Enrique Sánchez Lubián - ARTES&LETRAS

El tiempo hermoso de Pedro Pablo Novillo

El libro será presentado este lunes, día 18, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha en Toledo y el viernes 22 en la Casa del Hidalgo de Alcázar de San Juan

«El tiempo hermoso y otros escritos» es la primera obra literaria de Pedro Pablo Novillo Cicuéndez, cuya actividad docente y política es bien conocida en Castilla-La Mancha

ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN

Cuando Gabriel García Márquez publicó sus memorias, escribió en la primera de sus páginas: «la vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla». Durante años, Pedro Pablo Novillo Cicuéndez ha realizado ese ejercicio para completar «El tiempo hermoso y otros escritos», nuevo libro de Almud, Ediciones de Castilla-La Mancha, que el lunes, día 18, será presentado en la Biblioteca de Castilla-La Mancha en Toledo y el viernes 22 en la Casa del Hidalgo de Alcázar de San Juan. El autor define este conjunto de textos, su primera incursión literaria , como una gavilla de recuerdos, pensamientos y reflexiones que vienen del tiempo de la infancia y que a la infancia nos devuelven.

Decía Chesterton que lo maravilloso de esta etapa era que cualquier cosa es en ella una maravilla. Y Grahan Greene apuntaba también respecto a este crucial periodo de nuestras vidas que «siempre hay un momento en la infancia cuando la puerta se abre y deja entrar al futuro». Creo que entre ambos conceptos, maravilloso y futuro, pueden enmarcarse este conjunto de remembranzas. «El libro -comenta Novillo - tiene como gozne palabras, expresiones y maneras de hablar que van despertando recuerdos y evocando personas, lugares, costumbres, oficios...». Palabras como ambigú, onzona, linimento, bolliscas, charlotada, acericos, mayos, tenajón, grillos, tumbillos o pijuar, cuyo enunciado trasciende mucho más que el sonido secuencial de sus tres o cuatro sílabas.

Ese tiempo hermoso del que nos habla es el transcurrido en las décadas de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo en un lugar de la Mancha toledana: La Puebla de Almoradiel, donde Pedro Pablo Novillo nació en 1953. Aunque reconoce que en su pretensión inicial no estaba hacer una aproximación antropológica a aquella España de la infancia de un chico de pueblo, en el resultado final sí hay bastante de ello. Es el retrato de una época cuyos usos, prácticas y situaciones van más allá del propio ámbito almoradiense. Aunque en estas páginas la presencia del universo intimo, personal y familiar del autor es abrumadora, la capacidad seductora de estos pequeños relatos es tan grande que es inevitable sentirnos muy cercanos a cuanto en ellos se cuenta, cuando no recordar haber vivido situaciones parejas.

Mujeres jornaleras de La Puebla de Almoradiel, localidad natal de autor y cuya vida cotidiana es evocada en estas páginas. (Foto, “Blanco, negro y sepia. La Puebla de Almoradiel en la memoria”)

El cariño, dice la RAE , es inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo. También, añade, que es la manifestación de ese sentimiento, añoranza y nostalgia, esmero con que se hace una labor o se trata una cosa y, por último, regalo u obsequio. «El tiempo hermoso», título que evoca un verso de Eladio Cabañero , cumple todo ello. Es un derroche de ternura y amor hacia sus padres, sus hijas, su familia y aquella gente que envolvió su infancia, haciendo más amable la estraza de años muy duros para quienes sufrieron la dramática derrota, cantada por algunos como victoria, del primero de abril. Estos relatos, más allá del costumbrismo que también conllevan, nos ofrecen un sólido canto a la dignidad con que muchos perdedores decidieron tirar para adelante, manteniendo en sus actitudes diarias sólidos valores y ganas de vivir para que, aunque la dictadura fuese muy larga, cuando llegase el tiempo en que se abriesen de nuevo las grandes alamedas sus hijos y sus nietos pudieran disfrutar de aquellos anhelos por los que tantos hombres y mujeres dieron su vida o pagaron el alto precio del presidio, el destierro o la emigración. En esos comportamientos cotidianos, en esa decisión de seguir caminando con la frente alta, como marcha en los días de fiesta «La Flor de la Mancha» -sin par banda de música local, fundada en 1935, de la que el autor de este libro fue educando, hijo y ahijado- se vislumbran algunas de esas puertas de futuro que, como decía Greene, se nos abren en nuestra infancia. Una de aquellas rendijas fueron las antiguas escuelas de La Puebla, hoy Centro Cultural, donde hace quince días Novillo presentó este libro ante los suyos.

"La Flor de la Mancha”, emblema cultural de esta población toledana, banda a la que Novillo estuvo vinculado como educando, hijo y ahijado

Aunque ahora podamos considerarle como novel en el ámbito literario, Pedro Pablo Novillo no es personaje desconocido en nuestra región. Catedrático de Filosofía ha ejercido la enseñanza desde el año 1978 hasta su reciente jubilación, habiendo impartido clases en Madrid y Alcázar de San Juan. Ha simultaneado las tareas docentes con la actividad política, algo que considera inseparable. Así entre 1999 y 2011 formó parte de los gobiernos regionales de los presidentes Bono y Barreda, primero como director general de Política Educativa y luego como viceconsejero de Educación. Fue secretario general del PCE en Castilla-La Mancha -no se nos debe antojar casual que este libro comenzase a salir de su cabeza, donde llevaba ya tiempo escrito, un «sábado de gloria» y concluyese, dos años después, en otro «sábado de pasión»- y concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan durante doce años. Residió once meses en Roma ejerciendo como consejero de Educación del gobierno de España para Italia, Grecia y Albania. De sus experiencias y posicionamientos profesionales en el ámbito de la enseñanza ha dejado testimonios en diferentes revistas del sector, así como en obras colectivas sobre gestión y dirección de centros.

Entre los otros escritos recogidos en este libro se incluyen algunos poemas y prosas dispersas, como la introducción al libro «Blanco, negro y sepia. La Puebla de Almoradiel en la memoria» publicado en 2008 dentro del programa de recuperación del patrimonio fotográfico de Castilla-La Mancha «Los legados de la tierra». En la misma, nuestro autor dice que cuando uno se retrata lo hace para la posteridad, aunque el pretexto [se refiere a antaño] fuera el enviar una foto al novio o a la novia, a la familia o a los amigos más cercanos. Con «El tiempo hermoso» él también se ha retratado, a sí mismo y a su colectividad más próxima. Lo ha hecho, además, consiguiendo buena nota por su exquisito lenguaje, capacidad para atrapar en su lectura y disciplina para que cada uno de sus «capítulos» tuviera una extensión similar y la agilidad del conjunto no decayese. Nos da ejemplo de algo que dice en uno de sus textos: «la manera de combinar las palabras encierran una manera de ser, de estar en el mundo y de mirarlo». Y no olvidando aquello de que la vida es como la recordamos y como la contamos, este tiempo hermoso de Novillo también es el de quienes siendo galgos, sin ser canes o podencos, saben distinguir entre el arroz con leche y el arroz con duz; que dónde va a parar.

El tiempo hermoso de Pedro Pablo Novillo

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