Vila-Matas: «Las crisis le sirven a la literatura para renovar fuerzas, son necesarias»
El prolijo escritor barcelonés presenta este viernes en Toledo, dentro del festival CiBRA, su última novela, «Esta bruma insensata»
Toledo celebra estos días la XI edición del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA), donde se dará cita un virtuoso de ambas herramientas de comunicación, Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948). Este prolífico escritor, además de periodista, director y actor en otros tiempos, es autor de más de una treintena de obras, entre novelas, ensayos y otros libros de narrativa.
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En la capital toledana, en la Bilbioteca de Castilla-La Mancha, a las 18.00 horas, presentará este viernes su última novela, « Esta bruma insensata » (Seix Barral), en la que se reflexiona sobre la literatura en la boca de los hermanos Schneider, Simon y Rainer, que tienen un encuentro en Barcelona en los días que van del 27 al 29 de octubre de 2017, con la « declaración de independencia » de Cataluña como trasfondo.
Viene a Toledo al XI Festival del Cine y la Palabra (CiBRA). Usted es un buen conocedor de estos dos medios para comunicarse. ¿Cree que siguen teniendo poder para transformar la sociedad?
Por supuesto. Decir lo contrario significaría que he dejado de creer en el poder de las palabras. Y ese no es mi caso.
Después de leer «Esta bruma insensata», no sé si está más en crisis la literatura o la política.
Las crisis le sirven a la literatura para renovar fuerzas, son absolutamente necesarias. Decía mi amigo el físico Jorge Wagensberg: «Si no fuese por las crisis, aún seríamos bacterias…»
Por lo visto en su novela, no está muy de acuerdo con el «procés». De hecho, la historia transcurre en los días que van del 27 al 29 de octubre de 2017 en su ciudad, Barcelona, cuando se produjo la declaración unilateral de independencia, unos días que usted compara con una escena de «Apocalypse Now». ¿Cómo cree que acabará esta película que no sé si tiene más de documental o de ficción?
Cómo acabará es una de las cosas que narra «Esta bruma insensata», que es una novela que explica lo que pasará, porque está escrita precisamente muchos años después de octubre de 2017, es decir está escrita cuando todo ya pasó y no quedan ni las cenizas de los contenedores. Mi novela toma una evidente gran distancia con nuestra actualidad. Y de hecho, retoma la convicción de que la literatura trabaja bajo aquello que algunos llaman «el efecto de refracción»: la discrepancia de la realidad con respecto a sí misma. La literatura trabaja ese espacio como espacio crítico y, por tanto, como espacio político.
Como la cosa va de citas y literatura en su novela. ¿Qué cita literaria aplicaría a la insensatez del «procés»?
«Los lectores no son tan tontos como parece. Sólo son tontos en materia de Arte los del gobierno y todos los que ostentan alguna otra forma de Poder, porque el Poder es esencialmente estúpido» (Flaubert, en carta a su sobrina Caroline)
Los protagonistas de su novela son dos hermanos, Simon y Rainer, con opiniones diferentes sobre la literatura, una especie de Jekyll y Hyde, como usted los ha definido. ¿Con cuál de sus dos álter ego que representan estos personajes está más de acuerdo?
Uno y otro, Simon y Rainer Schneider, tienen bastante de mí, por mucho que sean personajes opuestos. Quizás por eso no son los tipos más interesantes del libro. En realidad el gran personaje es tía Victoria, la gran personalidad de la familia Schneider y siempre muy por encima de sus dos sobrinos, tan enfrascados éstos en la cuestión de si han de seguir o no seguir con la literatura.
Es inevitable no preguntarle por el escritor Thomas Pynchon, tan presente en la novela. ¿Qué tiene de especial este enigmático autor al que incluso los medios de comunicación sensacionalistas persiguen como si fuera una pieza de caza?
Se ha escondido tanto que todo el mundo lo ve. Cada día se parece más al escritor más visible del momento. Si un día le dan el Nobel, el jurado sueco hará el ridículo, ya que Pynchon –todo los indicios parecen coincidir en esto- es Bob Dylan, que precisamente ya tiene el premio.
Igual de enigmático que este autor estadounidense es el título de su novela: «Esta bruma insensata». ¿Qué esconde esa bruma insensata?
Oculta lo que hay debajo de lo enredado y laberintico de la situación política (tan empantanada en propaganda y falsedades) hasta el punto de producir el mismo efecto que la bruma sobre el río: impide ver lo que es real.
Y después de «Esta bruma insensata», ¿qué les espera a sus lectores?
Me propongo responder a la pregunta de si regresará Dios cuando su creación esté destruida. Un libro, no dudo que difícil.