yuncos
El estado de alarma les cogió por sorpresa en la localidad toledana, donde han recibido ayuda del Ayuntamiento y del párroco
El estado de alarma les cogió por sorpresa. Una veintena de artistas circenses ha tenido que adaptarse de manera inmediata a las circunstancias y permanecer durante el período de confinamiento en la localidad toledana de Yuncos , donde no han dejado de ensayar todos los días con la esperanza puesta en poder volver a la carpa ante el público en junio.
El Circo Inimitable, de origen italiano pero que congrega a artistas de varias nacionalidades, llegó a Yuncos a principios de marzo. Hizo las tres últimas funciones —los días 6, 7 y 8—, un espectáculo dirigido sobre todo al público infantil con el que pretendían recorrer la Península para pasar el verano en el norte, en Galicia.
Lo relata Eda Kelly Zavatta , hija de los directores del Circo Inimitable y artista de uno de los números de este espectáculo, cuyos integrantes se han visto «atrapados» en un municipio del que no han podido moverse durante los dos últimos meses y medio.
Sin embargo, su día a día no ha podido cambiar más allá del confinamiento al que todos los españoles han estado sometidos para combatir el coronavirus. Por ello, a diario -por la mañana o por la tarde- los artistas se han afanado en ensayar sus números para mantener intactas sus habilidades y poder ofrecer su talento sin fisuras en su vuelta al escenario. «Si no ensayamos, es imposible volver a empezar», resalta Kelly Zavatta.
Una vez decretado el estado de alarma, la compañía decidió desmontar la carpa grande en el que se ofrecía su espectáculo y levantar otra de una dimensión más pequeña para que cada uno de los artistas pueda mantener su ritmo de entrenamiento.
Este confinamiento les ha permitido incluso ensayar nuevas disciplinas y perfeccionar sus números para volver, si cabe, con más fuerza y algunas novedades en las actuaciones de «pole dance», las patinadoras o el rodeo.
Nunca les había ocurrido una situación similar que les hubiera obligado a permanecer en un lugar más tiempo del previsto, y mucho menos por una crisis sanitaria mundial. Pero han intentado afrontarlo «lo mejor posible aunque se hace complicado», dice Zavatta, porque son numerosas familias y hay seis niños entre ellos, aunque ningún contagiado por el virus.
Después de Yuncos, su próximo destino hubiera sido Valdemoro (Madrid), pero las funciones previstas tuvieron que ser suspendidas, éstas y otras muchas que suponen unas pérdidas incalculables.
En cualquier caso, ante las dificultades para desplazarse a Galicia en verano como tenían planificado, la provincia de Toledo y el sur de Madrid serán las próximas ubicaciones, y así hasta final de año, en las que esperan poder ofrecer su espectáculo.
Un horizonte al que miran con un cierto «temor» y con la vista puesta en el 12 de junio, día en el que esperan poder volver a la carpa, quizás al aire libre y con todas las medidas de higiene, seguridad y aforo que marquen las autoridades sanitarias.
Con temor pero también con cierta esperanza esperan la llegada de las siguientes fases en la desescalada porque «recuperar es complicado», subraya Zavatta, pero confían en que la gente no sea presa del miedo y quiera volver a disfrutar del espectáculo circense.
Durante su estancia en Yuncos, han encontrado apoyo por parte del Ayuntamiento y del párroco, que les han proporcionado ayuda y alimentos, un gesto por el que están muy agradecidos.
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