El día que el Rey acampó en los Montes de Toledo
Hace un siglo, alumnos de la Academia de Infantería que hacían maniobras en Los Yébenes se vieron sorprendidos por la presencia de Alfonso XIII
![Homenaje ante el monumento a Alfonso XIII rendido por alumnos de la Academia de Infantería](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2015/10/26/Imagen%20pasado--620x349.jpg)
Han transcurrido cien años desde que la Academia de Infantería se vio obligada a trasladarse a la dehesa de Ballesteros, situada a unos veinte kilómetros al sur de Los Yébenes , —en plenos Montes de Toledo—, para realizar los ejercicios prácticos que requerían sus estudios. Los terrenos de Los Alijares, campo de adiestramiento del centro militar, no reunían condiciones para la ejecución de ejercicios con fuego real, por lo que la Academia tuvo que aceptar el generoso ofrecimiento del oficial de Intendencia destinado en la Fábrica de Armas Blancas de Toledo , Antonio Reus y Gil de Albornoz, de la maravillosa finca que poseía en la zona de las Guadalerzas.
En el mes de mayo de 1915, los alumnos montaron su campamento en Ballesteros, tras realizar una marcha a pie de alrededor de ochenta kilómetros, permaneciendo en plena naturaleza durante diez días.
Al año siguiente volvió la Academia a repetir el viaje, esta vez en tren desde Toledo hasta Urda y el resto del camino a pie. En esta ocasión tuvieron los alumnos entre ellos a un visitante ilustre: el Rey Alfonso XIII, quien presenció un ejercicio de conjunto con fuego real, compartió la comida con los profesores y pasó la noche en una tienda de campaña para él adquirida en Alemania y que ya había utilizado años antes en Los Alijares.
Como recuerdo de dicha estancia, Antonio Reus levantó un sencillo monumento en el lugar en que estuvo instalada la tienda real, que sería inaugurado al año siguiente, al repetirse la acampada militar. El monumento, que todavía se conserva, aunque incompleto, estaba compuesto por un basamento de granito con una inscripción de plomo que imitaba los rasgos toscos de la escritura de un pastor, y que decía:
«Este sitio fue honrado por S.M. Don Alfonso XIII , que acampó aquí con la Academia de Infantería los días 7 y 8 de junio de 1916»
De la base arrancaba una columna del mismo material, que imitaba un tronco seco de roble sobre el cual se posaba un águila de bronce, que con una garra sostenía los escudos de España y de la Casa de Borbón y con la otra una rama de laurel, pendiendo de ambas el Toisón de Oro.
El Cristo de la Vega
La inscripción de la base estaba orlada con el emblema de la Academia y los escudos de la familia Reus, enlazados por una rama de roble. El autor había sido el notable escultor Tomás Jimena , autor, entre otras importantes obras, de la imagen del Corazón de Jesús que se eleva sobre el monumento situado en el patio de la ermita del Cristo de la Vega , en Toledo. La fundición del águila se había realizado en los talleres de la Fábrica de Armas de Toledo. Actualmente han desaparecido la leyenda de la base y los escudos que sostenía el águila.
En 1917 la Academia se trasladó una vez más a Ballesteros y en esta ocasión fue visitada por los generales Weyler y Primo de Rivera y por el cardenal Guisasola. Todavía se repetiría una año más la acampada en aquellos terrenos.
Cien años después
Transcurrido un siglo, alumnos de la Academia de Infantería han vuelto a recordar aquellos hechos. El pasado miércoles, 21 de octubre, marcharon a pie desde Chueca a Ballesteros y pasaron la noche en el mismo lugar en que lo hicieron sus antecesores.
Antes de regresar a Toledo tuvo lugar un sencillo y emotivo acto ante el monumento a Alfonso XIII , que fue presenciado por uno de los nietos del primitivo dueño de la dehesa. En el acto se dio lectura a unas palabras en las que se reflejaban la relación de Ballesteros con la Academia de Infantería y se agradecía de nuevo la cesión realizada por Antonio Reus.
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