CORPUS TOLEDO
Los héroes del mercurio
No se recuerda en muchas décadas un día de los que relucen más que el sol en el que además el calor se hubiera acercado a cifras de récord
38 personas atendidas por la Cruz Roja, 30 por lipotimias, 4 por síncopes y una por un golpe de calor

Lo de la procesión de este Corpus de 2017 ha sido un auténtico desafío a la integridad física y a la salud. No se recuerda en muchas décadas un día de los que relucen más que el sol en el que además el calor se hubiera acercado a cifras de récord. Esa sofocante temperatura de más de 40 grados al sol causó, como fue evidente, numerosas bajas, pero aún así siguieron siendo muchos miles los que antepusieron la fe y la tradición a una tortura asfixiante. Cada cual, y nos referimos sobre todo a los espartanos que estuvieron al sol, combatió la situación como pudo. Pero en ellos venció la ilusión de ver la procesión y su custodia que durante años han sido una cita ineludible.
Entre los que podemos llamar héroes del mercurio de este jueves de Corpus no solo están los fieles espectadores, sino de forma especial las personas que, bien en hermadades o cofradías, además de los cientos de soldados desplazados y también las autoridades y miembros del clero de Toledo, supieron hacer frente a un sol despiadado embutidos en sus ropas de abrigo. Lógicamente el ardiente calor provocó imágenes inéditas en otros Corpus, como numerosas sillas vacias al sol en Zocodover, o aceras sin gente a pleno sol antes de comenzar el desfile militar que cierra los actos y que tanta expectación levanta todos los años. No era para menos. Las 38 personas atendidas por la Cruz Roja, 30 por lipotimias, 4 por síncopes y una por un golpe de calor, lo justifican. Pero en todo caso, el Corpus deslumbró con su luz habitual.
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